Galería de Imágenes del
Pueblo de Mechongue.
Si posee
imágenes para compartir con nosotros, sobre el pasado de Miramar o
del Partido de General Alvarado, envíenos por e-mail, junto a sus
datos personales y los datos que de la fotografía. También puede
realizar alguna corrección sobre algún dato aquí publicado o
sugerencia a museomiramar@gmail.com
Se encuentra ubicada
al sudeste de la provincia de Buenos Aires a 58, 7º Latitud sur, 58º
Longitud oeste. La separan unos 65 kilómetros de Miramar, ciudad
cabecera del Partido de Gral. Alvarado (por ruta 88 y acceso por
camino asfaltado que luego empalma con ruta 55); a 40 km. de
Necochea y a 45 de Balcarce, otras dos localidades importantes de
esta región.
Como es sabido su
población está asentada en tierras realmente fértiles y por lógica
la economía gira alrededor de la actividad agrícola - ganadera. Martín de Alzaga,
propietario de establecimientos agropecuarios, luchó incansablemente
para lograr la llegada del ferrocarril a estas tierras.
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Esto se produjo
finalmente el 12 de mayo de 1911 y junto con la aparición de algunos
comercios, marcaron el punto de partida para el desarrollo.
El
nombre Mechongué, en honor a una hija del propio Alzaga, cuyo nombre
original era Mercedes.
Entre los primeros
negocios se pueden mencionar los de herramientas. Basta con nombrar
a Prazel, Antonio Camino e Hijos, Filipino e hijos y Andrés Astiz,
entre otros, quienes se ocupaban de arreglar y cuidar el estado de
los carruajes que ingresaban y egresaban de la zona urbana y rural.
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Vale la pena hacer
mención a los Almacenes de Ramos Generales, quienes proveían con
mercadería (alimentos, vestimenta) llegada por vía férrea desde
Balcarce o Mar del Plata.
Además no se puede dejar de lado las casas de comida o las llamadas
«fondas», donde se brindaba hospedaje y la «Farmacia Mechongué»,
primera y única que se instaló en el pueblo, propiedad de Felipe
Diez.
Los 100 años de Mechongué en palabras.
Mechongué cumple su centenario. Cien
años de historia que se han recopilado en palabras e imágenes. Aquí
ofrecemos algo de su historia, material cedido por gentileza de
Mariana Suarez Boh, autora del libro "Origen y fundación de
Mechongué. Cien años del Pago Lindo", que será presentado hoy a las
17.30 en la Escuela 9.
Los pioneros.
Largo sería enumerar la lista de aquellos que eligieron Mechongué en
sus inicios para emprender su vida. De entre los primeros colonos
encontramos los Cifuentes-Rodríguez, los Luchetti-Luchetta, los
Laspina, los Miccio, los Camino, los Gambarte, los Romero, los
Porreta, los Corral, los Mastrangelo, los Bibbó y un innumerable
etc1. Sin embargo un pionero se radicó en Mechongué hacia 1926,
venía desde Gral. Lavalle. Era hijo de Feliciana Urdampilleta,
criolla hija de vascos y del inmigrante italiano, Cayetano Spadari,
y no era otro que el conocido convecino Cayetano Florencio Spadari.
Ya en el año 1926 se estableció en su negocio “El Chimborazo” en
donde hoy se levanta la casa de la familia Ibargoyen.
Almacen de Cayetano Spadari.
Lentamente el negocio iría creciendo y lo que había comenzado como
una venta de vitrolas, discos y bombones se convirtió en un típico
almacén de ramos generales donde se podía encontrar desde azúcar a
pecheras, sogas, o anteojeras para los caballos. Es admirable
contemplar aún el edificio del ahora llamado Viejo Almacén en manos
de los dos herederos y continuadores de su comercio, sus hijos Abel
y Noel “Pirincho” Spadari. Ellos mantienen aun lo que fuera el sueño
de su padre. Ellos poseen un sinnúmero de anécdotas todas llenas de
ternura, como cuando refieren que en temporadas de lluvia era tal el
barro que iban a los saltos buscando la senda de lajas para poder
cruzar la calle. Igualmente refieren con mucho orgullo que han
atendido cuatro y hasta cinco generaciones de mechonguenses.

Libro Origen y Fundación de Mechongue.
Contacte a la autora al e-mail
marianasboh@gmail.com.
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Al preguntarles por su sentir
en torno a haber decidido continuar el negocio familiar
ellos se muestran orgullosos y felices y entre una mezcla de
alegría y melancolía, mencionan que creen que Don Cayetano
estaría orgulloso. Al finalizar la entrevista al
preguntarles que significa en su vida Mechongué, casi al
unísono con una profunda emoción nos dicen: “Mechongué es
una gran familia”.
Mechongué cumple sus primeros
y joviales 100 años, de los cuales, sin tomar en cuenta el
antiguo “Chimborazo”, el almacén de Spadari lo ha acompañado
nada más y nada menos que durante 81 años. Contemplando como
lentamente la pequeña colonia iba cambiando de forma, se
adaptaba progresaba y se convertía en el hermoso “Pago
Lindo”. Origen y fundación de Mechongué.
Cien años del Pago Lindo, es un libro que reseña los antecedentes a
la creación del pequeño pueblo. Nos relata la llegada de los
pioneros, el desarrollo del comercio y el arte. |
Escrito a partir de documentos orales y escritos que
es su mayoría se encuentran en el Archivo del Museo Municipal Punta
Hermengo de Miramar, es un libro que acerca a los lectores los
primeros pasos del Pago Lindo y el modo en que sus habitantes han
logrado convertir aparentes dificultades en plataformas de
superación. Mechongué se presenta a los ojos del lector como una
pujante localidad del interior.
¿Qué hizo que Mechongué sobreviva a otras tantas
localidades del interior que surgieron igualmente con la llegada del
ferrocarril? Su gente sin duda, su mayor capital. El espíritu
pujante de los mechonguenses es el factor que hace la diferencia.
“Sin memoria no hay futuro. De allí la importancia de
este libro ya que, a partir de estas páginas, el “Pago Lindo”,
cuenta con una historia alejada de fantasmas. Ello, fruto de la
minuciosa investigación y de la recopilación del testimonio de sus
hacedores. Son los primeros cien años de vida de un pueblo si bien
bucólico, pujante y activo. Son los años fundantes y piedra angular
de su presente y porvenir. La autora ha trabajado el círculo
riguroso de la memoria convirtiéndola en identidad.” (Dra Monica
Aramendi del Prólogo a Orígen y fundación de Mechongué).
Mechongue. Historia del Pago Lindo.
Publicado en la Revista
Espìgon.
Historia
de Mira Mar. Por
Mariana Suárez Boh.
marianasboh@gmail.com.
En el partido de
General Alvarado a 45 km de Miramar, ciudad cabecera de partido,
se levanta el pueblo de Mechongúe. Fundado oficialmente el 12 de
mayo de 1911 por Martín de Álzaga (h) en campos de su propiedad.
Como muchas de las localidades del interior bonaerense su
desarrollo se produjo merced a la llegada del ferrocarril.
Sin
embargo, el hecho de encontrarse aislado geográficamente hizo
que sus habitantes se convirtieran en los verdaderos impulsores
de su desarrollo. Por cuanto es en virtud de las inquietudes
vecinales que se irán estableciendo las primeras instituciones;
escuela, clubes sociales, etc. El aislamiento se veía
acrecentado en las estaciones de otoño e invierno dado que el
acceso por caminos reales consistía en una verdadera odisea.
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Estos se encontraban anegados por profundos pantanos que volvían
casi imposible la circulación.
Promediando la década del 50, la situación de prosperidad del
agro hará que el pueblo comience a adquirir buena parte del
desarrollo edilicio que hoy en día puede observarse. Asimismo es
durante la década siguiente que el cooperativismo producirá un
verdadero impacto al gestionar para el pueblo la llegada de la
luz eléctrica, el teléfono, el agua potable y la tan anhelada
ruta asfaltada. |
A pocos días de haber cumplido el centenario, Mechongué aparece
como una localidad típica del interior bonaerense, que ha sabido
gracias a la autogestión vecinal satisfacer las necesidades
básicas de sus habitantes.
Llega el tren, nace la pequeña colonia
La enorme fertilidad de sus tierras hará que los principales
estancieros comiencen a gestionar la llegada del ferrocarril.
Tanto los herederos de Martín de Álzaga ,fallecido en 1892 como
su esposa Ernestina Pérez y el mismo Marcelino Peláez, donaron
las tierras sobre las que se construyó la estación y los
primeros terrenos que conformaron el pueblo. Finalmente el 12 de
mayo de 1911 se produjo la llegada de la primera máquina
tomándose esta fecha como la fecha fundacional de Mechongué. Sin
embargo la estación no obtuvo el certificado de vía libre, como
se denomina en la jerga al derecho de circular, hasta el 12 de
octubre del mismo año. Las obras continuaron y la estación fue
concluida oficialmente en 1920, fecha en que se terminaron de
construir los galpones y las segundas vías.
El topónimo
Al momento de asignársele un nombre al pueblo se le consulta a
Martín de Álzaga (h) quien decide homenajear a su hermana
Mercedes. Pero al serle referida la imposibilidad de otorgarle
esta denominación puesto que ya existía estación Mercedes,
decide denominar al pueblo con el apodo de ésta, a quien
cariñosamente llamaban Mechonga. Se desconoce cómo es que
exactamente se llegó a la denominación de Mechongué, aunque
presumiblemente sea una derivación del primero. Respecto a la
joven Mercedes, sabemos que su nombre completo era Mercedes
María Alejandrina de Álzaga Pérez y presumiblemente habría
nacido en 1890. Puede encontrarse mayor información en el libro
Genealogías Argentinas, de Lucio Ricardo Pérez Calvo, donde se
refiere a ella y la menciona como una dama ocupada en las tareas
de beneficencia propia de su clase.
En algunos textos y en algunos sitios de Internet se ha
insistido con la posibilidad que tal denominación pudiera
corresponder a un vocablo aborigen, nada más lejano. En el libro
Provincia de Buenos Aires. Grafías y etimologías de los
topónimos indígenas (2003), del prestigioso investigador Rodolfo
Casamiquela, puede leerse a propósito del posible origen
aborigen de la voz Mechongué: “a pedido del Licenciado Sebastián
Redondo (por aquel entonces director del Museo Municipal Punta
Hermengo, hasta 1983) y éste a pedido del señor Secretario de
Gobierno de Gral. Alvarado Edgardo Zagaglia, refiérase que el
nombre Mechongué no es como erróneamente se cree una voz
aborigen sino el apodo de la hija del fundador del pueblo.”
Cinco trazados diferentes.
La creación de pueblo de Mechongué estuvo rodeada de
circunstancias poco comunes, entre las que se destacan la
sucesiva presentación de diferentes trazados, cinco en total,
hasta la aprobación definitiva de los planos. Como un detalle
llamativo resaltaremos que muy lejos de esperar las decisiones
que se tomaban en las distantes oficinas de La Plata, los
pobladores que se iban acercando se establecían, aun sin el
trazado definitivo de las calles, razón que explica el por qué
años más tarde encontraríamos casas que tenían su puerta hacia
el centro de la manzana. Manzana ésta que no existía claramente
delimitada al momento de establecerse los primeros colonos. Y si
existía, era de un modo rudimentario sin el trazado autorizado
de la mensura oficial.
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Un completo detalle de
esta cuestión puede leerse en la revista “Dana” Nª 23 del Instituto de
Investigación de Arquitectura y Urbanismo, en una nota redactada
por el Sr Raúl Gómez Crespo, quien cita el trabajo de William
Rogind, en la Historia del Ferrocarril Sud. Lo cierto que
finalmente en 1927 se llego a un acuerdo en el que se proponía
una traza que era una versión que tomaba datos de la tercera y
cuarta presentación en Geodesia, dando origen a una quinta y
definitiva. |
Hacia la década del 60 Mechongué vivirá el momento de mayor
desarrollo, son los años del cooperativismo que permitirá la
llegada del servicio de luz eléctrica, de agua potable y del
teléfono. Asimismo la Obra Madre Eufemia comienza a funcionar
con el primer jardín de infantes y el Instituto Juan XXIII, que
serán durante años los encargados de la educación de los jóvenes
de Mechongué y la zona. Pero esta historia merece otro capítulo.
A cien años de su fundación Mechongué aparece como una pujante
localidad del interior que ha logrado convertir sus dificultades
en verdaderos impulsores de su desarrollo, merced a la
comprometida labor de sus habitantes que son sin duda su más
auténtico valor.
Bibliografía
Orígen
y fundación de Mechongué. Cien años del Pago Lindo.
Mariana Suárez Boh, Editorial Martín. 2011
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Mariana Suárez Boh.
Cien Años de Mechongue. |
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