El Presidente “Juan Domingo Perón” en
Miramar. |
Una breve y
fugaz visita. |
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Por Daniel
Boh, Mariana de Boh y Mariano Magnussen Saffer. (2008). |
Museo
Municipal “Punta Hermengo” de Miramar. |
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El presente artículo, corresponde a una compilación de datos
y documentos históricos del archivo del Museo Municipal “Punta
Hermengo” de Miramar. Se hace una breve referencia biográfica de
Juan Domingo Perón para valorizar su paso por la historia de nuestro
país. Luego transcribimos algunos datos locales sobre la presencia
del mismo en nuestra ciudad en 1954.
Juan Domingo Perón (1895-1974), militar y político argentino, presidente de la
República (1946-1955; 1973-1974), fundador del peronismo (movimiento
político actualmente aglutinado bajo la denominación de Partido
Justicialista – Frente para la Victoria), y una de las figuras
latinoamericanas más destacadas del siglo XX, que influyó
decisivamente en la historia política de Argentina.
Alcanzó una enorme popularidad entre las clases obreras, pero según
crecía su poder aumentaba la oposición entre las Fuerzas Armadas. El
9 de octubre de 1945 fue desposeído de todos sus cargos, detenido y
finalmente confinado en la isla Martín García, en el estuario del
Río de la Plata. Todo ello provocó una crisis de gobierno que fue
resuelta el día 17 de ese mismo mes, cuando sus seguidores
sindicalistas, especialmente los miembros de la Confederación
General del Trabajo (CGT), lograron su puesta en libertad y su
regreso triunfal a Buenos Aires. Cuatro días más tarde, Perón, que
era viudo, se casó en segundas nupcias con su compañera, María Eva
Duarte, más conocida por el nombre de Evita, quien había colaborado
en la campaña por su liberación.
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El presidente
General Juan Domingo Perón. (Imagen ilustrativa de
archivo). |
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En septiembre de 1955, un golpe de Estado encabezado por el
general Eduardo Lonardi forzó su dimisión. Comenzó entonces
un largo exilio que le llevó sucesivamente a Paraguay,
Venezuela, República Dominicana y, finalmente, a España.
Perón contó durante todos esos años con la adhesión de los
sindicatos y ejerció su influencia en la política argentina
apoyando a sus seguidores en su intento por alcanzar el
poder. En 1961 contrajo en España terceras nupcias con María
Estela Martínez. |
Once años más tarde se le permitió regresar a Argentina, pero de
inmediato regresó a su exilio español.
Una vez que los peronistas, agrupados en el Frente Justicialista de
Liberación, lograron la victoria de la candidatura de Héctor José
Cámpora en las elecciones presidenciales de 1973, Perón regresó
definitivamente a su país en junio de ese año. Tras la renuncia de
Cámpora, en junio de ese año fue nuevamente elegido presidente
(obteniendo más del 61% de los votos emitidos), en tanto que su
esposa lograba la vicepresidencia. Falleció en el ejercicio de ese
cargo el 1 de julio de 1974, y su viuda le sustituyó al frente de la
presidencia.
Visito la ciudad el
Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón.
Durante la primera semana del mes de marzo de 1954, una
fugaz visita a nuestra ciudad realizo el presidente de la Nación, el
general Juan Domingo Perón, quien sin previo anuncio, arribo por vía
automovilística aproximadamente a las 8:45 horas, recorriendo la
avenida costanera hasta el muelle de pesca, siendo saludado por cada
vecino que advertía su presencia.
De acuerdo a la información de la época del semanario
“Crónica” y de la información oficial de entonces, el jefe de
estado, que es huésped de honor de la ciudad de Mar del Plata,
inicio sus actividades a la 7:15 horas del mismo día, seguido del
viaje en automóvil que realizo hasta nuestra ciudad, acompañado por
el gobernador de la provincia, mayor Carlos V. Aloe, el señor Atilio
Renzi y otros funcionarios de la época.
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Articulo de tapa del Semanario Crónica de Miramar, del día
sábado 13 de Marzo de 1954. Que refleja la breve
visita del General Juan Domingo Perón en nuestra
ciudad. |
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El viaje se realizo por el camino de la costa (hoy ruta
provincial nº 11), deteniéndose un breve momento en los
hoteles de la “Fundación Eva Perón”, conocidos en la
actualidad como el complejo turístico de “Chapadmalal”,
donde fue objeto de expresivas demostraciones de afecto por
parte de turistas alojados en ellos y de su personal. Luego
siguió viaje hacia la ciudad de Miramar acompañado de su
pequeña comitiva, cuyas principales calles recorrió,
argumentando la belleza de la ciudad balnearia. Lo que
motivo la sorpresa de los vecinos que transitaban por la
zona. |
Las principales
reformas incorporadas en la reforma constitucional de 1949 incluían
los derechos del trabajador, la familia y la ancianidad, el derecho
a la propiedad privada con una función social y el capital al
servicio de la economía nacional impulsadas por el mismo Juan
Domingo Peron.
En este contexto -y
como ya dijo anteriormente- Perón inauguró en 1948 el complejo
turístico de Chapadmalal (entre Mar del Plata y Miramar), una
colonia muy completa con 19 hoteles (uno de ellos especial para los
chicos), dotada de asistencia médica gratuita, cines y galerías
comerciales. El
periodista Alberto González afirmó que ese complejo “en los veranos
de 1953 y 1954 fue visitado por 24.218 trabajadores que no pagaron
ni un centavo”.
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Construcciones de
los hoteles de Chapadmalal. Año 1942. |
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A partir de 1948 los sindicatos comenzaron a
inaugurar hoteles en esa localidad balnearia, transformando
paulatinamente el paisaje de las playas, que se poblaban de obreros
en vacaciones. El apogeo del turismo social duró hasta finales de la
década del 80, cuando comenzó su decadencia, en gran medida debido a
la aplicación de las políticas neoliberales. Luego, con los nefastos
años noventa, pocos hoteles sindicales quedaron en pie, y muchos de
los que hoy existen han tercerizado sus servicios. |
El general Perón regreso al Hotel
Provincial de la ciudad de Mar del Plata 9:30 hs, reza la gacetilla
oficial.
Sin embargo, la inesperada visita del General Juan Domingo
Perón, Presidente de la Nación, como así también, lo temprano de la
hora, impidió a las autoridades locales del municipio, cuya
intendencia estaba dirigida por el Doctor Marino Cassano (periodo
1952-1955) no se pudiera recibir al distinguido visitante, con los
honores correspondientes a su alta investidura.
Bibliografía
Sugerida.
González Rodríguez,
Adolfo Luis. Juan Domingo Perón. Sevilla: Servicio de Publicaciones
de la Universidad, 1992. Breve aproximación a la figura de Perón.
Luna, Félix.
Argentina de Perón a Lanusse: 1943-1973. Barcelona: Planeta-De
Agostini, 1972. El autor, experto en la figura de Perón, traza la
evolución del país a través de sus mandatarios.
Luna, Félix. Perón y
su tiempo. 3 vols. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1986.
Completísima obra en la que se combina la biografía del estadista
argentino con la evolución del país.
Mende, Raúl A. El
justicialismo: Doctrina y realidad peronista. Buenos Aires: ALEA,
1950. Prologada por el propio Perón, esta obra, pese a haber sido
escrita hace medio siglo, es fundamental para entender las premisas
de las que parte el ideario justicialista.
Semanario Crónica de Miramar,
"Visito Miramar el Presidente de la Nación General Perón", sábado 13 de Marzo de 1954. Año
X Nº 506.
Larregui, el Vasco
de la Carretilla.
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Titulo
original:"Larregui quijote de una sola rueda", tomado del sitio Web
Caleta Olivia - Santa Cruz - Argentina "Portal a los Hielos Eternos".
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Una tarde de
invierno de 1990 mientras trabajaba con olvidados y añejos papeles
en mi función de archivista en el Complejo Udaondo, me encontré
casualmente con un legajo que decía "Guillermo Larregui", para mí,
hasta entonces, un ilustre desconocido.
Un poco
satisfaciendo mi natural inquietud por saber de que se trataba, otro
poco por ordenar el material impreso y fotográfico, comencé a leerlo
detenidamente.
Como una ráfaga
llegó a mi mente que por esos días había leído que en
Chacabuco funcionaba
una institución que nucleaba a los descendientes de vascos y que
llevaba precisamente el nombre de Guillermo Larregui. A los pocos
días fotocopié la documentación y la envié a la novel asociación.
Claro está ... que
antes leí y me informé acerca de este aventurero navarro que
habiendo nacido en Pamplona un 27 de noviembre de 1885, llegara a
nuestra patria a comienzos del siglo y que siempre se había
destacado por su tenacidad y su porfía.
Y no por ser
lechero, como muchos de sus congéneres que hicieron de la actividad
agrícola o tambera un rol distintivo.
Hacia 1930 lo
ubicamos a Larregui trabajando en las perforaciones petroleras de
Cerro Bagual en Santa Cruz y fue aquí que barajó el desafío que de
alguna manera le dió el apodo y lo hizo conocido por toda la
comunidad.
Entre mineros, rudos
hombres de pesadas faenas, sentenció sin amilanarse ":
...soy
capaz de ir hasta Buenos Aires empujando una carretilla con
199 Kg. De carga... , porque si los norteamericanos tienen
todos los récords, por qué no lo podemos tener nosotros?."

El "Vasco de la
Carretilla", recorrió todo el país con su carretilla. Tomada
en la calle 9 de julio en la ciudad de Miramar (1925). Es una
de las pocos fotos que se conservan en Argentina de
"Guillermo Laregui". |
Vasco,
lacónico, pero de palabra, con sus casi 50 años inicio el
raid el 25 de marzo de 1935 comenzando a desandar leguas,
caminos polvorientos, áridas mesetas, oscuras soledades. Antes de
llegar a Chubut, a causa del frío se le congeló un pie, pero
fiel a su palabra, siguió. No le importaba la torpeza de
quienes pasaban y se reían, ni de quienes liberadamente
aceleraban sus autos cuando lo veían caminar con su
carretilla, porque también supo de la mano amiga y del gesto
solidario. Pero sólo una meta le daba fuerza y esa era
llegar a Buenos Aires. |
Y se cumplió su
objetivo tras catorce meses de travesía, nada menos que en
víspera del
Día de la Patria. Llegó a Buenos Aires el 25 de Mayo de 1936
cuando
gobernaba el país el General Agustín P.Justo, Firpo era un ídolo del
box y los
argentinos comenzaban a asombrarse con las primeras películas
parlantes y
sonoras.
La capital del país
lo ovacionó y los porteños, medio asombrados, medios escépticos, lo
admiraron. Llegó a esta primera etapa de su viaje y como forma de
agradecimiento donó la carretilla con sus enseres de viaje al
entonces
Museo de Luján que
por esos días dirigía el erudito historiador don Enrique Udaondo.
Adquirió otra
carretilla y con esa sed irrefrenable de aventura se dirigió a Tucumán, luego a
Mendoza, cruzó los Andes y en Santiago de Chile obsequió la
carretilla a otro vasco, don Pedro Arregui, de quien se hiciera
incondicional amigo.
Desde Chile
emprendió otro rumbo a Bolivia, siempre a pie, siempre con su
carretilla, llegando hasta la tradicional y colonial ciudad de La
Paz. Inquieto, vuelve siempre a ésta, su tierra de adopción, y al
pasar por Misiones la atrapante belleza de las Cataratas del Iguazú
le marcaron su residencia definitiva.
Así como en el Siglo
XVI fue el adelantado don Alvar Nuñez llamado el Cabeza de Vaca,
quien quedara anonadado por tanta magnificencia, Larregui quedó
prendado de esa naturaleza que trae al espíritu rumoreos de cascadas
y cantos de pájaros.
Por ello que allí
construyó su modesto albergue en un predio perteneciente a la Dirección de Parques
Nacionales. En una casita construida con latas de todos colores,
siempre dispuesto a dar una mano, colaboró inmediatamente con la Cooperadora Escolar
de la humilde escuelita de Iguazú.
Servía de cicerone
al numeroso turista extranjero y coleccionaba plantas e insectos.
Discurría sus días tranquilamente, hablaba cinco idiomas y fue su
fiel compañera Diana, una perra de policía.
Como gimnasia
voluntaria se había impuesto caminar dos veces por semana los
diecisiete kilómetros que separaban su casa de Puerto Iguazú, le
gustaba contar anécdotas de trotamundos, de viajero incurable, ya
que en su niñez europea había viajado por numerosos países del viejo
continente y por Africa del Norte.
Pero fue en su
madurez un argentino adoptivo, un prisionero de la tierra rojiza que
supo tal vez entender a este Quijote de una sola rueda.
Quizás hoy nosotros,
inmersos en conceptos tan vagos e imprecisos como: globalización; o
conviviendo con otros como: frivolidad creciente, injusticias
sociales olvidadas, indiferencias, o sociedad mediática, no podamos
entender el perfil de un hombre y una apuesta sólo comprensible en
la década del treinta, cuando se soñaba heroicamente con un Vito
Dumas o un Mermoz.
Años en que
aviadores, navegantes, nadadores o boxeadores asombraban al mundo
con sus proezas, por puro deleite, por pura pasión ...
El gobierno
misionero a comienzos de la década de 1960 le había prometido un
subsidio que nunca llegó, y que él con su perspicacia y astucia
vasca sabía que nunca llegaría.
Tal vez por ello
fueron sus solitarios confidentes la espesa selva subtropical y el
manto de tul de las cascadas, que sabían, secretamente, que el
pamplonés aclararía sus naves allí por siempre.
Por eso quizá haya
sido una sorpresa leer la noticia de su muerte el 9 de junio de
1964, pero entre todas las crónicas periodísticas de la fecha me
permitió recoger la de "La Nación" que rescatara en una austera
semblanza la esencia del hombre de las cosas simples:
"Ha muerto en Iguazú
como ha vivido: en paz consigo mismo, arrullado de sueños, abiertos
los ojos y el alma al espectáculo siempre nuevo y siempre bello de
la naturaleza que tanto amaba".
Créditos:
Escribe: Rodolfo
I. Rodriguez. Revista "Centro Vasco Chacabuco" "Guillermo Laregui"
1989 -20 de junio- 1999. LARREGUI quijote de una sola rueda.
El Gran Hotel Balneario de Miramar.
Por
Daniel Boh.
Museo
Municipal Punta Hermengo.
jdanielboh@yahoo.com.ar
En la década de los años ’20 nuestra ciudad se
perfilaba como uno de los balnearios más importantes de la costa
bonaerense. Se estaba por construir el muelle de pescadores que,
para ese entonces ya se había solicitado que fuera también un
embarcadero; el vivero ya estaba creado por ley provincial del año
1923 y la rambla crecía según iban agregándose nuevos comercios en
ella. Los visitantes veían un futuro promisorio para el aún
incipiente pueblo. Entre ellos estaba el señor Gardey, quien se
alojaba en el Hotel Ocean, hoy Piazza San Marco. El mismo propuso la
construcción de un gran hotel frente al mar que, entre otras
comodidades iba a tener un “biógrafo” (cine), pista de patinaje,
pileta de natación y anexos.
El lugar propuesto era al noreste de la rambla, que
hoy sería entre las calles 9 de Julio y 17, ya que la construcción
tendría 140 metros de largo con un gran parque que bajaría por medio
de terrazas y escaleras hasta la playa.
El asunto se trató en el Honorable Concejo
Deliberante y se decide otorgar la concesión por veinte años, previo
el depósito de un suma de $ 20.000 Pesos Moneda Nacional (m/n). Para
tener una idea de la suma, el Municipio recaudaba alrededor de $
13.000 m/n por mes en impuestos y otros conceptos.
Debido a que el Sr. Gardey no había concretado el
depósito, se le otorgó un plazo hasta el 15 de noviembre de 1924. El
14 de ese mes el Intendente de ese entonces, el Sr. Francisco Camet
envió una carta de protesta al Ministro de Gobierno de la Provincia
debido a que ésta había dado en concesión el mismo lugar a otra
sociedad, provocando un conflicto de jurisdicciones.
No se sabe si fue por esto pero, en julio de 1925
Gardey aún no había concretado el depósito solicitado y las
referencias al proyecto desaparecen. De todos modos al Municipio le
generó un gasto de $ 39 m/n ya que el estudio de la factibilidad le
fue encargado al Ing Civil H. Lewis Leupold; teniendo como
referencia que los honorarios de un médico municipal eran de $ 200
m/n. al mes.
De todos modos los planos del hotel existen y están
depositados en la Dirección de Geodesia de la Provincia de Buenos
Aires. Están firmados por los arquitectos Gibernet y Loizaga,
confeccionados en el año 1924 y en ellos se puede observar lo
grandioso de su estructura.
Fuentes:
Dirección de
Geodesia de la Provincia de Buenos Aires
y
Archivo Museo
Municipal Punta Hermengo
de Miramar. . |