Peritaje
entomológico: la ciencia al servicio de la
justicia.
Ante la dificultad de datar el momento de la
muerte de las turistas francesas encontradas el
pasado 30 de julio, la justicia salteña recurrió
a la entomología forense para estudiar a los
insectos cadavéricos que habitan y devoran a los
cuerpos post mortem. Así, el análisis determinó
que las jóvenes murieron 14 días antes de ser
halladas.
Cuando un cuerpo sin vida es
encontrado, los peritos forenses realizan diversos
estudios para determinar el momento del deceso, como
por ejemplo extraer muestras del
humor vítreo y medir la temperatura
corporal. Sin embargo, si el hallazgo se produce
pasado cierto tiempo, los especialistas carecen de
las herramientas necesarias para especificar la hora
y fecha de la muerte.
“La entomología forense es una disciplina auxiliar
de la medicina forense que permite datar la
muerte de un cuerpo, una vez transcurridas 72 horas,
cuando ya se produce una alteración en el proceso de
descomposición”, explica a la
Agencia CTyS
María Rosana Ayón, bióloga e integrante del Gabinete
de Toxicología y Biología Forense del Ministerio
Público de Salta, a cargo de la pericia entomológica
realizada a los cuerpos de las turistas francesas
Houria Moumni y Cassandre Bouvier.
Para realizar la pericia es necesario contar
con insectos vivos y muertos. Los
insectos vivos son estudiados hasta que
finaliza su ciclo vital y eso indica el
tiempo que tenían de desarrollo. En el caso
de los insectos muertos, se realiza un
estudio taxonómico en el que se determina su
pesaje y su medida, entre otras cuestiones.
La bióloga señala la necesidad de conocer
las características de la entomofauna
carroñera asociada a la zona, para poder
llevar adelante la pericia con éxito.
“El uso de insectos para estimar el intervalo post-mortem
requiere un conocimiento de su ciclo de vida, su
relación con los distintos estadios de la
descomposición y con el hábitat en el cual son
descubiertos”, detalla. Cada región del país
presenta diferentes ecosistemas con variaciones en
el clima y la humedad. Estas diferencias influyen en
la biodiversidad de las especies animales y también
de la fauna cadavérica.
En climas secos, muchos especialistas creen que no
hay actividad de fauna cadavérica debido a que los
cuerpos se momifican y secan, pero, a contramano de
estos postulados, diversas investigaciones de
entomólogos demostraron que, en Salta, habitan
insectos cadavéricos muy característicos.
“En la región del Valle de Lerma encontramos varias
especies de dípteros (moscas): Lucilia cluvia,
Lucilia sericata, Cochliomyia macellaria y Chrysomya
albiceps como especies mas abundantes en las
distintas estaciones”, completa Ayón.
En coincidencia, el doctor en Ciencias Biológicas
Néstor Centeno, docente e investigador de la
Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), sostuvo que,
“en Salta, hay muchas especies que están en
actividad casi todo el año, a diferencia de Buenos
Aires donde, en invierno, sólo están activas una o
dos especies”.
La diferencia se debe a que, en el norte del país,
hay una mayor amplitud térmica, lo que produce que
en épocas de frío la temperatura baje a registros
bajo cero por la noche, mientras que durante el día
asciende a más de 15 grados centígrados. En cambio,
en Buenos Aires, la temperatura se mantiene baja
constantemente durante el invierno.
“En Salta, las moscas se quedan quietas cuando hace
frío, pero, como a la tarde hace más calor, salen a
volar”, concluye Centeno.
Con estos conocimientos, los expertos esperan que la
entomología forense pueda aportar datos certeros
sobre lo ocurrido con las dos chicas francesas.
Fuente: Agencia CTyS
Una joven murió por el ataque de
un oso hormiguero.
La
joven Melisa Casco, que permanecía internada en grave estado luego de
haber sido atacada por un oso hormiguero a su cuidado en un zoológico de
la ciudad bonaerense de Florencio Varela, murió ayer en el hospital, y
al profundo dolor de sus familiares y amigos se sumó una fuerte
sensación: la de que su deceso podría y debería haberse evitado.
A las
denuncias de ex empleados del parque recreativo, que aseguran haberle
advertido a su dueño y director, Claudio Quagliata, que el animal era
agresivo y la muchacha no estaba preparada para tratar con él, se sumó
un comunicado de la Fundación Vida Silvestre, que denuncia que muchos
zoológicos argentinos presentan condiciones "precarias" de seguridad y
recomienda "no visitar los zoológicos cuya seguridad esté en duda".
Melisa, que trabajaba como cuidadora de los once osos hormigueros del
parque, fue atacada el martes por Ramón, un animal de la variedad
conocida como gigante, cuando cumplía con su tarea dentro de un centro
de cría cuya construcción debía finalizar el mes próximo, pero que ya
albergaba a cinco ejemplares. El oso hormiguero la embistió y le produjo
graves desgarros que le afectaron el estómago, el hígado y los pulmones.
Melisa
sólo atinó a gritar, no pudo defenderse. Fue llevada al hospital Evita
Pueblo, de Berazategui, donde fue internada en terapia intensiva y
operada dos veces. Los médicos no pudieron salvarle la vida: luego de
sufrir la amputación de ambas piernas, murió. Había perdido más de la
mitad de su sangre.
La
bióloga Cecilia Díminich, que trabajó durante un año y medio (hasta el
primer día de este año) como cuidadora y coordinadora educativa en el
Florencio Varela Zoo, donde ocurrió el hecho fatal, dijo a LA NACION que
las autoridades del lugar conocían, y no resolvieron, las fallas de
seguridad que presentaba. Su muerte "era totalmente evitable", dijo.
"Yo
contraté a Melisa para trabajar como guía educativa. No sé a quién se le
ocurrió ponerla como cuidadora cuando yo renuncié", dijo Díminich. "Ella
no había sido entrenada para ese trabajo, y menos para hacerlo sola,
cuando las medidas de seguridad consisten en tener un palo en la mano."
La
bióloga señaló que Ramón "era un animal peligroso y [los encargados del
zoológico] lo sabían". Una vez, contó, el animal la atacó y ella debió
defenderse "partiéndole un palo en la cabeza". También se lanzó contra
otros empleados del zoo: "Lo que pasó no fue culpa de Ramón ni fue culpa
de Melisa. Acá fallaron los sistemas de seguridad y los controles", dijo
Diminich.
También otra joven que trabajó durante dos años en el Florencio Varela
Zoo, y que pidió no ser identificada, dijo a LA NACION que el oso
hormiguero "era agresivo" y que a ella le daba miedo tener que cumplir
la labor de alimentarlo, lo que no era su trabajo, pero debía hacerlo
igualmente cuando la cuidadora estaba de franco.
En
tanto, Quagliata sólo mantuvo anteayer un breve contacto con la prensa
para manifestar que la joven había sido atendida de inmediato. LA NACION
no pudo encontrarlo ayer ni en su casa ni en el zoológico, a pesar de
repetidos intentos de comunicarse con él. Los empleados presentes en el
parque (que permaneció cerrado por duelo) eludieron el diálogo.
También, pero por otras razones, se mantuvieron callados los parientes
de la malograda joven. Su padre, Eduardo Casco, sólo habló brevemente
para informar del estado de su hija y, luego del deceso, durante el
velorio de la joven, para advertir a "la gente del zoológico" que no se
presentara en la cochería para dar su adiós. Y su tío, Alejandro, dijo a
un canal de televisión que la familia no estaba conforme con las
condiciones en que trabajaba Melisa.
Melisa
Casco vivía en la localidad de Bosques y era la tercera de cinco
hermanos. Su trágico final dio pie a una causa judicial por homicidio
culposo, investigada por la fiscal Marcela Bizzio, del departamento
judicial Quilmes.
Las aves están más amenazadas de
extinción que nunca.
La Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reveló hoy que su última
evaluación de la situación mundial de las aves confirma que éstas están
más amenazadas de extinción que nunca antes.
En concreto, hay 1.227
especies (el 12 por ciento del total) bajo "amenaza de extinción",
aunque si se ponen en marcha acciones de conservación esa situación se
podría revertir. La "Lista Roja" de la UICN incluye 192 aves en vías de
extinción, la categoría de mayor amenaza, y lo que supone que dos
especies de aves se han sumado a la lista publicada hace un año.
"Es extremadamente
peligroso que el número de aves en vías de extinción siga
incrementándose a pesar de las iniciativas de conservación en todo el
mundo", declaró el responsable de la Comisión para la Supervivencia de
Especies de la organización ecológica, Simon Stuart. Una especie de
Colombia, el Zamarrito del Pinchem -un tipo de colibrí de colores
exhuberantes- aparece en la "Lista Roja" con la clasificación de "en
vías de extinción", dado que las únicas 1.200 hectáreas en las que vive
están padeciendo los daños causados por el cultivo de coca. La zona se
encuentra en la selva tropical de la montaña Pinche, en el suroeste de
Colombia.
Al otro lado del mundo,
en Etiopía, la situación también ha empeorado para la Alondra de Sidamo,
que ha pasado de la categoría de "amenazada" a la de "en peligro de
extinción" y podría convertirse en la primera ave del continente
africano en desaparecer debido al cambio en el uso de las tierras en las
que habita. También sufre el mismo nivel de amenaza el Pinzón de árbol
mediano, en Islas Galápagos, cuya supervivencia está en peligro como
resultado de la introducción de una mosca parasitaría.
La observación de los
pinzones inspiró a Charles Darwin su Teoría de la Evolución de las
Especies. "A nivel mundial las cosas siguen empeorando", indicó por su
parte el director de Ciencia de la Organización BirdLife, Leon Bennun.
BirdLife realizó las investigaciones de campo para la actualización de
la "Lista Roja" de la UICN.
El origen de las
preocupación de los defensores de la biodiversidad no sólo se refiere a
que los pájaros exóticos y raros son cada vez más escasos, sino que
también los pájaros comunes están disminuyendo claramente. La entidad
BirdLife puso el ejemplo del Vencejo de chimenea, un ave habitual en el
oriente de Norteamérica, pero que "está rápidamente desapareciendo de
los cielos".
Se calcula que actualmente hay 30 por ciento menos de ejemplares con
respecto a hace diez
Lanzan alerta para evitar extinción de
guanacos en Perú.
El guanaco corre
peligro de extinción si no se frena la cacería indiscriminada y no se
pone en práctica una política nacional para salvaguardar esta especie,
informó el miércoles el Instituto de Investigación y Desarrollo de
Camélidos Sudamericanos (Conopa).
"Actualmente existen
poco menos de tres mil guanacos en diversas zonas de los andes peruanos
desde la región La Libertad, pasando por Ica, Ayacucho, Puno, Moquegua y
llegando hasta Tacna" dijo a la AP la doctora Jane C. Wheeler.
Wheeler, presidenta de
Conopa, indicó que un censo oficial en 1966 detectó que había poco más
de 3.850 guanacos en Perú. Sin embargo, tras un estudio que empezó el
2003, se determinó que la población de este camélido silvestre "en vez
de aumentar ha disminuido".
El estudio de la
situación poblacional y genética del guanaco se realizó con apoyo de la
Universidad de Cardiff y la Iniciativa Darwin del Gobierno Británico. La experta sostiene que
el camélido "es víctima de la caza deportiva que está acabando con la
especie".
Escasos conocimientos sobre los animales ponzoñosos entre
la población correntina.
Temen que ese desconocimiento represente un riesgo para la salud.
Una investigación realizada por la Facultad de Veterinaria de la
Universidad Nacional del Nordeste reveló escasos conocimientos sobre los
animales ponzoñosos entre la población correntina. Temen que ese
desconocimiento represente un riesgo para la salud.
Una encuesta destinada a determinar el grado de conocimiento
que tienen las personas sobre animales ponzoñosos y su importancia en la
salud fue realizada en varios barrios periféricos de la ciudad de
Corrientes. El estudio, realizado por investigadores de la Facultad de
Veterinaria de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) tuvo por
objetivo determinar por medio de encuestas el grado de conocimiento que
poseen individuos que viven en barrios periféricos de la ciudad de
Corrientes sobre animales ponzoñosos y su importancia en la salud.
Aunque
se encuestaron a más de 1500 personas, en el trabajo se analizaron los
datos de 1034 encuestas lo que permitió observar que un gran porcentaje
de la población afirma conocer a los animales ponzoñosos pero cuando son
indagados sobre cuáles específicamente conocían, solo cerca del 31 por
ciento poseía el conocimiento correcto sobre el tema. Además,
diferentes personas reconocieron animales ponzoñosos que no son propios
de la zona noreste, como cobras y cangrejos, y la gran mayoría no sabía
en que forma actúa cada tipo de veneno ni sus potenciales complicaciones
para la de un individuo accidentado.
“Esto
nos indica que no solamente hay una falta de conocimiento en la
población sobre el tema, sino que también poseen conceptos erróneos y
han adoptado información de otras áreas geográficas como propias”
comentó la doctora Raquel Ruiz, de la Cátedra de Salud Pública de la
Facultad de Ciencias Veterinarias.
Señaló
que la información y los conceptos erróneos adquiridos en la población
estudiada son más difíciles de desarraigar y componer que si se
implementara la enseñanza en poblaciones o individuos que no poseen
conocimiento y lo adoptaran por primera vez. “Esto se evidenció en las
encuestas, que fueron personalizadas, y se pudo apreciar en forma
directa como los encuestados defendían sus conocimientos sin intención
de cambiarlos”.
En el
trabajo no se observaron diferencias significativas entre hombres y
mujeres en cuanto al conocimiento correcto de animales ponzoñosos, pero
sí se evidenciaron diferencias significativas con respecto al
conocimiento sobre animales ponzoñosos entre grupo etáreos.
Ruiz
explicó que en la Argentina las intoxicaciones provocadas por animales
están contempladas dentro del grupo “B” de Enfermedades de Notificación
Obligatoria, y deben ser comunicadas al Ministerio de Salud Pública de
la Nación, en carácter de notificación semanal. “Sin embargo los datos
epidemiológicos registrados no reflejan la situación real”.
Agregó
que la carencia de información se debe a una variedad de factores que
influyen en el correcto registro de datos tales como el desconocimiento
por parte de la población sobre la importancia de los accidentes
provocados por animales que poseen toxinas, que lleva a que los
individuos no acudan a centros de salud, recurriendo en muchas ocasiones
a curaciones caseras que agravan el cuadro clínico.
Por
otro lado, dentro de la toxicología, las intoxicaciones provocadas por
toxinas animales forma parte de una especialidad por lo tanto no todos
los profesionales están capacitados en esta área y esto podría también
colaborar con un subregistro de casos al no determinar específicamente
cual es la etiología de una determinada lesión, no pudiendo de esta
manera aplicar un tratamiento adecuado.
“Esta
situación constituyó uno de los motivos que llevó a explorar el
conocimiento sobre animales ponzoñosos que poseen individuos que viven
en barrios periféricos de la ciudad de Corrientes” dijo. Los animales
productores de toxinas pueden dividirse en ponzoñosos o venenosos según
sus mecanismos de acción. Por medio de una picadura o mordedura, los
ponzoñosos liberan o inoculan toxinas producidas en glándulas o en un
grupo de células secretoras muy desarrolladas.
Los
animales venenosos, en cambio, no presentan estructuras que permitan la
liberación de sus venenos en forma espontánea, por lo cual ejercen su
acción cuando son ingeridos por otros individuos depredadores o cuando
se establece un contacto con sus tejidos que resultan tóxicos.
“Por
eso la importancia de diferenciar unos animales de otros” señaló Ruiz y
comentó que, en general, los reptiles, serpientes, culebras y artrópodos
como arañas y escorpiones tienen la característica de ser ponzoñosos.
Muestreo de Mariposas en el Parque
Chaqueño.
Una
investigación realizada en Chaco y Formosa contabilizó 51 especies de
mariposas diurnas agrupadas en seis familias. El relevamiento forma
parte de un proyecto mayor que aborda el estudio de la biodiversidad en
ambientes naturales del Chaco Argentino.
De
acuerdo con la doctora María Esther Bar: “Nuestra investigación tuvo por
objeto conocer la biodiversidad y determinar las jerarquías de las
mariposas diurnas del Chaco Oriental Húmedo”. La especialista integra la
cátedra de Biología de los Artrópodos y es responsable del grupo de
investigación sobre mariposas que realizó el primer muestreo sobre el
tema, desde la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
En lo
que respecta al estudio sobre mariposas, se hallaron 51 especies de
mariposas diurnas agrupadas en seis familias, en un área que alberga una
rica comunidad de lepidópteros. El proyecto recibió financiación por
parte de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Bar
comentó que las mariposas son consideradas buenos indicadores
ambientales. “Por su específica relación con la flora y su sensibilidad
a los cambios ambientales, especialmente los producidos por el hombre,
las mariposas resultan piezas fundamentales en los programas de
conservación, monitoreo ambiental y educación” señaló.
Expresó
que previo a este trabajo, se contaba sólo con datos aislados o citas
incompletas sobre la fauna de artrópodos en la región, lo que motivó la
investigación en particular de las mariposas, resaltando que no hay
registros en la UNNE de la zona del Chaco Húmedo.
De las
familias encontradas, la Nymphalidae resultó la más diversa y abundante,
clasificándose siete subfamilias y 22 especies. Otras familias fueron
Hesperiidae y Pieridae con dos subfamilias y nueve especies cada una,
mientras que entre las familias Riodinidae y Lycaenidae se identificaron
cuatro y en Papilionidae tres especies.
La
similitud de especies entre Chaco y Formosa resultó baja, pues ambas
provincias comparten sólo dieciocho especies, señaló la investigadora.
El muestreo se realizó en bosque y pastizal durante 2006 y 2007 y los
ejemplares se capturaron con redes de vuelo y barrido, trampas de luz y
también se efectuaron registros mediante la observación directa, indicó
la profesional.
El área
de estudio está incluida entre los 25º-27º de latitud sur y 58º-61º
longitud oeste, coordenadas que comprenden las localidades de Avia Terai,
Parque Provincial Pampa del Indio, Campo Largo y Bermejo en la provincia
del Chaco y las comunidades formoseñas de Fontana, Ibarreta, Tatané y
Colonia Pastoril, entre otras.
La
región denominada Gran Chaco es el segundo ecosistema de bosques en
Sudamérica, abarca aproximadamente un millón de Km2, de los cuales el 60
por ceinto se ubica en territorio argentino. Esa región comprende desde
amplísimas superficies con densos bosques xerofíticos, bosques en
galerías, depresiones cubiertas de palmares y ambientes húmedos, hasta
extensas sabanas.
Los
humedales son elementos dominantes del paisaje y cubren más del 80% del
territorio del Chaco Oriental. Un humedal se caracteriza por la
influencia del agua, a través de su patrón estacional o régimen
hidrológico, principal condicionante del ambiente, la vegetación y la
existencia de mariposas en la fauna de estos ecosistemas.
La
doctora Bar destacó el grado de avance logrado en el trabajo que realiza
junto a los licenciados Gilberto Avalos, Miryam Damborsky, Beatriz
Oscherov, María Celeste Alvarez Bolhe, y la estudiante de biología María
Gabriela Lazzeri. Comentó que es muy importante el conocimiento sobre
las mariposas, así como otros taxones, para determinar la situación de
la biodiversidad en las unidades de ambiente de la región.
Agregó
por último que se encuentra en marcha un proyecto similar en el
denominado Chaco Seco, específicamente en la Provincia de Santiago del
Estero.
En Argentina, hay 476 especies animales en riesgo de extinción.
Entre los más amenazados están la chinchilla, el guacamayo, el chorlo
polar, el armadillo y un tipo de atún. Los cambios en los ecosistemas, la
agricultura, la caza y la pesca son sus principales enemigos. Muchas criaturas que habitan el suelo
argentino tienen poco para festejar hoy, cuando se conmemora el Día del Animal.
Algún tipo de amenaza, o varias al mismo tiempo, acorralan a 476
especies, según datos de la Unión Mundial por la Naturaleza
(IUCN).
Integrada por miembros 70 agencias oficiales y 750 ONG de 140
países, la IUCN tiene una lista roja (http://www.redlist.org/) en la que figuran los animales
en categorías que van de "bajo riesgo" a "extintas en estado
silvestre". Entre los que ya no saben cómo es la vida en su hábitat
natural se encuentran unos caracoles que se reproducían en los rápidos de
Apipé, geografía sepultada por el agua al construirse Yacyretá.
Bajo la categoría "Peligro crítico", aquellos que
corren "un riesgo extremadamente alto de extinción en el futuro inmediato",
están la chinchilla de cola corta, el pajarito llamado chorlo polar, el
bellísimo guacamayo violáceo, y una especie de atún.
En "peligro", no
tan críticamente amenazado pero aún bajo un alto riesgo de extinción en un
futuro cercano, no inmediato, están el armadillo, la ballena azul, la nutria
de mar, el tatú carreta, el cardenal amarillo, el lince, el huemul y un
animal menos carismático que las anteriores pero no por eso con menos derechos:
la ranita de Somuncurá. Una especie endémica, esto es, única en el mundo.
Si desaparece de esa extraña meseta patagónica, desaparece de la faz de la
Tierra.
Vulnerables, con alto riesgo de extinción a mediano plazo, el
águila de Azara o el ratón de Chaco. De "Bajo riesgo", la
ballena franca y el delfín manchado. Difícil hablar en un
artículo de las causas que amenazan a cada una de estas especies. Pero, para
empezar, se puede tomar una frase de Claudio Bertonatti, museólogo y
naturalista, de la Fundación Vida Silvestre: "Desgraciadamente, ya no hay que
hablar de especies amenazadas, sino de ecosistemas y hasta de regiones
amenazadas. El riesgo no es sólo para los protagonistas de un lugar, sino
para los lugares enteros".
Ejemplifica con el huemul: "Una especie
que desaparece por una serie de causas adversas: la caza furtiva, la
introducción del ciervo colorado que compite por su territorio, los incendios
forestales, el turismo sin control". Abandonar un perro en la zona de San
Clemente —acción que en cierta gente no causa más que una culpa pasajera— es una
de las causas de mortandad del venado de las pampas. Esos perros se unen
en jaurías y atacan a los pocos que quedan en los cangrejales de
Samborombón.
Pero más allá de las causas específicas, hay una global con
la que coinciden los especialistas: la expansión de la frontera agrícola.
"Es un avance desmedido. Hace que se fraccionen las poblaciones de animales, o
disminuyan. Es necesario rever la política agropecuaria, considerando el costo
en la pérdida de biodiversidad", señala Marcelo Silva Croome, a cargo del área
de Fiscalización de la Dirección de Fauna Silvestre de la Nación. "La fauna
nativa hoy es víctima de la fiebre de la soja. Esto hace peligrar a muchas
especies", dicen en Greenpeace.
Bertonatti, de Vida Silvestre, coincide
con el diagnóstico. Todos piden un ordenamiento de esta actividad. Definir qué
área destinar para uso agrícola, cuál otra para explotación forestal sustentable
o cuál como protegida.
"En este Día del Animal, uno se acuerda de su
perro o gato, pero se olvida del silvestre o el de consumo. Todos tienen que
ser tratados como corresponde", apunta Rubén Hallu, decano de la Facultad de
Veterinaria de la UBA. En la mira ubica al centro del problema. Una cuestión de
cultura. Silva Croome, de la Dirección de Fauna, cuenta que cuando
algunos de los cinco inspectores va a una feria donde se venden animales
silvestres la gente se pone del lado de... los ilegales. Es irrefutable
que si no existiera la demanda de, por ejemplo, el lorito hablador del
Chaco o de los tucanes, éstos tendrían un problema menos.
Animalitos como el aguará guazú no forman parte de nuestra
cotidianidad. En el fondo, la principal amenaza para la fauna es el
desconocimiento, dice Bertonatti. "Ni sabemos cómo se llama". Los libros que
leen nuestros niños pequeños están llenos de osos
pardos.
Fuente:
Gabriel
Giubellino - Clarín.
Ha desaparecido más de la
mitad del bosque de Caldén en Argentina.
Más de la mitad del bosque de caldén en
Argentina ya no está. Según estimaciones, de las
7.350.000 hectáreas que había orginalmente (una
superficie que equivale a la mitad de La Pampa), hoy hay
menos de 2.300.000 hectáreas, un 31%. Y el problema no
termina. El que queda no es el original, está
fragmentado, y con las vacas y el arado a punto de
entrar. Más de la mitad del bosque de caldén en Argentina ya
no está. Según estimaciones, de las 7.350.000 hectáreas
que había orginalmente (una superficie que equivale a la
mitad de La Pampa), hoy hay menos de 2.300.000
hectáreas, un 31%. Y el problema no termina. El que
queda no es el original, está fragmentado, y con las
vacas y el arado a punto de entrar.
Según el "Inventario de campo de la región del
Espinal, formaciones de Caldén y Ñandubay", el desmonte
para leña, los incendios y la extensión de la frontera
agropecuaria, son algunas de causas del estado crítico
en que se encuentra el bosque de caldén. Realizado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación, señala que las "diferentes
actividades humanas como el desmonte para la
reconversión de tierras, la extracción selectiva, el
sobrepastoreo y los incendios forestales, han
contribuido a la reducción de la superficie boscosa
total y degradaron cualitativa y cuantitativamente los
bosques remanentes de caldén".
El caldenal es único en el mundo. Originalmente
ocupaba el centro y sur de San Luis, sudoeste de
Córdoba, centro sur de La Pampa, sur de Buenos Aires y
el noreste de Río Negro. Entre llanuras y algunas ondulaciones, era un
bosque abierto con caldenes de gran porte creciendo
entre pastizales. Pero la situación cambió. De la superficie original
apenas queda un 31% y en muy mal estado. En Córdoba ocupaba unas 3.000.000 de hectáreas (un
20% del territorio provincial), mientras que hoy no
supera las 50.000 has. (un 0,3% de la Provincia). En San Luis, antes, cubría unas 850.000 has. y ahora
apenas unas 644.000 has. (un 1,8% del total provincial). En La Pampa había una superficie de bosque de
3.500.000 has., que abarcaba el 24% de la superficie
provincial. Hoy apenas quedan un remanente de no más de
1.600.000 has., es decir, apenas un 11% del territorio
provincial.
"En la actualidad los bosques de caldén están siendo
amenazados por la extensión de la frontera agrícola
favorecida por los valores de mercado de los productos
agropecuarios, el aparente incremento de las
precipitaciones en la región en los últimos años y la
utilización de modernos sistemas de labranza e
irrigación que permiten el uso de áreas que en el pasado
no eran deseables para cultivos", agrega el Inventario. Y el panorama es bastante desalentador. Desmontes,
incendios, caminos y picadas, campos arados… parten el
bosque y lo convierten en un gran tablero de ajedrez. El
problema es que se fragmenta el hábitat de cientos de
especies vegetales y animales. Existen fragmentos que
van desde una hectárea (una manzana en una ciudad
cualquiera) hasta unas 50.000 has. Pero lo más alarmante
es que la mitad de estos corresponde a fracciones de
menos de 100 has.
Especies que se van
Están identificadas
una variedad de 333 especies de vertebrados, 71
mamíferos (mayormente terrestres), 68 reptiles, 15
anfibios y un total de 178 especies de aves, de las
cuales unas 70 son acuáticas, semiacuáticas o
periacuáticas. Sin embargo, se denuncia que la degradación y la
pérdida del hábitat son una amenaza actual.
"En los últimos 100 años se han extinguido localmente
unas 15 especies de vertebrados, y dos aves migratorias,
la Gallineta antártica y el Playero esquimal, están a
punto de desaparecer globalmente. La presencia histórica
de algunas especies perdura sólo en toponimias que hoy
sorprenden, pero que hace apenas un siglo testimoniaron,
por ejemplo, la existencia de Panthera onca ("tigres" o
yaguareté,) y de otros representantes de una fauna hoy
extirpada para siempre del centro de Argentina". Según
el trabajo de la SAyDS, ya no hay bosque original. De
hecho, el que se observa, corresponde a una nueva
configuración que le han dado el ganado, el fuego (sólo
"en La Pampa se quemó un promedio de 300.000 hectáreas
por año en los últimos 5 años") y la introducción de
especies exóticas. Así, caldenes flacos y pastizales
naturales modificados conforman hoy un bosque
impenetrable.
Usted es el visitante
numeroque consulta esta sección.