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Balaur bondoc, un
nuevo dinosaurio terópodos de Rumania.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontologia. Año
8.
Numero 50. Noviembre de 2010.
Científicos descubrieron en Rumania los fósiles de un
nuevo tipo de dinosaurio que parecía una versión robusta
del Velociraptor. El llamado
Balaur bondoc (que en rumano significa dragón robusto) vivió
hace unos 70 millones de años en una región del este de
Europa que entonces estaba formada por un archipiélago.
Además
de sus fornidas extremidades, el animal se diferenciaba
del Velociraptor porque contaba con dos
garras grandes y afiladas en cada pata. Con éstas, dicen
los investigadores en
Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)
(Actas de la Academia Nacional de Ciencias) , podía
hacer pedazos a sus presas.
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El hallazgo fue llevado a cabo por científicos
de la Universidad de Bucarest, del Museo de la
Sociedad de Transilvania, en Rumania, y del
Museo Estadounidense de Historia Natural. "Hemos
estado esperando un hallazgo como éste y
logramos obtener sorpresas muy interesantes",
dice Mark Norell, uno de los investigadores. "El
B. bondoc es pesado, con
extremidades inesperadamente robustas y huesos
fusionados. |
Demuestra lo inusual que era la fauna en esa región
durante los últimos años de la era de los dinosaurios",
agrega. A fines del período Cretácico, en la región de
Rumania donde fue encontrado el B. bondoc,
el alto nivel del mar cubría gran parte de lo que hoy
conocemos como Europa continental.
Así que
Rumania, que entonces era una isla, ofrece uno de los
mejores escaparates para conocer lo que era Europa en la
era de los dinosaurios. Según los científicos el
B. bondoc es el primer esqueleto razonablemente
completo de un dinosaurio carnívoro de esa época y
demuestra que la región estaba dominada por animales más
pequeños y más primitivos que sus parientes que vivían
en las grandas masas continentales.
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"Quizás Balaur era uno de los
depredadores más grandes que vivieron en este
ecosistema", dice Zoltan Ciski, otro de los
investigadores. Y agrega que aunque la criatura,
que medía entre 1,8 y 2,1 metros, es
extremadamente inusual, está cercanamente
relacionada al Velociraptor y a
los dinosaurios emplumados que han sido
descubiertos en China. Los fósiles encontrados
incluyen una pierna, cadera, columna vertebral,
brazos, pata, costilla y huesos de la cola.
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Tenía
una garra con una uña grande que podía extender -quizás
para destrozar a su presa- junto a otra uña grande en
una segunda garra. El dinosaurio contaba con patas y
piernas cortas y robustas y su pelvis tenía áreas
enormes de uniones musculares, lo cual indica que estaba
adaptado para la fuerza más que para la velocidad.
Tal
como señala Stephen Brisatte del Museo de Historia
Natural, "comparado con el Velociraptor,
este dinosaurio probablemente era más un boxeador que un
corredor, y quizás era capaz de derrotar a animales más
grandes que él, igual que los carnívoros de hoy en día".
Dicerorhinus hemitoechus, un rinoceronte
prehistórico de Galicia.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 50. Noviembre de 2010.
Todavía
no se sabe si las excavaciones que se realizan
actualmente en el yacimiento descubierto en la cantera
de la empresa Campesa, en Becerreá, depararán nuevos
hallazgos. Lo que sí se puede afirmar es que este lugar
ha proporcionado ya uno de los depósitos de fauna
cuaternaria más abundantes y variados que se conocen en
Galicia. La voladura que reveló la existencia de la
cueva que está siendo investigada ahora por los
arqueólogos -y que al mismo tiempo fue destruida en su
mayor parte por la explosión- puso al descubierto una
gran cantidad de restos de numerosas especies animales
cuyo estudio puede suministrar datos de gran valor sobre
la evolución del medio ambiente en la montaña lucense.
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Una de las mayores singularidades de este
yacimiento consiste en que contiene numerosos
fósiles de rinoceronte. Estos restos ya han sido
identificados como pertenecientes a la especie
Dicerorhinus hemitoechus, un tipo
de rinoceronte extinguido muy característico de
la fauna europea del Pleistoceno. El arqueólogo
Manuel Vaquero, director de las excavaciones,
señala que esta especie es la más abundante
entre los animales de gran tamaño que se han
localizado en el yacimiento. |
«Es muy
curioso que apareciesen tantos restos de rinoceronte en
una cueva, porque estos animales no frecuentaban
precisamente las cavernas, en las que lo más normal es
encontrar restos de osos y otros carnívoros», señala. Lo
más lógico es suponer que estos animales fueron
arrastrados al interior de la cueva por carnívoros que
los consumieron, aunque también cabe la posibilidad de
que algunos de ellos cayesen accidentalmente dentro de
la cavidad a través de simas o pozos naturales abiertos
en la superficie del terreno.
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La peculiaridad del hallazgo resulta mayor si se
tiene en cuenta que esta especie, a menudo
denominada rinoceronte de las estepas, se
considera característica de los espacios llanos
y abiertos. «En este caso han aparecido en un
contexto de montaña, lo que le añade mucho
interés al yacimiento, porque es una ubicación
bastante poco común», apunta Vaquero. En el
lugar se han encontrado también vestigios de
otras especies extinguidas o desaparecidas del
continente hace miles de años. |
Entre
ellos hay fósiles de león, hiena y pantera europea, una
subespecie extinta del leopardo. De esta última se ha
podido hallar una mandíbula completa y en buen estado de
conservación que Vaquero califica como «una pieza de
museo muy notable». La colección comprende asimismo un
buen número de fósiles de oso, un animal mucho más fácil
de encontrar en hábitats de tipo cavernario.
Además de los mencionados rinocerontes, el yacimiento
proporcionó fósiles de diferentes tipos de herbívoros,
como caballos y bóvidos. Entre estos últimos figuran los
restos de un ejemplar que podría tratarse de un bisonte
o bien de un uro o toro salvaje. Los primeros restos de
uro conocidos en Galicia fueron hallados recientemente
en una caverna caliza de la sierra de O Courel por
investigad.
Pelagornis chilensis, un ave marina del
Mioceno de Chile.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 50. Noviembre de 2010.
Este
ave sí que hace honor a su herencia de dinosaurio.
Durante décadas, los fragmentos de fósiles encontrados
sugerían que las aves prehistóricas extintas podían
habían tenido una
envergadura de alas de hasta 6 metros,
más del doble que los albatros errantes de hoy en día,
el ave voladora más grande en la actualidad.
Las
especulaciones se han confirmado ahora, al descubrirse
un esqueleto casi completo de 'Pelagornis
chilensis', un ave marina que vivió en Chile
hace entre 5 y 10 millones de años. Los huesos indican
que las alas de este gigante del cielo alcanzaban los
5,2 metros de envergadura al menos,
según indica el coordinador del análisis del Museo
nacional de Historia natural de Santiago de Chile, David
Rubilar. El trabajo aparecerá en la revista Journal of
Vertebrate Paleontology.
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El ave tenía unos huesos delgados, y como los
fósiles anteriores aparecieron aplastados, no se
había podido determinar su tamaño original. El
nuevo fósil, sin embargo, está
intacto en un 70% del total, y
demuestra que la envergadura estimada de las
alas de hasta 6 metros para el Pelagornithid era
excesiva, según Rubilar. |
...
hace unos seis millones de años, convivieron con varias
especies de aves de gran tamaño. Entre ellas, destaca la
recién descubierta Pelagornis chilensis,
cuya envergadura ósea de más de cinco metros la
convierte en el ave voladora "con el mayor esqueleto" de
la historia, según explica a Público el paleontólogo del
Instituto de Investigación de Senckenberg (Alemania)
responsable de la investigación, Gerald Mayr.
El
fósil fue descubierto en el yacimiento de Bahía Inglesa
al norte de Chile y contenía el 70% del esqueleto, según
el artículo publicado en Journal of Vertebrate
Paleontology. La extensión de sus alas alcanza los 5,2
metros, aunque "sus huesos son muy finos y ligeros",
aclara Mayr. Por ello, a pesar de su gran envergadura,
su peso sólo oscilaba entre los 16 kilos y los 29 kilos.
Esta estimación "no está muy por encima de la masa de
las aves vivas más pesadas" que se han descubierto,
afirma.
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Otras dos especies de aves prehistóricas han
sido caracterizadas con envergaduras superiores
a la del chilensis. No obstante,
según Mayr, estas cifras son "algo especulativas
y desmesuradas". Esto se debe a que la
envergadura total de un ave se establece en
función de sus plumas, por lo que es imposible
determinarla con exactitud en función de un
registro fósil. |
"Hemos
sido muy conservadores en nuestras estimaciones", añade
el paleontólogo, ya que sus finos huesos "no habrían
soportado el peso de un gran plumaje". Según los
investigadores, "las plumas principales del chilensis
sólo pudieron llegar a medir unos 40 centímetros".
A pesar
de su gran tamaño, Mayr no duda en afirmar que el
chilensis "era capaz de volar grandes
distancias". Otro rasgo característico de la especie
radica en su singular pico, ya que sus restos revelan la
presencia de prolongaciones en su mandíbula que
utilizaba a modo de falsos dientes. Este es un rasgo
común en la familia de los pelagornítidos, dentro de la
que se ha incluido al chilensis.
La falsa dentadura de esta ave marina le servía para
cazar "presas escurridizas como los calamares", opina
Mayr. Según el científico, el chilensis
nadaba rozando la superficie del mar con la parte
inferior de su mandíbula sumergida en el agua hasta que
enganchaba una presa.
Mayr afirma que el gran tamaño de esta especie se debe a
un rasgo evolutivo para evitar la competencia con otras
aves. No obstante, esta característica también tiene sus
desventajas. Las crías del chilensis
debían emplear más tiempo en su desarrollo, lo que las
hacía más susceptible frente a sus posibles
depredadores.
Hallan magníficos fósiles de Incayaku
paracasensis, un pingüino gigante de Perú.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 50. Noviembre de 2010.
La prestigiosa revista científica Science publicó, un
artículo sobre un pingüino prehistórico gigante hallado
en el Perú.
En el 2007, el paleontólogo peruano Rodolfo Salas y su
equipo descubrieron al animal que había habitado en el
Perú hace 36 millones de años. El investigador Alí
Altamirano fue quien encontró el fósil primero, cuando
observaba aves marinas en medio del desierto iqueño. Él
vio la roca de donde sobresalía la pata del animal y se
lo comunicó a Rodolfo Salas, encargado del Departamento
de Paleontología de vertebrados del Museo de Historia
Natural de la Universidad de San Marcos. Junto a otros
científicos del museo y del Instituto de Investigación
para el Desarrollo de Francia en el 2007, desenterraron
al pingüino en la bahía de Paracas y lo trasladaron al
Museo de Historia Natural.
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Julia A. Clarke de la Universidad de Texas
lideró el equipo de paleontólogos, geólogos y
biólogos que estudiaron el espécimen que,
después de 36 millones de años, vio la luz. El
pingüino ha recibido el nombre 'Incayaku
paracasensis' y medía 1.5m. y pesaba 54
kilos. Vivió en el Eoceno tardío, hace 36
millones de años, un periodo caracterizado por
el clima cálido y una fauna rica en lo que hoy
es la Reserva Nacional de la Bahía de Paracas:
colosales tiburones, variados cocodrilos,
cetáceos primitivos y aves gigantescas. El
artículo de la revista Science trata de esta
investigación que se centró sobre todo en las
plumas del animal. La fosilización de partes
blandas es muy difícil; pero en este caso se han
conservado no solo las plumas del cuerpo y las
alas, sino las escamas de las patas.
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Por primera vez se ha revelado la forma de las plumas de
los pingüinos prehistóricos y hasta el color. El
Incayaku paracasensis era gris y marrón rojizo,
a diferencia de los pingüinos modernos que son negros y
blancos. La importancia de la conservación de las plumas
permite estudiar la evolución de los especímenes de esa
época hasta el diseño de las plumas de los pingüinos
actuales.
Este ha sido un hallazgo importante para la
paleontología peruana y el primero de muchos, ya que el
Museo de Historia Natural de la Universidad de San
Marcos cuenta con fósiles de otros animales. El
paleontólogo Rodolfo Salas dijo a Terra sentir que "se
están cumpliendo algunos sueños de mi infancia", ya que
estos descubrimientos son "nuevas evidencias que sirven
para entender la historia de la vida en nuestro
planeta".
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Él publicó recientemente en la importante
revista científica Nature una investigación con
el paleontólogo Mario Urbina sobre una ballena
asesina prehistórica. Aparte, ha descubierto
fósiles de mamíferos en cuevas de los Andes
Centrales y en las riveras de ríos amazónicos,
un perezoso acuático en Arequipa de seis
millones de años, entre otros. "Lo importante de
estos hallazgos -cuenta el científico- es que
algunos de estos fósiles conservaron en su
interior el preciado ADN". |
Para Salas, este descubrimiento debería servir "para que
las autoridades entiendan la necesidad de apoyar la
investigación y así desarrollar la paleontología en el
Perú". Las escamas de las patas del animal le dieron el
apodo de “Pedro”, por la novela colombiana Pedro, el
escamoso. En Noviembre, Pedro será presentado al público
en el Centro de Interpretación de Paracas de la Bahía de
Paracas, donde se exhibirá junto a una réplica en tamaño
natural.
Drakozoon una antiquísima y extraña
criatura marina de 444 millones de años.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 51. Noviembre de 2010.
En una
nueva investigación, un modelo 3D por ordenador
preparado a partir de restos fósiles revela una singular
criatura, con una forma parecida a la de una gota, que
vivió en el mar hace unos 425 millones de años. El
modelo está ayudando a los investigadores a averiguar
qué aspecto tenían las especies primitivas del pasado
remoto de la Tierra, y cómo pudieron evolucionar hacia
los tipos de seres que pueblan hoy el planeta.
Los
científicos, del Imperial College de Londres, han
desarrollado un modelo 3D detallado de los únicos
especímenes fosilizados conocidos de una criatura
llamada Drakozoon. El espécimen fue
descubierto por un miembro del equipo hace cerca de seis
años, en uno de los depósitos de fósiles de criaturas de
cuerpo blando más ricos de Inglaterra. El
Drakozoon vivió en el océano durante el Período
Silúrico, hace entre 444 y 416 millones de años, y los
modelos actuales dan indicios sobre cómo vivió.
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La investigación revela que el Drakozoon
era una criatura cónica con una forma
parecida a la de una gota y que probablemente
tenía una piel exterior correosa. Parece que
sobrevivía en el océano adhiriéndose a
superficies rígidas como rocas o criaturas de
concha dura. Tenía aproximadamente 3 milímetros
de longitud, y usaba tentáculos con filamentos
para atrapar en el agua partículas orgánicas de
las que se alimentaba. |
Poseía
una especie de capucha protectora, la cual hacía
descender para cubrir su cuerpo y protegerse contra los
depredadores, retrayéndola de nuevo para exponer sus
tentáculos al agua cuando pasaba el peligro.
Tal como subraya Mark Sutton, del Imperial College de
Londres, este modelo 3D revela de manera bastante
detallada el aspecto de un ser del que hasta hace poco
nadie sabía siquiera que existía. Examinando esta
criatura tan arcaica, también es posible avanzar un paso
más hacia el conocimiento de cuál era el aspecto que
tenían las criaturas macroscópicas más antiguas de la
Tierra.
Los científicos han debatido durante muchos años sobre
qué apariencia poseían los primeros antepasados de todas
las criaturas en la Tierra y cómo evolucionaron sus
cuerpos. Algunos piensan que las criaturas tenían
unidades repetidas, de manera similar a las que tiene
una oruga con sus muchos segmentos y patas, mientras que
otros piensan que sus cuerpos estaban estructurados más
libremente, de modo similar a como lo están las babosas.
Hallan restos fósiles de un extraño
rinoceronte en Rusia.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 51. Noviembre de 2010.
Un
grupo de paleontólogos descubrió restos de un
rinoceronte fosilizado de al menos 20 mil años de
antigüedad en una cueva de Dalnegorsk, en la región rusa
de Primorie, informó el Club de Historia de esa
localidad fronteriza con China.
 |
"La cueva está resguardada de vientos y lluvias,
por lo que la riqueza que escondía se ha
conservado bien", afirmó el paleontólogo y
presidente de esa asociación, Víctor Tatárnikov.
Los huesos del animal fueron encontrados en una
cavidad subterránea de piedra caliza de unos 30
metros de profundidad, agregó Tatárnikov, citado
por la agencia RIA-Nóvosti. |
Según
el paleontólogo de la Academia de Ciencias de Rusia
Nikolái Ovódova, quien participó en numerosas
expediciones en el Lejano Oriente y Siberia, los restos
fosilizados del rinoceronte tienen un mínimo de 20 mil
años de antigüedad. En la misma cueva se hallaron
también fósiles de un ciervo y de un oso de las cavernas
en buen estado de conservación. Las excavaciones, que
deben realizarse a mano por las características del
terreno y la fragilidad de los fósiles hallados,
continuarán hasta final de año, señaló Tatárnikov.
Una vez
finalizado el trabajo de campo, los fósiles serán
trasladados hasta un centro paleontológico donde Ovódova
realizará los análisis pertinentes.
Paleontólogos registran grupos extintos
de marsupiales en Bolivia.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 51. Noviembre de 2010.
Un
equipo de paleontólogos reportó cuatro grupos extintos
de marsupiales registrados en diferentes yacimientos de
Bolivia, con data de millones de años. Algunas especies
tienen descendientes evolucionados habitando en el
territorio.
El informe fue brindado por la paleontóloga Alejandra
Abello, en la conferencia “Marsupiales extintos en
América del Sur” organizada por el Instituto de
Investigación para el Desarrollo (IRD) de Francia.
Abello es investigadora del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), del
Laboratorio de Sistemática y Biología Evolutiva (LASBE)
de Argentina. La paleontóloga, miembro de un grupo de
investigadores bolivianos y extranjeros, en el marco de
una colaboración científica en paleontología de
vertebrados entre el CONICET y el Laboratorio de
Paleontología de La Paz, trabaja en la reconstrucción de
la historia de los mamíferos en Bolivia.
 |
“Los marsupiales que habitan actualmente en
América, en su gran mayoría comadrejas, son el
reducto de un grupo de extraordinaria diversidad
en el pasado de este continente. Durante su
historia evolutiva alcanzaron una diversidad,
tanto taxonómica como de tipos ecológicos
comparable a la desarrollada en Australasia”. A
diferencia de lo evidenciado en aquella región,
la evolución de los marsupiales en América del
Sur fue particular, debido a su coexistencia con
diferentes grupos de mamíferos placentarios,
nativos e inmigrantes, con los cuales
repartieron sus distintos roles ecológicos.
|
Entre
las formas extintas se cuentan especies semejantes a las
ratas canguros, primates, pequeños roedores y ciertos
marsupiales que actualmente habitan en Australia. La
charla magistral tuvo énfasis en los variados linajes
extintos y su registro fósil en Bolivia, de los cuales
se reporta cuatro grupos: Didhelphomorfia, Pucadelphys
Andinus, Paucirtuberculata, Polydolophymorphia. El
Pucadelphys andinus es el marsupial más
antiguo, de data de 62 millones de años atrás y fue
encontrado en el Yacimiento de Tiupampa, departamento de
Potosí. En el orden Paucirtuberculata se han registrado
dos especies, el Evolestes de pequeño tamaño y
alimentación insectívora, y el Hadromammatos de tamaño
mayor y de alimentación frutívora. Las dos halladas en
el Yacimiento de Salla, provincia Aroma de La Paz, de 25
a 27 millones de años atrás.
En el orden Polydolophymorphia, están las familias
Proargyrolagus bolivianus y Argyrolagidae,
esta última con representantes en el territorio
boliviano y se trata de una especie convergente con
roedores actuales. Ambas especies provienen de la
localidad de Salla, La Paz, con antigüedad de 27
millones de años. Otra especie en esta orden es
Hondalagus altiplanensis registrada en Quebrada
Honda, Tarija, con data de dos millones de años.
Los
marsupiales son una clase de mamíferos que habitan en la
actualidad en Australia y Asia, como los Thylacinidae,
Thylacomyidae y el Notoryctidae, entre ellos el
carnívoro marsupial australiano, topos marsupiales, el
conocido demonio de Tasmania, el canguro arborícola y
otros. En Sudamérica están identificadas unas cuatro
familias. El orden más diverso es el Didhelphimorphia
como la comadreja común; otro grupo es el Microbiotheria,
que habita en el monte, en Chile y Argentina. El orden
Paucirtuberculata cuenta con seis especies actuales,
entre ellas las Comadrejitas antiguas que tienen una
distribución andina, el caso de Bolivia.
 |
El origen de los grupos se remonta al tiempo
cretácico temprano de Asia, existen otros
registros en Europa, América del Norte, África y
la Antártida. Se ha identificado como una de las
vías de dispersión de los marsupiales desde Asia
hacia América del Norte, y Europa. Desde América
del Norte se produjo una o varios
desplazamientos a América del Sur, luego hacia
la Antártida y Australia.
Abello explica que los marsupiales son los más
cercanamente emparentados a los mamíferos
placentarios. |
El
grupo más primitivo de mamíferos actuales es el
Prototheria, en el cual se mencionan al monotrema y
ornitorrinco que se reproduce por huevo. Se cuentan
características como el sistema reproductor femenino, la
reproducción y el desarrollo temprano de las crías.
Completan el crecimiento unidos a los pezones de donde
se alimentan con la leche materna.
Las mamas están rodeadas de un repliegue de piel llamado
marsupio; sin embargo, a pesar del nombre, no todos los
marsupiales lo tienen. Hasta los tres meses se
desarrollan en el marsupio, hasta los siete meses tienen
alimentación mixta (leche y depende de la dieta de la
especie), y al año abandonan el marsupio.
Los marsupiales suelen tener úteros y vaginas dobles o
vagina media, conectados con el seno urogenital en el
momento del parto. La paleontóloga explica que sus
estudios han sido posibles por los hallazgos de restos
fósiles, como partes de cráneos y piezas dentarias. Por
ejemplo, una característica para identificar a un
marsupial es la cópula dentaria que cuenta con cinco
incisivos superiores, cuatro inferiores, tres premolares
y cuatro molares.
El equipo de investigadores recorrerá por algunas
regiones del país para realizar más hallazgos de fósiles
sobre esta especie.
Para más información sobre el tema el contacto es
mabello@fcny.munlp.edu.ar
Espeleólogos del Aloña Mendi hallan
fósiles de Ursus Spelaeus en una cueva.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 52. Diciembre de 2010.
Los
espeleólogos del Aloña Mendi (AMET) han vuelto a
demostrar que practican un deporte al servicio de la
ciencia, al hallar en una de sus últimas introspecciones
el cráneo completo de un oso pardo, un ejemplar del que
existen poco restos fósiles en las cuevas, ya que al
contrario que el oso cavernario utilizaba refugios menos
específicos.
Los
restos se han localizado en la cueva Fraidebaso 1, de
los alrededores de Arantzazu, una cavidad que no había
sido explorada hasta la fecha porque tenía un acceso muy
complicado, y que guardaba en sus entrañas un pequeño
tesoro paleontológico. El hallazgo fue comunicado a un
arqueólogo del departamento de prehistoria de la UPV que
se mostró dispuesto a entrar en la cueva y examinar los
restos.
 |
Según estas primeras investigaciones, el cráneo
y los restos hallados por los espeleólogos del
Aloña Mendi, corresponden a una hembra de
grandes proporciones que, al parecer, entró en
la cueva para dar a luz ya que junto a ella se
han encontrado los restos de un osezno de unos
tres meses. También han localizado en la misma
cueva restos de otro oso joven de otra época,
que posiblemente falleció de hambre o enfermedad
mientras hibernaba y de una cabra de una raza ya
extinguida. |
A la
aventura, misterio y esfuerzo físico que requiere
explorar una cueva hay que añadirle sus aportaciones
científicas. En Amet siempre han ayudado y tomado parte
en investigaciones topográficas, geológicas, biológicas,
hidrológicas y arqueológicas, y en este caso su hallazgo
puede ayudar a desentramar como era el ecosistema
oñatiarra hace 10.000 años.
Una de
la peculiaridades de este último hallazgo es que se
trata de un oso pardo, no de un oso de las cavernas o
cavernario. Para hibernar los osos pardos utilizaban
refugios menos específicos y por eso precisamente aún
perdura la especie. No son numerosos los hallazgos de
fósiles en yacimientos de cueva. Los osos pardos no
dependían tanto del hábitat de las cuevas, que se fue
degradando, y por ello no siguieron el mismo patrón que
los osos de las cavernas.
 |
El oso de las cavernas, del que se han hallado
muchísimos ejemplares en la zona, se extinguió
en Europa hace unos 25.000 años. La última gran
glaciación durante el Pleistoceno fue el golpe
final para su extinción. Sin embargo, un estudio
reciente ha demostrado que el declive del
'Ursus Spelaeus' comenzó mucho antes,
hace 50.000 años, debido a la expansión humana y
no tanto al cambio climático. Un equipo
internacional de científicos ha analizado
secuencias de ADN mitocondiral a partir de 17
nuevas muestras fósiles, entre otras, y lo ha
comparado con el oso pardo actual. |
Las
dataciones radiométricas de los restos fósiles señalan
que el oso de las cavernas dejó de ser abundante en los
yacimientos de Centroeuropa ya hace unos 35.000 años.
Mientras los especialistas analizan el último hallazgo
paleontológico que han dado a luz las inmensas galerías
subterráneas oñatiarras, los espeleólogos de Amet siguen
descubriendo nuevas galerías. Se trata de catalogar y
descubrir el rico patrimonio subterráneo oñatiarra,
resultado de los procesos geológicos que han gobernado
la sedimentación y la formación de rocas calizas en los
mares cálidos que existían sobre la región durante los
periodos Jurásico y Cretácico.
Platalearostrum hoekmani, una nueva
especie de delfín del Plioceno de Holanda.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 52. Diciembre de 2010.
Un
nuevo tipo de delfín jamás identificado hasta el
momento, de nariz corta en forma de cuchara y un
bulbo en la cabeza como si fuera un balón, ha sido
descubierto por un grupo de científicos tras
analizar un fósil que apareció en el Mar del Norte.
El animal, que tenía una longitud aproximada de unos
seis metros, vivió hace dos o tres millones de años,
según explican los científicos en la revista
especializada Deinsea, del Museo de Historia Natural
de Rotterdamn, en Holanda. Creen que
su pariente vivo más cercano es
la ballena piloto.
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La especie ha recibido el nombre de
«Platalearostrum
hoekmani» en honor de Albert
Hoekman, un pescador holandés que en 2008
recogió del fondo del mar el cráneo de la
criatura, bastante bien conservado. Ahora,
ese hueso se expone junto a una recreación
de este tipo de delfines en el museo
holandés. Según explican los investigadores
Klaas Post y Kompanje Erwin, el Mar del
Norte se ha convertido en una rica fuente de
fósiles en las últimas décadas. La pesca de
arrastre ha rescatado decenas de miles de
huesos antiquísimos, algunos de los cuales
no han podido ser clasificados aún. |
Pero
los científicos no tienen dudas respecto a la
procedencia del fósil del «Platalearostrum
hoekmani». Según explican, pertenece a la misma
familia de mamíferos marinos que los delfines. El fósil
muestra una caractarística única en la cabeza, una zona
de punta insualmente grande con seis dientes que sugiere
la existencia de un hocico grande y contundente.
Hallan fósiles de Tabaco de principios
del Pleistoceno de Perú.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 52. Diciembre de 2010.
Una
expedición en la selva norte de Perú descubrió una masa
compacta con hojas fosilizadas de tabaco, en una zona
que corresponde geológicamente al Pleistoceno, lo que
revelaría que esa planta existió en Perú hace 2,5
millones de años.
El director del Museo Paleontológico Meyer Honninger,
Klaus Honninger, y el experto en paleobotánica Luis
Cabrera encontraron el estrato de la era pleistocénica
en la cuenca del río Marañón, en la región Amazonas, con
las concreciones de hojas fosilizadas de tabaco, según
un comunicado remitido a Grupo Paleo. "Este hallazgo
realizado en la selva alta al norte del Perú permite
determinar, inicialmente, que el origen de la planta se
remonta al Pleistoceno y confirmar que el tabaco es
oriundo del norte peruano", afirmó la fuente.
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Los expertos en botánica habían determinado que
el origen del tabaco se situaba en la zona
andina entre Perú y Ecuador, debido a los
hallazgos de los primeros cultivos que se
hicieron entre 5.000 y 3.000 años antes de
nuestra era, agregó la fuente. Además de
fumarse, el tabaco se aspiraba por la nariz, se
masticaba, se comía, se bebía, se untaba sobre
el cuerpo, se usaba en gotas en los ojos y se
usaba en enemas por parte de los pobladores
antes de la colonización (1492) de América del
Sur, explicó el museo.También se usaba en ritos
guerreros antes de la lucha, se esparcía en
campos antes de sembrar, se ofrecía a los
dioses, se derramaba sobre las mujeres antes de
una relación sexual y se utilizaba como
narcótico. |
El
referido museo tiene varias colecciones de fósiles
animales y vegetales que serán exhibidas a partir del
próximo año en un parque temático en la ciudad norteña
de Chiclayo. Entre las piezas fósiles más destacadas del
futuro museo figura un tiburón de 18 metros de largo
llamado Megalodón, un felino conocido como
diente de sable y un cerebro de ballena, entre otras.
Koreaceratops hwaseongensis, un nuevo
dinosaurio de Corea del Sur.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
8.
Numero 52. Diciembre de 2010.
Un
equipo internacional de investigadores confirmó que
varios huesos hallados en el 2008 en Corea del Sur
pertenecen a un tipo de dinosaurio de la familia de
los ceratopsianos hasta ahora desconocido, que vivió
en la zona hace 103 millones de años. El fósil de un
nuevo y diminuto dinosaurio con cuernos fue
descubierto en Corea del Sur y es el primero de su
tipo en una zona donde es rara esta clase de
hallazgos, anunciaron varios científicos.
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 |
Este descubrimiento está ayudando a los
investigadores a resolver el misterio de
cómo evolucionaron los dinosaurios astados
para empezar como criaturas pequeñas del
tamaño de un perro en Asia y terminar siendo
enormes dinosaurios como los Triceratops que
deambulaban por América del Norte. “Es un
raro hallazgo”, indicó Michael Ryan, curador
y jefe de paleontología de vertebrados en el
museo de historia natural de Cleveland. |
“No se suelen hallar fósiles de dinosaurios en esta
región, donde se registra con más frecuencia
evidencia de huevos de dinosaurio y huellas”, dijo
Ryan. “El
espécimen es importante porque llena un eslabón
perdido de 20 millones de años en el registro fósil,
entre el origen de estos dinosaurios en Asia y su
primera aparición en América del Norte”. El
Koreaceratops hwaseongensis tenía un pico
como el de un loro del que sobresalía una mandíbula
llena de dientes, con una gruesa cola con forma de
abanico que podía haberlo ayudado a nadar.
 |
Ryan es coautor de la investigación liderada
por Yuong-Nam Lee del instituto coreano de
geociencia y recursos minerales, publicada
en la edición del 18 de noviembre de la
revista en línea Naturwissenchaften: The
Science of Nature. El Koreaceratops tenía
cerca de 1,67 metros de alto y pesaba entre
27 y 45 kilos. |
Varios
científicos que se involucraron en la investigación y
provenientes de Corea del Sur, Estados Unidos y Japón
creen que la criatura vivió hace cerca de 103 millones
de años, en el periodo del temprano Cretáceo, por lo que
además era geológicamente más joven que el Triceratops.
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Hallan fósiles de Cheirogaster
bolivari,
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tortugas gigantes del Plioceno de Murcia. |
Publicado
en
Paleo.
Año 7. Numero 34. Febrero de 2009.
El Puerto de la
Cadena de Murcia escondía en su interior fósiles de
Cheirogaster bolivari, una especie de tortuga terrestre
gigante, cuyos caparazones superan el metro de diámetro y pesan más
de una tonelada, que datan de hace más de seis millones de años. El
hallazgo de los cuatro caparazones, dos de ellos todavía sin
extraer, se produjo el pasado octubre durante las obras de
construcción del tercer carril de la autovía A-31, que une el Puerto
de la Cadena con el polígono de San Ginés, por parte de la empresa
constructora, y fue certificado por la Asociación Cultural
Paleontológica Murciana.
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Los
restos encontrados, algunos de los cuales pueden verse ya en
el Museo Arqueológico de Murcia, fueron presentados por el
delegado del Gobierno en Murcia, Rafael González Tovar; el
consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, y el experto del
Museo de Paleontología de Elche Ignacio Fierro, quienes
destacaron la importancia de apostar por el patrimonio de la
Región. |
Los trabajos
llevados a cabo por los técnicos han conllevado también la
recuperación de 35 fragmentos de fósiles y huesos de bóvidos y
caballos, entre otros animales, como falanges, vértebras, dientes o
costillas. Ignacio Fierro explicó que se han llevado a cabo hasta el
momento tres intervenciones en la zona, en la primera de las cuales
se localizó el caparazón completo de una tortuga, de unos dos metros
de diámetro, mientras que en la última de ellas, que comenzó el 1 de
diciembre, está previsto extraer dos más.
 |
El
paleontólogo ilicitano apuntó la hipótesis de que hace más
de 11 millones de años la zona estaba cubierta por el mar,
poco a poco fue saliendo a la superficie y surgió un delta
que fue introduciendo sedimentos desde el mar que
arrastraron los caparazones de las tortugas muertas al lugar
donde se han encontrado. Los trabajos de excavación y
prospección continúan, y, según explicó Fierro, después de
trasladar los restos a la zona de almacenaje, se analizan y
estudian para obtener más información sobre ellos y su
procedencia. |
El consejero de
Cultura, que calificó los caparazones encontrados de "monumentales"
por su magnitud y estado de conservación, afirmó que en un futuro
serán expuestos en el Museo Paleontológico de Torre Pacheco. Por su
parte, el delegado del Gobierno en Murcia destacó la colaboración
entre ambas administraciones en la extracción de estos restos y
felicitó a la empresa constructora por "su responsabilidad" al
informar del hallazgo. Destacó también que "el beneficio de esta
intervención redundará en las investigaciones sobre el pasado de la
Región y en la difusión pedagógica de la riqueza paleontológica de
la zona para el disfrute del ciudadano".
Fuente: EFE y Grupo
Paleo.
Fósiles de criaturas marinas del Mioceno
en Ica, Perú.
Publicado
en
Paleo.
Año 7. Numero 34. Febrero de 2009.
Especialistas del
Instituto Geológico Minero Metalúrgico (INGEMMET) encontraron restos
fósiles de especies de entre 16 y 20 millones de antigüedad en el
desierto de Ocucaje (Ica), informó el jefe de proyectos de la
Dirección Geológica Regional de dicha institución, César Chacaltana.
En declaraciones a
la agencia Andina mencionó que entre lo observado en una última
salida de campo destacan los fósiles de ballenas, tortugas,
delfines, un tiburón de 15 metros de largo y un pingüino de un metro
y medio de estatura. El investigador, que dirige los trabajos en la
zona y es especialista en paleontología, destacó que Ocucaje
constituye un lugar privilegiado en el tema de restos fósiles,
debido a que se estima posee una buena cantidad de estos.
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Sostuvo que
la labor realizada por INGEMMET se lleva a cabo en
coordinación con el Instituto Nacional de Cultura (INC), con
el que se ha firmado un convenio a fin de procurar la
conservación y protección del patrimonio paleontológico de
Ica. “INGEMMET desarrolla las investigaciones de campo
buscando interpretar la evolución de estos ecosistemas y con
el INC se trabajan actividades destinadas a optimizar la
protección de lo encontrado”, precisó Chacaltana. Refirió
que uno de los acuerdos recientes apunta a generar identidad
paleontológica en Ocucaje e Ica mediante talleres en los
colegios, instituciones y población en general, paralelo a
los trabajos científicos. |
“Tenemos la tarea
del rescate de estos especimenes únicos en el mundo, crear convenios
internacionales para continuar con el proceso de investigación y dar
a conocer a la comunidad internacional el patrimonio
paleontológico”, enfatizó. Indicó, en ese sentido, que una de las
metas está orientada a la creación de un museo paleontológico en la
zona. “Hemos hablado con el INC-Ica para que disponga en su plan
presupuestal el tema del museo”, comentó. El especialista comentó
que otros lugares del país ricos en yacimientos de fósiles son Bagua
(Amazonas), Huancayo (Junín), donde se halló un tigre dientes de
sable, al igual que Piura.
Fuente: Ica y Grupo
Paleo.
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Fósil de Beipiaosaurus inexpectus, |
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presenta evidencias de plumas en su
cuerpo. |
Publicado
en
Paleo.
Año 7. Numero 34. Febrero de 2009.
Investigadores
de la Academia de Ciencias China en Beijing han descubierto
estructuras similares a largos alfileres en la cabeza, cuello y
tronco de un fósil de dinosaurio de 125 millones de años de
antigüedad en el yacimiento chino de Yixian. Estas estructuras,
cuyos detalles se presentan esta semana en la edición digital de la
revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', podrían
representar la forma más primitiva de plumas descubierta hasta la
fecha.
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Para los
científicos, este descubrimiento cubre las lagunas fósiles
sobre el desarrollo más primitivo de las plumas y apoya la
hipótesis de que éstas evolucionaron y se diversificaron
inicialmente en terópodos antes del origen de las aves y de
la evolución del vuelo. Todas las plumas descritas en los
terópodos que no son aves son estructuras compuestas
formadas por múltiples filamentos. Estas estructuras se
parecen en gran medida a fases avanzadas previstas ya en los
modelos de desarrollo del origen de las plumas pero no a las
de la fase inicial. |
Los investigadores
presentan ahora un tipo de pluma en dos especímenes del
tiricinosaurio Beipiaosaurus inexpectus, un dinosaurio
que vivió en el periodo Cretácico en Asia, en los que cada pluma
está representada por un único filamento amplio. Según los autores,
este tipo morfológico de pluma es congruente con la fase I de la
morfología que predicen los modelos de desarrollo, lo que supone que
ahora todos los tipos que predicen estos modelos se encuentran ya
representados en el registro fósil
Fuente: EP y
Grupo Paleo.
Descubren un cráneo de
Luangwa, un
cinodonte del Triasico de África.
Publicado
en
Paleo.
Año 7. Numero 34. Febrero de 2009.
Un grupo de
paleontólogos brasileños de la Universidad de Ulbra anunció el
hallazgo de un cráneo de cinodonte, un gigantesco reptil conocido
científicamente como 'Luangwa', que habitaba en África
hace 240 millones de años, y que pertenece al grupo que dio origen a
los mamíferos.
El
descubrimiento se produjo en una reunión rural de Dona Francisca, un
municipio en la región central del estado de Río Grande do Sul, al
sur del país. Además, ésta es la primera vez que consiguen obtener
un cráneo completo y en buenas condiciones. Hasta el momento, sólo
se habían descubierto pequeños fragmentos de otros fósiles del mismo
animal, el primero de ellos en Zambia.
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Según
los investigadores, la importancia del descubrimiento
confirma de nuevo la teoría de que el continente Africano y
Suramérica formaban parte de un mismo continente, 'Pangea',
ya que el descubrimiento de fósiles de este animal
prehistórico es mucho más común en territorio africano.
Estos animales tenían una gran variedad de formas cuando
habitaban en la Tierra hace unos 240 millones de años. Así,
todos se caracterizan por sus semejanzas con los mamíferos,
como la presencia de pelos y, probablemente, la sangre
caliente, según informó la agencia de noticias china Xinhua. |
"Uno de los
factores importantes en relación al descubrimiento es que el cráneo
del nuevo fósil se encuentra prácticamente completo, lo que
permitirá que sean realizados estudios más profundos sobre esta
especie", señalan los investigadores de la Universidad de Ulbra,
Sergio Furtado y Lucio Roberto da Silva. Los cinodontes, que se
expandieron durante el Triásico por todo el planeta, podían ser
omnívoros, herbívoros o carnívoros. El género 'Luangwa'
era omnívoro y podía medir desde pocos centímetros hasta dos metros
de altura.
Fuente: ABC
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Hallan en España huellas de dinosaurio |
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con una malformación en un dedo. |
Publicado
en
Paleo.
Año 7. Numero 34. Febrero de 2009.
El
equipo científico del Museo Jurásico de Asturias (Muja) ha
encontrado en la localidad maliayesa de Argüeru huellas de un
dinosaurio terópodo de hace 152 millones de años. Lo llamativo es
que las icnitas de este carnívoro del Jurásico Superior muestran una
deformación en el dedo cuarto del pie derecho, ya que «en dos
pisadas consecutivas aparece muy desplazado hacia la derecha»,
explica José Carlos García Ramos, director científico del Muja.
García Ramos destaca que, a pesar de esta malformación, el
dinosaurio no sufría cojera, ya que de ser así, hubiera dado un paso
corto y otro largo, argumenta. Estas circunstancias han llevado al
equipo científico del Muja a deducir que el animal jurásico pudiera
haber nacido con este defecto en el pie o bien que pudiera tratarse
de una herida o una fractura antigua, pues, de ser reciente, hubiera
cojeado.
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Las
icnitas halladas en el acantilado de Argüeru son importantes
porque, como afirma García Ramos, «es la primera vez que
tenemos constancia de que aparecen en la península Ibérica.
Hay pocos casos citados de malformaciones y heridas en los
pies registrados en huellas, aunque las malformaciones en
huesos sí son habituales». Este terópodo era un
individuo bípedo y tenía gran tamaño, dadas las dimensiones
de las huellas de sus pies, con una longitud de 58
centímetros y una anchura de 43. José Carlos García Ramos
señala que este dinosaurio «caminaba lento, a unos cinco
kilómetros por hora», quizá porque la lesión del pie «le
impedía avanzar más rápido». |
El equipo de
investigación del Muja publicó este hallazgo el pasado mes de
diciembre, en el último número de la revista científica francesa «Oryctos»,
junto con otro artículo en el que estudian diversos aspectos de las
huellas de dinosaurios y otros reptiles (pterosaurios, cocodrilos,
lagartos y tortugas) de la costa asturiana. Esta revista que publica
el Museo de Dinosaurios de Espéraza (Musée des Dinosaures d'Espéraza),
en el sur de Francia, recoge las actas del simposio internacional
sobre paleoicnología de dinosaurios y otros vertebrados que se
celebró en Fumanya (Barcelona), del 4 al 8 de octubre de 2005.
Estos dos artículos han sido realizados por el equipo de
investigación del Muja en colaboración con Marco Avanzini, del Museo
de Ciencias Naturales de Trento (Italia), y Martin Lockley, del
Museo de Huellas de Dinosaurio de la Universidad de Colorado, en
Denver (Estados Unidos).
Este terópodo se paseaba por la línea de costa maliayesa hace 152
millones de años. Aquella orilla del mar tenía poco que ver con la
actual. El director científico del Muja señala que, entonces, «no
había acantilados, era costa baja, con delta». Incluso, la dirección
del litoral era diferente a la que tiene hoy. En el jurásico
superior no había hierba, ya que «aparece en el Cretácico, aunque sí
existía un manto de vegetación y helechos», destaca García Ramos.
Los 33 grados de latitud de aquella etapa permitían la existencia de
tortugas, cocodrilos y reptiles marinos como ictiosaurios y
plesiosaurios.
Fuente; Oryctes y
Grupo Paleo.
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Estudios paleoetológicos demuestran que
Triceratops |
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peleaba como los animales actuales.
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Publicado
en
Paleo.
Año 7. Numero 34. Febrero de 2009.
Las persecuciones
de los 'Tyrannosaurus rex' a los grandes depredadores
como los Triceratops están arraigadas en los imaginarios
tanto científicos como populares. Sin embargo, estos grandes
herbívoros disponían de tres potentes cuernos (a los que deben su
nombre, etimológicamente: tres cuernos en la cara) que bien podían
usar para defenderse. Tenían dos grandes cuernos frontales y uno más
pequeño en la zona nasal. Pero, ¿los usaban realmente para eso?
Hasta el momento no
había consenso científico acerca de la utilidad de las defensas de
los Triceratops. Algunos científicos aseguraban que eran un
simple reclamo para atraer a las hembras de su especie. Mientras,
otros afirmaban que los utilizaban para luchar entre ellos y una
tercera corriente pensaba que eran sólo una defensa ante los
depredadores, como el T-rex. Un equipo de científicos
de tres centros científicos de Estados Unidos y Canadá ha realizado
el primer estudio exhaustivo de los restos fósiles de estos
dinosaurios y han dado con la respuesta definitiva.
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"Los
culpables más probables de las heridas que muestran los
cráneos de los Triceratops son los cuernos de
otros Triceratops", asegura Andrew. A. Farke,
coautor del estudio que ha sido publicado en la revista
científica 'PloS ONE'. Para llegar a esa conclusión, los
investigadores supusieron que si estos dinosaurios combatían
entre sí con los cuernos, deberían quedar restos de estos
combates en los fósiles óseos. Por ello, los autores del
trabajo analizaron más de 400 muestras de cráneos de
Triceratops y de un dinosaurio muy cercano
evolutivamente, el Centrosaurus. |
"Si el
Triceratops y el Centrosaurus sólo utilizaban sus
cuernos y atributos para exhibirlos no tendríamos que encontrar
diferencias en la tasa de lesiones de ambos animales", dice Farke.
Sin embargo, los investigadores descubrieron que el hueso escamoso a
modo de abanico que forma parte de su ornamentación ósea en la
cabeza tenía heridas 10 veces más frecuentes en el Triceratops
que en el centrosauro. "Este patrón sugiere que el
Triceratops usaba sus cuernos para combatir y que esa estructura
ósea se adaptó como estructura protectora. En cambio, en los
Centrosaurus tenía una utilidad de lucimiento visual más que
física", aseguran los investigadores en el estudio.
 |
"Nuestros
descubrimientos muestran algunas de las mejores pruebas
hasta la fecha de que los Triceratops podrían
haber entrechocado los cuernos con otros de su especie,
luchando como los modernos antílopes y ciervos", explica
Farke. Los investigadores especulan que muchas de las
heridas observadas podrían haber sido causadas por
embestidas mal dadas por animales rivales. En la actualidad
se pueden ver lesiones similares en animales con cornamenta. |
En todo caso, Farke
es cauto y rápidamente se lanza a sugerir que, aún así, estos
animales podrían haber usado los cuernos y defensas con fines
diferentes del combate. "Me gusta pensar en los cuernos del
Triceratops como utensilios de una navaja suiza", afirma el
investigador, "probablemente usaban sus cráneos como querían, ya
fuera para el combate, la defensa o el lucimiento".
Fuente: PloS ONE.
El Mundo.es y Grupo Paleo.
Fósil Sphenodon, reinicia el debate
sobre “Nueva Zelanda” sumergida.
Publicado
en
Paleo.
Año 7. Numero 34. Febrero de 2009.
El fósil de un
lagarto de Nueva Zelanda, reptil ha sido identificado por un equipo
de científicos de la UCL (University College, Londres), Universidad
de Adelaida, y el Museum de Nueva Zelanda, Te Papa Tongarewa. El
fósil, que data de hace 18 millones de años, ha dado lugar a nuevos
argumentos sobre si el continente estuvo totalmente sumergido
hace unos 25 millones de años atrás.
 |
Hoy en
día, el peligro del Nueva Zelanda tuatara (Sphenodon)
es un lagarto, reptil único sobreviviente de un grupo que
muy difundido a nivel mundial en la época de los
dinosaurios. La tuatara vive en 35 islas diseminadas por
toda la costa de Nueva Zelanda, la población continental
debe haberse extinguido con la llegada de los seres humanos
y los animales hace unos 750 años.
Sphenodon
el fósil
más antiguo conocido y data de la época del Pleistoceno
(alrededor de 34.000 años), mientras que el nuevo
descubrimiento data del Mioceno Temprano unos 19 a 16
millones de años atrás. |
El fósil, de
mandíbulas y dentadura muy parecida a las del tuatara de hoy en día,
hay una brecha de casi 70 millones de años en el registro fósil del
grupo entre el Pleistoceno de Nueva Zelanda y el Cretácico Tardío de
Argentina. En un documento publicado en los Proceedings of the Royal
Society, el equipo dice que sus resultados ofrecen una prueba más de
que los antepasados de los tuatara estuvieron sobre la superficie
terrestre, que se separo del resto de los continentes del sur (Gondwana).
El autor
principal el Dr. Marc Jones, UCL Biología Celular y Desarrollo,
dice: “Se ha afirmado que Nueva Zelanda estuvo completamente
sumergida durante el Mioceno hace unos 25 a 22 millones de años
atrás. Sin embargo, la diversidad de ahora que se conoce de los
fósiles del Mioceno (Grupo San Bathans Fauna de la Manuherikia)
sugiere que es muy probable que parte de la superficie se mantuvo
sobre el agua para asegurar la supervivencia de un número de
especies, como ranas, árboles y varios Kauri insectos modernos de
agua dulce, como así el tuatara “.
 |
Los
fósiles también proporcionan la primera evidencia directa de
que los antepasados de los tuatara han sobrevivido en Nueva
Zelanda a pesar de importantes cambios climáticos y
ambientales, tales como una caída de la temperatura global
de unos ocho grados centígrados alrededor de 14 millones de
años (Mioceno Medio). Entre el Oligoceno tardío y antes del
Mioceno (35 a 22 M.A) una elevación del nivel del mar
sumergió gran parte de Nueva Zelanda, pero la pregunta es,
¿cuánto? Si el continente de Zelanda estaba completamente
sumergido, el Sphenodon habría tenido que
recolonizar rafting por el océano. |
Si nos fijamos
en la capacidad de la moderna transoceánico Sphenodon,
se puede nadar, pero sólo las distancias cortas, es capaz de
sobrevivir sin alimentos durante varios meses, pero la
deshidratación sería un grave problema para un largo viaje por altas
tasas de pérdida de agua a través de la piel. Además, actualmente no
hay pruebas de una población fuera de Nueva Zelanda en ese momento.
“Parece más
probable que algunos lugares de la superficie terrestre han
persistido durante el anegamiento del continente y permitió a los
antepasados de los tuatara junto con las ranas, aves y mamíferos
(conocido desde el Mioceno, pero ahora extinta) sobrevivir a la
transgresión, aunque el grado de el resto de la superficie terrestre
en el momento está abierta a la especulación. Sin embargo, incluso
si Zealandia se redujo a sólo el uno por ciento de la actual
superficie que todavía representan más de 2500 kilómetros cuadrados,
más de 1000 veces la superficie de la Isla de Esteban (1,5 km al
cuadrado), donde más de 30.000 tuatara viven actualmente”.
Fuentes:
University College de Londres y Grupo Paleo.
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Titanoboa cerrejonensis, una nueva
serpiente gigante |
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del Paleoceno de Colombia.
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Publicado
en
Paleo.
Año 7. Numero 34. Febrero de 2009.
Hace sesenta
millones de años, en las selvas tropicales de Colombia, se
escurría un monstruo entre la penumbra como jamás lo ha
concebido el hombre. Habían transcurrido cinco millones de años
desde la extinción de los dinosaurios y la Tierra experimentaba
una nueva era, en la que el calor y la humedad se hacían casi
insoportables en las zonas tropicales. En la selva se
registraban temperaturas medias anuales que oscilaban entre los
treinta y los treinta y cuatro grados centígrados.
Este monstruo
era una serpiente que era tan ancha como un tronco humano.
Pesaba más de una tonelada -en concreto, unos 1.250 kilos- y
alcanzaba una longitud de trece metros, similar a la de un
autobús escolar. Se trataba de una boa tan poderosa, que entre
sus presas se contaban los cocodrilos de la época, unos
depredadores también terribles, y las tortugas gigantes, cuyos
sólidos caparazones se quebraban ante un abrazo terriblemente
poderoso y mortal.
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Los restos fósiles
de este reptil se han encontrado en Cerrejón, una mina a cielo
abierto en Colombia, que no es otra cosa que una ventana al pasado,
cuando la selva más antigua de Sudamérica se formó hace entre 58 y
60 millones de años. Titanoboa cerrejonensis, el
nombre científico del monstruo, dejó aquí sus restos fósiles en
forma de enormes vértebras, a partir de las cuales se ha deducido su
longitud y peso. Jason Head, el autor principal que describe
el hallazgo en la última edición de la revista Nature, es un
paleontólogo de la Universidad de Toronto en Mississauga. |
Ha trabajado con
expertos del Instituto Tropical del Smithsonian en Panamá como
Carlos Jaramillo, y colegas como Johnattan Bloch, conservador del
Museo de Historia Natural de Florida, para explicar la existencia de
esta gigantesca serpiente, tan larga como un tiranosaurio; la más
grande conocida hasta la fecha, y el vertebrado más grande de la
Tierra en esa época después de la desaparición de los dinosaurios?
si exceptuamos las fabulosas criaturas marinas que surcaban los
mares de hace sesenta millones de años.
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Titanoboa
era un
reptil enorme, pero al fin y al cabo un reptil de sangre
fría. Su tamaño gigantesco es una señal clara de que aquel
trópico estaba más caliente que el actual, creen los
expertos. De otra manera, es improbable que hubiera
alcanzado ese tamaño. Si tienes la sangre fría ?al
contrario que muchos dinosaurios, que probablemente podían
regular la temperatura de sus enormes cuerpos? ser tan
grande es una desventaja, puesto que pierdes más calor
proporcionalmente a lo grande que seas. |
"Si
examinas la distribución de los animales de sangre fría en la
actualidad, los más grandes se encuentran en los trópicos", añade
Bloch. "Es aquí donde hace más calor. Se hacen más pequeños conforme
se alejan de la línea del ecuador". No cabe duda que
Titanoboa fue un depredador terrible en un mundo posterior a
los dinosaurios, un digno sucesor del temible tiranosaurio; un
gigante de tiempos remotos.
Schinderhannes bartelsi, un fósil
Devónico
de
390 millones de años.
Publicado
en
Paleo.
Año 7. Numero 34. Febrero de 2009.
El célebre estrato
de pizarras de Hunsbrück (Alemania), del que han salido algunos de
los más espectaculares y mejor conservados fósiles del Devónico
(hace más de 360 millones de años) tales como las
gambas
primitivas, los escorpiones o las arañas de mar,
sigue revelando algunas importantes claves sobre la evolución.
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Un grupo de
investigadores de las Universidades de Yale y Bonn
han
descubierto un organismo de 390 millones de años de
antigüedad que supone una pieza fundamental para explicar la
evolución de los animales con una estructura con forma de
uña frontal llamada gran apéndice, como el
escorpión o el cangrejo de las molucas o cangrejo cacerola.
Hasta ahora se pensaba que este tipo de artrópodos no habían
sobrevivido al Cámbrico Medio (hace entre 540 y 480 millones
de años). |
El nuevo trabajo
documenta que el rango de vida de estos organismos fue, al menos,
100 millones de años mayor.
Según los
investigadores liderados por el profesor Derek Briggs, director del
Museo de Historia Natural Peabody de la Uiversidad de Yale (EEUU),
el espécimen, llamado 'Schinderhannes bartelsi',
supone
un eslabón
perdido entre un depredador gigante del Cámbrico llamado 'Anomalocaris'
y los artrópodos modernos. "Tiene la cabeza como la
del Anomalocaris y el cuerpo semejante a los
artrópodos actuales", dice Briggs, "este fósil es el único ejemplo
conocido de esta inusual criatura".
|
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El equipo
de Briggs ha buceado en los orígenes del par de apéndices
que tienen los escorpiones actuales y han encontrado que el
'Schinderhannes' da una nueva pista.
Estas
estructuras son equivalentes a las que ya tenía el citado 'Anomalocaris'
hace más de 500 millones de años. Lo que
refuta la creencia científica de que los animales con estas
estructuras se extinguieron e el Cámbrico Medio. |
"Por desgracia
la mina
de la que se han obtenido estos fabulosos organismos fósiles ha
cerrado por razones económicas, de manera que los
únicos ejemplares que van a aparecer a partir de ahora son aquellos
que ya están en manos de los coleccionistas", asegura Briggs.
Descubren en China huevos fosilizados dentro de un
Dinosaurio.
El sorprendente
descubrimiento de huevos fosilizados dentro de un dinosaurio ha
permitido a los científicos obtener nuevas pistas sobre el aparato
reproductor de estas gigantescas criaturas desaparecidas, y podría
fortalecer la teoría de que los pájaros provienen de los
dinosaurios.
Los dos huevos
son los primeros de este tipo que se encuentran en un dinosaurio,
aseguraron los investigadores que dieron a conocer el descubrimiento
en la revista 'Science'.
|

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Hasta el
momento, los científicos habían llegado a la conclusión de que los
dinosaurios producían huevos de la misma forma que un cocodrilo o
que un pájaro. Cocodrilos y otros reptiles primitivos tienen dos
ovarios, lo que les permite poner varios huevos de una vez. Los
pájaros únicamente cuentan con un ovario, por lo que sólo pueden
poner un huevo a la vez.
|
La capacidad
reproductora del dinosaurio es similar, lo que fortalece el vínculo
con el pájaro moderno, sostuvieron los investigadores. Pero estos
animales extintos podían poner más de un huevo, uno por cada ovario
a la vez. La teoría que apunta a que los pájaros descienden de los
dinosaurios ha sido apoyada por muchos investigadores, declaró
Tamaki Sato, del Museo Natual Canadiense, en la ciudad de Ottawa. El
último descubrimiento permite fortalecer la teoría, agregó.
Previamente se
habían hallado objetos redondos dentro de los esqueletos de los
dinosaurios, y los científicos pensaron que podrían ser huevos, pero
al encontrarlos sin cáscara, no había certeza absoluta, indicó Sato.
Los dos huevos hallados ahora sí tienen cáscara.
"Esta vez sí que
es seguro", añadió, refiriéndose a las muestras que el Museo
Nacional de Ciencia Natural de Taiwán descubrió en una excavación en
China.
Los científicos
estudiaron a un dinosaurio de un grupo llamado ovirraptosaurios.
Este tipo de animal, probablemente de tres a catorce metros de
largo, es un subgrupo de los terópodos, de los que se ha considerado
desde hace tiempo que preceden a los pájaros modernos.
Matt Carrano,
del Museo de Ciencias Naturales de Washington, declaró que los
hallazgos permiten analizar de forma más profunda la biología de los
dinosaurios y la evolución de los pájaros.
Fuentes:
EP/AP – Paleontología de Argentina Web Site.
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Descubren en China un fósil de un reptil
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Choristodera con dos cabezas.
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Articulo publicado
en forma completa en
Paleo. Año 5. Numero 23. Enero de 2007.
Científicos en
China descubrieron lo que se describe como un ejemplo "único"
de un reptil de dos cabezas. El extraordinario animal bicéfalo, un
reptil acuático, fue hallado en el noreste de China y data de la era
de los dinosaurios.
Los
investigadores creen que se trató de un espécimen que murió muy
joven y quedó fosilizado. Los detalles del hallazgo, llevado a cabo
por el Centro Nacional de Investigaciones Científicas en París,
aparecen en la revista Letras de Biología, de la Sociedad
Real del Reino Unido.
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El pequeño esqueleto hallado en rocas fosilizadas muestra
dos cabezas y dos cuellos bifurcados. El animal pertenecía a
la orden choristodera, un reptil extinto que
podría alcanzar un metro de longitud y se caracterizaba por
su cuello largo -o en el caso del fósil, dos.
Por una
malformación embrionaria, la columna vertebral del animal se
dividió en dos en el sitio donde el cuello emerge del
cuerpo. Esto provocó la formación de dos largos cuellos que
terminaban en dos cráneos.
Se cree que los choristodera eran reptiles
acuáticos comunes durante el período cretácico (hace 144
millones de años) en lo que hoy es el noreste de China. |
Eric Buffetaut,
director de la investigación explicó que: Hasta donde sé éste es el
único registro de un fósil vertebrado que muestra este tipo de
malformación. Si bien reconoce que se conocen ejemplares vivos de
animales con este defecto.
Si se compara el
número de reptiles que nacen con dos cabezas con el total de
reptiles nacidos, la cifra es muy pequeña. Así que las posibilidades
de encontrar un fósil como éste son extremadamente bajas", afirma el
investigador.
Se sabe que esta
anormalidad, que es resultado de una lesión en el embrión, ocurre
con cierta frecuencia en los reptiles modernos. Desde tiempos
históricos se han registrado unos 400 casos de víboras de dos
cabezas.
Fuentes:
BBC Mundo y PaleoArgentina.
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