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Arenysuchus gascabadiolorum, el cocodriloide más
antiguo de Europa.
Publicado
en la Revista
Paleo. Año
9.
Numero 59. Julio de 2011.
Investigadores del
grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza han descrito un
nuevo cocodriloide fósil llamado 'Arenysuchus gascabadiolorum',
el más antiguo de Europa y el segundo más antiguo del mundo.
El trabajo, que
acaba de ser publicado en la revista científica PloS ONE, señala que
se trataría de un cocodriloide de pequeño tamaño, con una longitud
que oscilaría entre 1 y 1,5 metros y con un aspecto y un modo de
vida muy similares al de los cocodrilos actuales.
El cráneo de 'Arenysuchus'
fue descubierto en la localidad oscense de Arén, por los
paleontólogos José Manuel Gasca y Ainara Badiola, del grupo de
investigación Aragosaurus-IUCA, que coordina José Ignacio Canudo.
'Arenysuchus'
pertenece al grupo de los "cocodrilos verdaderos", en el que se
incluyen todas las especies actuales de cocodrilos (familia
Crocodylidae), aligátores y caimanes (familia Alligatoridae) y
gaviales (familia Gavialidae), así como muchas formas extintas.
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Una de las
aportaciones más novedosas y reseñables de este
descubrimiento es que 'Arenysuchus' sería el
cocodriloide más antiguo de Europa, y el segundo más antiguo
del mundo junto a la especie norteamericana 'Prodiplocynodon
langi', de aproximadamente la misma edad que 'Arenysuchus'
El fósil de
'Arenysuchus' se ha encontrado en rocas de
hace unos 65 millones de años, unos pocos cientos de miles
de años antes de que un meteorito marcara la extinción de
los dinosaurios, explica la Universidad de Zaragoza en un
comunicado. |
La antigüedad de 'Arenysuchus'
abre una nueva vía en la investigación sobre el origen y la
evolución de los cocodrilos modernos, que podría significar el
origen europeo para la familia 'Crocodylidae', a pesar de que en la
actualidad no vive ningún representante en Europa.
Otro aspecto
reseñable es la importancia paleobiogeográfica del descubrimiento.
Hace 65 millones de años Europa era un archipiélago compuesto por
grandes islas que se suponía impedían la dispersión de los animales
continentales. Los cocodrilos, a pesar de su modo de vida ligado al
agua, son animales terrestres, por lo que salvo algunas excepciones
tienen dificultades para nadar en grandes masas de agua marina.
Cuando vivía 'Arenysuchus',
el Atlántico Norte estaba formado, por lo que tradicionalmente se
consideraba que Europa era una serie de islas infranqueables donde
las faunas evolucionaban de forma endémica.
Sin embargo, 'Arenysuchus'
se encuentra estrechamente relacionado con cocodrilos
norteamericanos de su misma edad "por lo que la conclusión es
inmediata: había migraciones de los cocodrilos hace 65 millones de
años entre las islas europeas y Norteamérica".
El paso lo tendrían
por las actuales tierras heladas del Polo Norte, subraya la UZ, al
señalar que posiblemente esto sucedía en los momentos de bajada del
nivel del mar, en los que estos animales se aprovechaban de los
puentes de tierra y la poca profundidad para pasar entre islas.
Además de los cocodrilos, estos pasos de tierra los aprovecharían
mamíferos, dinosaurios y otros reptiles del final del Cretácico.
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El cráneo
fosilizado de 'Arenysuchus' fue encontrado en
el 2008 en el yacimiento ELÍAS, en Arén (Huesca). Desde 1997
el grupo de investigación Aragosaurus-IUCA de la Universidad
de Zaragoza lleva investigado en seis yacimientos
paleontológicos de esta localidad.
Este
trabajo ha permito en los últimos años describir los restos
de los dinosaurios más modernos de Europa, entre los que se
encuentran los hadrosáuridos ("picos de pato") 'Arenysaurus'
y 'Blasisaurus'. Teniendo en cuenta la
importancia de los vertebrados cretácicos de Arén, desde
hace unos años hay un museo en la misma localidad donde se
muestran los principales fósiles. |
Se trata del Museo
de los Últimos Dinosaurios de Europa, que también puede conocerse en
la página web 'http://www.dinosauriosdearen.es/'.
Las investigaciones
en los yacimientos de Arén están subvencionadas por la Dirección
General de Patrimonio y la Consejería de Ciencia, Tecnología y
Universidad (Grupos Consolidados) del Gobierno de Aragón y el
Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Además ahora
también cuentan con Ayudas de Investigación por parte del Instituto
de Estudios Altoaragoneses (IEA) para la realización de próximos
estudios.
Hallan un grano de polen que revela que la Antartida
estuvo repleta de árboles.
Publicado
en la Revista
Paleo. Año
9.
Numero 59. Julio de 2011.
El pasado de la
península más al norte de la Antártida, considerada como el Caribe
del continente blanco, ha sido reconstruido a través de las especies
de plantas que se encontraban sepultadas bajo el hielo.
Imaginen indicar el
grado de glaciación de una zona del planeta tras la investigación de
granos de polen enterrados bajo el hielo. Ciertamente, la forma en
que estos científicos arriban a sus resultados es impresionante. En
esta ocasión, para los investigadores es el primer récord detallado
y directo que tienen sobre la Antártida, una pista que revela que la
última reliquia de vegetación existió en el continente hace unos
doce años y se encontraba en una tundra en la península del norte.
Estamos atravesando
por un controvertido calentamiento global. Grupos distintos niegan
muchos de los hechos o los descartan. Los estudios, por supuesto,
continúan aproximándonos a lo que ocurre y nuestro efecto real en el
asunto y estudian, además, cómo fue el proceso durante su historia.
Es necesario conocer cómo funciona el planeta para comprenderlo
mejor. Este estudio trata, precisamente, de la reconstrucción más
detallada de la glaciación en esta zona que, justamente, se ha
estado calentando de forma progresiva en las más recientes décadas;
de hecho, los glaciares en la península se derriten y ha comenzado
la sana especulación por el planeta sobre cómo el resto del hielo en
el continente está reaccionando a las temperaturas globales.
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“En el
período más caliente de la tierra en un pasado de 55
millones de años, la Antártida no tenía hielo y estaba llena
de bosques y el hielo que se ha formado allí, que contiene
más de dos tercios del agua fresca de la tierra, comenzó a
formarse hace 38 millones de años”, explica
John Anderson, geólogo y autor
principal del estudio de la Universidad Rice. La península
que hoy nos concierne fue precisamente la última en obtener
el hielo y es, además, la que ahora experimenta más
incremento en su temperatura, de hecho, el calor ha
aumentado anualmente seis veces más rápido que la
media anual a nivel mundial. |
“Existe un debate
que no termina sobre por qué la glaciación progresó de forma tan
rápida en la Antártida. Hemos descubierto que el fósil récord no es
ambiguo, la expansión glacial en la Península de la Antártida fue un
proceso largo y gradual que estuvo influenciado por cambios
atmosféricos, tectónicos y oceanográficos”, explicó
Sophie Warny,
geóloga en la Universidad del Estado de Louisiana que se especializa
en palinología rama que trata el estudio de polen y esporas.
Warny dirigió la reconstrucción.
Junto a
Rosemary Askin,
las mujeres se pasaron tres años examinando miles de granos de polen
individuales que estaban preservados en sedimentos de lodo debajo
del suelo oceánico que comienza en la costa de la península. Así
encontraron las especies exactas de las plantas que existían allá
hace 36 millones de años. Asombroso.
“El récord de polen en las capas de sedimentación era precioso,
tanto en su riqueza como en su profundidad. Nos permitió construir
una imagen detallada del declive rápido de los bosques durante el
final del Eoceno, unos 35 de millones de años atrás, y así pasando
por la glaciación masiva que ocurrió a mediados del Mioceno, hace 13
millones de años”, explica
Warny.
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Y la
profundidad no era sólo del polen ya que obtener estas
muestras no fue nada fácil. Se encontraban a 30 metros
debajo de densa roca de sedimento en sitios muy fríos, casi
todos cubiertos de hielo. Anderson es un veterano de 25 años
en expediciones a la Antártida y se pasaron más de diez años
buscando el dinero que fundaría el taladro que rompería el
hielo mientras ellos buscaban el polen. El proyecto, llamado
SHALDRIL, logró reconstruir el clima pero fue otra tarea
difícil también. Ciertamente, fueron años de taladro, años
de reconstrucción de polen y más años de esfuerzo, por parte
de
Steven
Bohaty
de la Universidad de Southampton, para obtener la
edad precisa de cada muestra. |
“Había que examinar
cada característica y determinar dónde se había desarrollado, si
debajo de hielo, en condiciones marinas o en un escenario combinado;
luego teníamos, con otros miembros, que contar, categorizar y hasta
examinar la textura en la superficie de miles de granos de arena que
fueron preservados en los sedimentos. Gradualmente, fuimos uniendo
una cosa con la otra y vimos la historia de la península y cómo ha
ido cubriéndose de glaciares en los últimos 36 millones de años”,
explica
Anderson.
Los investigadores esperan que esta nueva pieza encaje bien con los
demás fragmentos que poseen sobre el gran rompecabezas que es el
cambio climático en el planeta.
Helechos fósiles de 245 millones de años en Caaguazú.
Publicado
en la Revista
Paleo. Año
9.
Numero 58. Julio de 2011.
Alumnos de la UNA
realizaron el hallazgo, que sería el segundo en importancia en
nuestro país. La primera sería la pisada de dinosaurio que fue
publicada el año pasado. En un viaje de campo organizado por alumnos
de la carrera de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales de la Universidad Nacional de Asunción localizaron un
yacimiento con impresiones de helechos fósiles. La expedición,
guiada por el paleontólogo
Víctor Filippi, destacado investigador, contó con la
participación de una veintena de estudiantes de Geología,
acompañados de los licenciados Moisés Gadea, Ana Godoy y Sonia
Molinas.
Estos helechos
habrían habitado un ecosistema parecido a un pantano en el cual, al
morir, dejaban caer las hojas, que eran cubiertas por finas capas de
arcilla, que al final conservaban como un negativo las impresiones
de las mismas. “Este hallazgo ocupa el segundo lugar en importancia
en descubrimientos paleontológicos en nuestro país luego del
descubrimiento de una pisada de dinosaurio que fue publicada el año
pasado”, señaló el paleontólogo Víctor Filippi.
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Filippi
explicó que solo existe un trabajo sobre unas impresiones de
helechos arborescentes con mala preservación que no
arrojaban datos importantes. Posterior al mencionado
trabajo, solo existen descripciones de almejas, las cuales
eran el verdadero objetivo de la expedición, pero la
sorpresa sobrepasó a todo, al encontrar las impresiones de
estas hojas, y menos con tan buena calidad de conservación,
atendiendo más aún de que poseen 245 millones de años
aproximadamente. “El descubrimiento fue totalmente fortuito
y sorprendente”, agregó el paleontólogo. |
En cuanto a la
datación de los fósiles Filippi aclaró que, “en estos casos, no es
la roca la que da la edad a los fósiles, sino que son los fósiles
los que dan la edad de las rocas. Cada grupo de organismo tiene una
edad en la que se aparecen y se extinguen, y esas edades están
finamente estudiadas. Por lo tanto, al saber en qué edades
existieron ciertas especies o las coexistencias de varias especies,
las rocas que preserven esos fósiles o las asociaciones de los
mismos, tendrán las edades de los fósiles”.
Los fósiles fueron
extraídos tomando en cuenta todas las normas y protocolo para su
conservación; de hecho, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
ha enviado a estudiantes al extranjero, a ser capacitados y
entrenados en extracción de fósiles. Tutorados por uno de los más
prestigiosos preparadores y curadores del mundo (Pablo Puerta) todos
los fósiles son preparados, estabilizados y conservados en la
colección del Laboratorio de Paleontología del Departamento de
Geología de la mencionada facultad, donde son depositados para los
posteriores estudios. Ecosistemas antiguos se entrelazaban con mares
poco profundos y cálidos hace aproximadamente 250 millones de años,
en un período geológico denominado Pérmico.
Recientemente,
también fueron hallados restos sueltos de un pequeño reptil llamado
Mesosaurus, con una antigüedad igual a la de los
helechos, pero que habitaba los mares poco profundos. Este pequeño
animal habría sido una de las principales piezas que ayudaron al
famoso meteorólogo y físico Alfred Wegener al descubrimiento de que
los continentes se mueven y en un pasado estuvieron unidos en un
supercontinente llamado Pangea. Así, la Deriva Continental es la
causante de muchos de los fenómenos naturales que fueron
desencadenantes de la compactación progresiva que dio origen a estos
fósiles.
Recuperan un cerebro fosilizado de un Cetáceo
Odontoceto del Mioceno de Perú.
Publicado
en la Revista
Paleo. Año
9.
Numero 58. Julio de 2011.
Una
expedición encabezada por el paleontólogo Ing. Klaus Hönninger
Mitrani, encontró el cerebro fosilizado de un mamífero,
perteneciente al período Neógeno. La expedición, organizada por el
Museo Paleontológico Meyer Hönninger y encabezada por su director,
Klaus Hönninger encontró el fósil en el mismo paraje y muy cerca al
lugar donde hace un mes se encontró un yacimiento de ámbar con
inclusión de insectos, del mismo período que este.
Al
cerebro hallado se le asigna una antigüedad de 20 millones de años,
correspondiente al período Neógeno (Mioceno). Se trata de un
hallazgo extremadamente inusual ya que los tejidos blandos, entre
ellos el cerebro, no se fosilizan debido al proceso de
descomposición que les afecta. El fósil encontrado consiste en la
masa cerebral completa con ambos lóbulos intactos y, según
información suministrada por los descubridores, “mostrando vasos
sanguíneos, elevaciones tortuosas (convoluciones) en la superficie
del cerebro producidas al plegarse la corteza sobre sí misma y
separadas por las cisuras o surcos y restos del tronco encefálico,
lo cual confirma que el cerebro perteneció a un mamífero”.
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Las
medidas del cerebro encontrado: 12 cm de ancho, 11 cm de
largo y 9 cm de altura, estarían indicando que se trataba de
un mamífero de gran tamaño, cuyo tipo está aún por
determinarse por parte de especialistas en taxonomía de
Estados Unidos y Europa.
Hace 23,03 millones de años dio
comienzo la cuarta época geológica de la era Cenozoica,
denominada Mioceno, que finalizó hace unos 5.332 millones de
años. |
A
grandes rasgos, durante este período se produjeron elevaciones de
cordilleras: Pirineos, Alpes, Himalaya; se formaron las masas de
hielo de la Antártida y se consolidaron sedimentos y depósitos de
petróleo en zonas que eran cuencas marinas de poca profundidad. El
Neógeno es una unidad de tiempo geológico comprendida en las épocas
del Mioceno y Plioceno, posterior al Paleógeno y anterior al
Cuaternario.
Durante el Neógeno, los mamíferos y las aves se desarrollaron
bastante mientras otras formas se mantuvieron relativamente
estables. En el transcurso del Neógeno hubo un enfriamiento del
clima que culminó en las glaciaciones del Cuaternario, y destaca la
aparición de los Homínidos. Con este hallazgo se confirma la
hipótesis sustentada por el Dr. Hönninger, de que en el período
Neógeno, en la zona del Amazonas ya existía un clima húmedo tropical
y una variada fauna que incluía mamíferos de gran porte.
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Resulta
llamativo el hallazgo teniendo en cuenta que las partes
orgánicas blandas representan apenas el 0,01% de los fósiles
encontrados. “La presencia de partes blandas fosilizadas
es indicativa de condiciones excepcionales del sedimento que
envolvió al animal inmediatamente después de su muerte”,
explica el paleontólogo que señala que la fosilización es,
en sí, un fenómeno poco frecuente ya que la mayor parte de
los componentes de los seres vivos tienden a descomponerse
con cierta prontitud, después de su muerte. |
La
explicación, clara y sencilla que se ofrece por parte de los
expertos del museo, permite comprender fácilmente el proceso de
fosilización. “Para que un resto corporal o una señal de un
organismo merezca la consideración de fósil es necesario que se haya
producido un proceso físico-químico que le afecte, conocido como
fosilización. En este proceso se pueden dar transformaciones más o
menos profundas que pueden afectar a la composición y estructura.
Es un proceso que va en función del tiempo, por lo que debe haber
transcurrido un determinado intervalo a partir del momento de
producción del resto para que llegue a la consideración de fósil”.
Existe un esfuerzo permanente por parte del equipo del Museo Meyer-Hönninger,
para encontrar respuestas a las interrogantes que surgen de los
procesos geológicos y climatológicos que llevaron a la extinción de
las especies.
Encuentran fósil de Otaria flavescens en Chile.
Publicado
en la Revista
Paleo. Año
9.
Numero 58. Julio de 2011.
Un pescador
artesanal de San Antonio, envío en donación un hueso fósil
encontrado sumergido en la plataforma continental a 27 metros de
profundidad, el que salió accidentalmente a la superficie, al
enredarse en una red agallera.
El fósil
apareció en un lugar indeterminado entre Santo Domingo y Punta Toro,
frente a la costa de Santo Domingo, durante el verano del 2010, y
fue donado al Museo de Ciencias Naturales y Arqueología de San
Antonio, el pasado 19 de mayo. Los primeros estudios realizados en
el Museo, por el investigador y especialista José Luis Brito
Montero, permiten indicar que la pieza paleontológica, corresponde a
un húmero izquierdo de un ejemplar adulto de una especie de león
marino o lobo marino, y probablemente, por el tamaño, a un macho de
estos mamíferos marinos.
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El análisis y comparación del resto de osamenta fosilizada
Otaridae (Familia a la que pertenecen los leones marinos, al
interior del Suborden Pinnípedos (focas y lobos) en el Orden
Carnívora), hace pensar que inclusive podría pertenecer al
mismo género, que el actual lobo marino común o de un pelo (Otaria
flavescens) que habita la costa de Chile y que
corresponde a la especie muy conocida en la costa de San
Antonio, donde inclusive es posible observar algunos
ejemplares en la costanera de la ciudad de San Antonio.
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Es probable y
según los primeros estudios practicados al fósil que se trate de una
especie de león marino primitivo, muy parecido a la especie actual,
aunque tal vez levemente de mayor tamaño que los machos mas grandes
que conocemos en la actualidad.
El fósil donado
por el pescador Carlos Arancibia a nombre de su hijo, Pedro
Arancibia Aguilera, es uno de los escasos restos paleontológicos
pertenecientes a lobos marinos encontrados en la costa chilena.
Anteriormente se han localizado hallazgos similares en al zona de
Caldera, Coquimbo, Bahía salado, Bahía Inglesa pero principalmente
pertenecientes a focas primitivas y no a leones o lobos marinos.
Nuralagus rex, un conejo gigante del Plioceno
Europeo.
Publicado
en la Revista
Paleo. Año
9.
Numero 57. Julio de 2011.
Era un conejo
enorme e incapaz de saltar. Tenía las orejas cortas y los ojos
pequeños. Vivía en Menorca hace 3-5 millones de años y se pasaba
los días remoloneando y comiendo con toda la tranquilidad del
mundo. Los científicos los han apodado como el Rey de los
Conejos. Los fósiles de este conejo tan particular se hallaron
en 1989 en Punta Nati en una pared rocosa situada al lado de un
pozo vertical comunicado con el mar.
Los encontró un
jovencísmo Josep Quintana, que acababa de comenzar sus estudios
de Geología. Cuando encontró el primer hueso tenía 19 años.
"Siempre recordaré ese momento: al intentar extraer el hueso,
este se rompió en varios fragmentos. Dudé unos momentos en tirar
los trozos al interior del pozo. En lugar de ello, lo
reconstruí", rememora para RTVE.es
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Unos
meses más tarde Quintana enseñó los huesos de cráneo a
la paleontóloga alemana Meike Köhle, del Institut Català
de Paleontologia, y al antropólogo Salvador Moyá Solá.
Al
principio no sabíamos qué era. "Ella sugirió que se
trataba de un conejo. Entonces nos dimos cuenta de que
era un animal completamente nuevo para la ciencia",
relata con emoción. "Ese día salí del Institut con la
sensación de flotar. |
En 1994
encontraron un nuevo yacimiento. Los huesos estaban muy fragmentados
y se encontraban en el interior de una roca muy dura. Fueron
necesarios cuatro años para recuperar suficientes huesos para
iniciar el estudio científico del conejo. Köhle explica con humor a
que "ha sido un trabajo de chinos". Los fósiles estaban situados en
un terreno calcáreo de difícil acceso. "Cortábamos los trozos de
terreno y nos los llevábamos en carretillas", comenta por teléfono.
Luego, en el laboratorio el trabajo continuaba. Ahora, el
paleontólogo con sus estudios terminados en la Universitat Autònoma
de Barcelona ha centrado su tesis en el superconejo. La revista
Journal of
Vertebrate Paleontology ha publicado el estudio de los
fósiles y le dedica su portada
El Rey de los
Conejos, cuyo nombre científico es Nuralagus rex, es
muy diferente a los conejos que conocemos hoy en día. Estos sienten
las amenazas de los depredadores por aire y por tierra. Por eso
tienen los sentidos agudizados y son rápidos. Sin embargo, el conejo
prehistórico de Menorca vivía en un ambiente libre de depredadores,
así que su físico era muy distinto. Pesaba unos 12 kilogramos, era
seis veces más grande que los actuales conejos silvestres europeos.
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El
esqueleto era robusto y su columna tenía poca capacidad de
flexión y extensión. Por eso los científicos creen que el
superconejo no podía saltar. "Creo que era un conejo torpe…
algo así como un castor fuera del agua", comenta Quintana.
Así que el Rey de los Conejos pasaba el tiempo, caminando y
cavando en busca de raíces y tubérculos para comer.
Las partes del cráneo
relacionadas con los sentidos ocupaban un área bastante
pequeña. Los investigadores sugieren que el superconejo
perdió su agudeza visual y parte de la capacidad. |
Así que sus orejas
no debieron ser eran altas con pabellones auditivos enormes como los
conejos silvestres que viven hoy en día sino bajitas y pequeñas. Las
cuencas de sus ojos también eran también más pequeñas en comparación
con los conejos actuales así que sus ojos eran pequeños. No
necesitaba ver demasiado. El Rey Conejo no era el único ser enorme
en la Menorca prehistórica. Convivía tranquilamente con otros
animales gigantes como el lirón Muscardinus cyclopeus,
el murciélago Rhinolophus cf. Grivensis y la tortuga
Cherirogaster gymnesica.
Los científicos
creen que el superconejo sufrió un fenómeno llamado gigantismo
insular. En las islas los recursos y el espacio están limitados y
muchos herbívoros se extinguen porque no hay vegetales para todos.
Los que quedan no son suficientes para alimentar a los depredadores,
que se extinguen. Entre los herbívoros que quedan comienza una
competencia feroz, incluso entre los de la misma especie.
En estas
condiciones, las especies tienden a usar la energía que obtienen en
aumentar su tamaño en vez de en reproducirse, para evitar más bocas
que alimentar. El tamaño grande las permite acumular más grasa para
afrontar los tiempos de escasez y un intestino más largo para
extraer más nutrientes de los alimentos. Hay más casos conocidos
además del conejo de Menorca. En la Isla indonesia de Flores había
ratas gigantes, en las islas Baleares había musarañas enormes o las
actuales tortugas gigantes de las Galápagos.
Stephanorhinus hemitoechus,
un rinoceronte del Pleistoceno en Pinilla del Valle.
Publicado
en la Revista
Paleo. Año
9.
Numero 57. Julio de 2011.
La VIII campaña de
investigación que la Comunidad inició en 2002 a través del Museo
Arqueológico Regional -MAR- se desarrolla en los yacimientos
arqueológicos del Calvero de la Higuera, en el Valle Alto del Lozoya.
Durante un mes, cerca de cien arqueólogos, paleontólogos y geólogos
trabajan para profundizar en la economía del
Homo neanderthalensis.
El proyecto de investigación está dirigido
por el catedrático de Paleontología y co-director del yacimiento de
Atapuerca, Juan Luis Arsuaga; el arqueólogo y director del MAR,
Enrique Baquedano; y el catedrático de Geomorfología y asesor del
Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana, Alfredo
Pérez- González. Estos yacimientos -declarados Bien de Interés
Cultural, en la categoría de Zona Arqueológica y Paleontológica- son
los únicos en la región donde se han encontrado restos fósiles de
homínidos anteriores a nuestra especie.
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En cuanto a
los resultados científicos de la presente campaña, que
concluye el 18 de septiembre, se ha presentado el
descubrimiento de un nuevo yacimiento, bautizado como 'Cueva
Des-Cubierta', que contiene restos de fauna y de industria
lítica aunque, por el momento, no se pueda atribuir cultural
ni cronológicamente a ningún periodo concreto. Sin embargo,
se tiene constancia de que pertenece al Pleistoceno por la
presencia de
Stephanorhinus hemitoechus, el
rinoceronte de estepa y nariz tabicada propio de este
periodo. |
Además, se ha
descubierto en el Nivel 3 de la Cueva de la Buena Pinta -donde
aparecieron en 2007 dos molares de neandertal- un ejemplar de
ochotona, conocida como pika o liebre silbadora, un pequeño mamífero
que por primera vez aparece en la Península Ibérica y que indica la
presencia de un clima frío en la zona, con una cronología de 63.000
años.
Este animal vive
en la actualidad en las estepas asiáticas y en zonas montañosas como
el Himalaya o las Montañas Rocosas, pero no se encuentra en Europa.
Durante el Pleistoceno ocupó zonas más meridionales y occidentales,
estando presente en yacimientos franceses e ingleses, aunque nunca
se había encontrado en la Península Ibérica.
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En la Cueva
del Camino se está finalizando la excavación, terminando el
Nivel 5 y la zona del cono vertical, con 90.000 años de
antigüedad, donde continúan apareciendo muchos restos de la
actividad de las hienas. En el Abrigo de Navalmaíllo, se ha
continuado trabajando en el Nivel F, con 77.000 años de
antigüedad, que continúa ofreciendo hogares y piezas
diagnósticas de la cultura musteriense, de los neandertales. |
Con los
resultados obtenidos durante las ocho campañas de excavaciones, se
está preparando la publicación de tres artículos en la revista
Zona Arqueológica, que
edita el MAR; uno sobre la geología del Calvero, otro sobre el
proceso de acumulación de restos fósiles en la Cueva del Camino y el
último sobre las diferencias estratégicas de ocupación y
comportamiento de hiénidos y
Homo neanderthalensis.
Como en campañas
anteriores, se está trabajando con un sistema inalámbrico de toma de
datos arqueológicos que registra con la mayor precisión posible los
restos que se descubren durante, a través de la tecnología que
permite una PDA. Solamente en la Cueva del Camino se continúan
registrando los datos de forma manual. Todos los sedimentos son
sometidos a un proceso de lavado con el fin de recuperar la
microfauna contenida no localizados durante la excavación.
Un verdadero ritual de apareamiento entre Trilobites.
Publicado
en la Revista
Paleo. Año
9.
Numero 57. Julio de 2011.
Pocos especímenes inspiran una mayor emoción entre los coleccionistas
de fósiles que un trilobite completo. Estos antiguos artrópodos,
parientes evolutivos de las langostas, arañas e insectos, se
extinguieron hace más de 250 millones de años, pero a veces se les
encuentra magníficamente conservados.
En raras ocasiones se han hallado poblaciones completas de
trilobites fosilizados juntos. Varios hallazgos de esta última clase
revelan que la muerte sorprendió a nutridos grupos de estos animales
mientras se hallaban en pleno ritual de apareamiento.
El equipo
del paleontólogo Carlton E. Brett de la Universidad de Cincinnati,
Adrian Kin del Instituto Polaco de Ciencias Geológicas en la
Universidad Jagielloniana, y Brenda Hunda del Centro de Museos de
Cincinnati, ha analizado múltiples ejemplos de enterramientos
masivos de trilobites, hallados en Estados Unidos, Polonia y otros
lugares.
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La
muerte y enterramiento súbitos de grupos de estos animales,
por causa de avalanchas de sedimentos, fueron tan rápidos
que los trilobites se conservan en la postura que tenían en
ese momento.
Estas
"instantáneas" geológicas registran la conducta de un modo
muy similar a como fue registrado el antiguo modo de vida
romano en Pompeya mediante las cenizas volcánicas. |
Los trilobites, al igual que otros artrópodos, mudaban su duro
exoesqueleto periódicamente. Al igual que las langostas y cangrejos
modernos, los trilobites parece que vivían en grandes grupos para
protegerse mejor cuando se despojaban de sus exoesqueletos
protectores.
Durante la muda,
era más seguro estar entre muchos individuos. Y, al igual que sus
primos modernos, los trilobites aprovechaban estas reuniones de muda
para el apareamiento.
Los enterramientos masivos preservan grandes grupos de especímenes
de una misma especie, con tamaños similares (por tanto de edad
parecida), y "desnudos" por haber mudado su exoesqueleto. "Es una
orgía", resume Brett.
Brett y sus colegas también han encontrado evidencias de otra
similitud en la conducta con los artrópodos modernos: largas cadenas
de trilobites fosilizados, al parecer en mitad de una migración.
Este hallazgo proporciona la evidencia más antigua de conducta
migratoria en grupo, una conducta similar a las observadas en los
crustáceos modernos.
Fósil de un Proboscidio Indonesio abre ventana al
pasado.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 37. Agosto de 2009.
Científicos
indonesios están reconstruyendo el esqueleto más grande y completo
de un elefante prehistórico que se haya encontrado en zona tropical,
en busca de indicios sobre el misterioso origen de su primo asiático
moderno.
Se cree que el elefante quedó sumergido en arena movediza poco
después de morir en el lecho de un río en Java hace unos 200.000
años. Sus huesos, conservados casi perfectamente, aparecieron en
marzo al colapsar un arenal durante las lluvias del monzón. El
animal tenía unos cuatro metros de altura, cinco metros de largo y
más de 10 toneladas de peso: dimensiones más cercanas a la del mamut
lanudo del mismo período que a las del elefante asiático moderno.
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Los fósiles
son raros en los climas ecuatoriales húmedos y cálidos,
porque la descomposición es muy rápida. Tras un mes de
excavaciones, un equipo de siete paleontólogos del Museo
Geológico en Bandung, Java Occidental, envolvieron los
huesos en yeso para el viaje a su laboratorio, donde se
realizará la ardua tarea de reconstrucción. "La forma de sus
dientes indica que era un elefante muy primitivo", pero
aparte de eso es muy poco lo que se ha podido verificar,
dijo el paleontólogo Fachroel Aziz, jefe de los trabajos de
reconstrucción. |
Ahora se deben retirar los delicados huesos de sus moldes y unirlos
en una estructura erecta estable, un proceso difícil y perjudicado
por la falta de fondos, herramientas adecuadas y conocimientos
especializados. Gert van den Berg, investigador de la Universidad
Wollongong de Australia, que participó en la excavación, dijo que se
están realizando análisis para determinar la edad precisa y la
especie, que ayudarán a determinar "cuando el elefante moderno
evolucionó hasta convertirse en lo que es hoy".
Encuentran afloramiento con fósiles del Cretácico
Marino de Coyhaique, Chile.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 37. Agosto de 2009.
El hallazgo fue
realizado en el marco del proyecto “Contextualización paleoecológica
y poblacional de los sitios con pinturas rupestres de la cuenca del
Río Aysén”, que financió Fondart y patrocinó CIEP, entre otras
organizaciones, para tratar de identificar las condiciones naturales
y sociales bajo las cuales se ejecutaron las pinturas rupestres
descubiertas a partir del año 2005.
Mientras intentaban identificar las condiciones naturales y sociales
bajo las cuales se ejecutaron las pinturas rupestres descubiertas a
partir del año 2005 en el curso medio de la cuenca del Río Aysén,
los investigadores detectaron la presencia de un yacimiento
fosilífero que junto con aportar antecedentes sobre la historia
natural de las cercanías de Coyhaique, podría entregar datos
inéditos que permitirían entender la diversidad biológica y las
relaciones evolutivas con la fauna fósil de La Antártica, Nueva
Zelanda, África y Australia.
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De acuerdo
al paleontólogo Leonardo Pérez, encargado del área
paleontológica del proyecto, se trata de un sitio con
abundantes restos petrificados de fauna marina que, de
comprobarse, pertenecerían a una formación del período
Cretácico y tendrían una edad aproximada de 143 a 135
millones de años. Según el paleontólogo, los restos se
encuentran en un excelente estado de conservación, y en
entre ellos se ha reconocido la presencia de varias especies
de Amonites (moluscos nadadores similares a pulpos con una
concha enrollada), Belemnites (parientes de calamares y de
similar aspecto), Bivalvos enterrantes del fondo marino,
gusanos marinos así como evidencia de peces de considerable
tamaño, posiblemente de tiburones.
“¿De qué
época datan exactamente?, o ¿cómo eran esas especies y la
dinámica de los ecosistemas que los originaron, son algunas
de las preguntas que deseamos responder, ya que además hay
una enorme falta de información y descuido en la difusión de
nuestro patrimonio fósil”, señala. |
Para el arqueólogo
Kemel Sade, el descubrimiento es de gran importancia para la región,
aunque asegura que la investigación paleontológica, y en general, el
conocimiento sobre la flora y fauna fósil anterior al primer
poblamiento humano de Aysén (ca. 12.600 años atrás) es un tema
descuidado y prácticamente desconocido en la región.
“Aunque existen muchos restos de fósiles en los alrededores de
Coyhaique, donde abundan los amonites, bivalvos y belemnites, estos
están conservados por la población en sus casas o simplemente
arrumbados en bodegas. Lamentablemente la falta de información sobre
la naturaleza de estos vestigios, impiden su valoración y cuidado,
la carencia de especialistas, institucionalidad y equipos para
llevar a cabo investigaciones adecuadas acrecientan el problema”,
explica. Junto con relevar la trascendencia del hallazgo, Fabien
Bourlon, director del Centro de Turismo Científico del CIEP, se
refirió a la importancia de que las investigaciones arqueológicas
sean realizadas por profesionales del área y además formuló un
llamado a la comunidad, para que en caso de ocurrir nuevos
descubrimientos, éstos sean reportados al Consejo de Monumentos
Nacionales.
“La gente no debe realizar extracciones, porque además de ser algo
ilegal, si no se registra con minuciosidad el contexto geológico en
el que se realizan los hallazgos, eso los hace perder su valor
científico y patrimonial”, explica. Gracias al proyecto en curso, el
hallazgo de este afloramiento y su futuro estudio se constituye como
un notable aporte para conocer no solo las especies presentes que
dominaban el océano en épocas en que la región estaba en gran parte
sumergida, sino también, como se relacionaban a través de las
corrientes oceánicas con otras partes del mundo durante el periodo
Cretácico. Finalmente, se espera que los avances de la investigación
arrojen nuevos antecedentes y que esta pueda llegar a la población
para contribuir al cuidado del patrimonio regional.
Además de haber recibido aportes del Fondart, en la línea de
investigación del patrimonio cultural, el proyecto cuenta con el
patrocinio del CIEP, Aumén, la Sociedad de Historia y Geografía de
Aysén y la Agrupación por el Patrimonio del Aysén. Asimismo, tuvo la
asesoría técnica de la Escuela Nacional de Antropología e Historia
de México, a través del Arqueólogo Flavio Silva de la Mora.
Un gran Dinosaurio Carnívoro identificado a partir de
un diente en Teruel, España.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 37. Agosto de 2009.
De momento, sólo es
un diente, pero basta para hacerse una idea de lo impresionante que
debía ser la criatura. Teniendo en cuenta las espectaculares
dimensiones del fósil, se calcula que el animal medía unos nueve
metros de largo y pesaba unas seis toneladas. En su época, hace
aproximadamente 145 millones de años, debía ser un depredador casi
tan temible como el mítico Tiranosaurio rex.
El diente de este gran dinosaurio carnívoro se acaba de encontrar en
Teruel, la provincia española que en los últimos tiempos se ha
convertido en uno de los yacimientos paleontológicos más importantes
del mundo. Hace tres años, la revista Science publicó el
descubrimiento en la misma zona del 'Turiasaurus riodevensis',
un descomunal herbívoro que se considera el dinosaurio más grande
hallado en Europa. Ahora, los investigadores de la Fundación
Dinópolis han logrado encontrar la primera prueba de que en el mismo
territorio, este gigantesco saurópodo padecía los ataques de un
terrorífico depredador carnívoro con una afiladísima dentadura.
«Desde que
encontramos al dinosaurio más grande de Europa en Teruel, nuestro
siguiente reto era encontrar un gran carnívoro. Al fin y al cabo, si
los herbívoros eran tan inmensos, parecía lógico que sus
depredadores también lo fueran», explica Luis Alcalá, el director de
la investigación. «Con el descubrimiento de este diente, hemos dado
el primer paso crucial, pero ahora el desafío será encontrar todo el
esqueleto», recalca el científico. La búsqueda de más restos de este
gran carnívoro será, por lo tanto, una de las prioridades de Alcalá
y su equipo de paleontólogos cuando reinicien la campaña de
excavaciones en mayo. El diente, que mide nueve centímetros de alto,
es el más grande que se ha hallado en España, y en el resto de
Europa sólo es superado por otro fósil similar de 11 centímetros
hallado en Portugal. De momento, es imposible deducir a partir de
este resto dental si el ejemplar pertenecía a una nueva especie,
aunque los investigadores sí tienen claro que era un miembro del
grupo de los llamados carnosaurios. Todos los detalles del
descubrimiento serán publicados próximamente por una revista
especializada de referencia.
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La
aparición de este impactante fósil de un gran carnívoro
vuelve a poner de manifiesto la riqueza paleontológica de
Teruel, una zona que cada vez está adquiriendo más
relevancia en el escenario científico internacional. «Somos
un grupo pequeño, pero estamos estableciendo contactos con
los grupos de investigación más relevantes del mundo, y no
cabe duda de que ya hemos recorrido un trecho inimaginable
para un equipo de reciente creación, y más aún desde una
ciudad sin tradición científica como Teruel», asegura
Alcalá. Las mayores sorpresas paleontológicas de esta tierra
aragonesa probablemente aún están por llegar, ya que en los
últimos años los investigadores han recopilado miles de
huesos que de momento aún están en sus cajones, pendientes
de clasificación. |
«Ahora mismo la
colección que tenemos es tan grande que da para toda una generación
de científicos, y ya estamos atesorando novedades para los
investigadores del futuro. Éste es el sueño que hemos alcanzado: la
creación de un nucleo científico dedicado a los dinosaurios en
Teruel que tendrá continuidad», concluye Alcalá. Parque Jurásico, en
versión española. Las investigaciones de los paleontólogos que
trabajan en los yacimientos de Teruel se financian fundamentalmente
gracias a los beneficios que se obtienen de Dinópolis, el
espectacular parque temático que se ha construido en las afueras de
la ciudad.
En este recinto, todas las atracciones están concebidas para que los
niños (y sus padres) no sólo disfruten de emociones fuertes -como el
encuentro con un Tiranosaurio rex a tamaño real, películas jurásicas
en tres dimensiones y viajes virtuales en el tiempo a la época en la
que estos animales dominaban la Tierra-, sino también para intentar
despertar en ellos la chispa de la curiosidad científica. Desde su
inauguración en 2001, Dinópolis ha sido visitado por 1.300.000
personas, una cifra que demuestra claramente que al menos en este
terreno, Teruel no sólo existe, sino que se ha convertido en una
referencia.
Huellas de Paracamelichnum jumillensis, un nuevo
camello del Mioceno de Europa.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 37. Agosto de 2009.
Un equipo de
investigadores dirigido por la Universidad de La Rioja (España) ha
encontrado en un yacimiento de Jumilla (Murcia) las huellas
fosilizadas de camello más antiguas encontradas en Europa. Los
rastros, denominados icnitas, tienen unos seis millones de años y
pertenecen a una especie desconocida hasta ahora, llamada
Paracamelichnum jumillensis. En el yacimiento de La Hoya de
la Sima de Jumilla se han identificado 191 huellas correspondientes
a un grupo compuesto por al menos una docena de camellas y un macho
que vivieron en el mioceno superior. De hecho, se trata del mayor
número de icnitas de camello en todo el mundo.
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Según el
profesor de la Universidad de La Rioja Félix Pérez Lorente,
que ha dirigido los trabajos, los restos se descubrieron
"prácticamente por casualidad", por personal del Museo de
Jumilla, cuando se realizaban tareas para proteger con una
techumbre icnitas de otros animales encontradas en el mismo
lugar. Allí ya se habían identificado icnitas de elefantes,
alces o de un animal denominado "diente de sable" en un
terreno que estaría ocupado hace 6 millones de euros por
lagunas salinas que se secaban con facilidad, lo que ha
deparado que ahora el terreno sea de yeso, donde han quedado
las icnitas. |
La cantidad y buena
conservación de estas icnitas han permitido a los científicos
obtener nuevos datos sobre el comportamiento de las manadas de
camélidos y confirmar hipótesis sobre sus costumbres gregarias. Las
características y distribución de las huellas analizadas (rastros
paralelos que giran a la vez en la misma dirección) corresponden a
un grupo de animales que caminaban juntos por una especie de charca
salobre.
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Las pisadas
presentan la disposición típica de la forma de andar de los
camellos, denominada 'amblar', en la que las dos
extremidades de cada lado del cuerpo se mueven al mismo
tiempo. La dimensión de los pies y la longitud de los pasos
denotan que eran individuos adultos de una talla similar
entre sí. El estudio comparativo respecto a otras huellas
similares demuestra su singularidad, al presentar
características nuevas, como un mayor tamaño, contorno
trapezoidal, ejes de las aholmadillas de los dedos
rectilíneos, continuidad de la parte delantera, separación
amplia y no terminada en punta de los dedos o inexistencia
de surco central, entre otras. |
Pérez Lorente ha relatado que en la misma zona hay también huellas
de un caballo de la especie Hipparion "que son únicas
en España". "Lo que hemos aportado en esta excavación es un dato
nuevo y desconocido hasta ahora, un nombre para la ciencia y un
nuevo sistema de trabajo", ha asegurado. Los resultados de esta
investigación se han publicado en la revista internacional Ichnos.
Australovenator eintonensis, un Terópodo y otros dos Sauropodos
fueron recuperados en el Cretácico de Australia.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 37. Agosto de 2009.
Científicos
australianos descubrieron tres nueves especies de dinosaurios en el
oeste del país, anunció Anna Bligh, líder del estado de Queensland.
Los restos de
los animales fueron localizados en un meandro prehistórico cercano
al pueblo de Winton, donde se dice que el poeta australiano Banjo
Paterson, escribió en 1895 la famosa canción "Waltzing Matilda".
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Como
homenaje a Paterson, las tres nuevas especies han sido
bautizadas como Banjo (nombre del poeta), Matilda y Clancy
(nombres de personajes de sus poemas).
Banjo
es un terópodo carnívoro cuyo nombre científico es
Australovenator eintonensis,
mientras Matilda y Clancy son dos gigantescos saurópodos
vegetarianos, también conocidos como titanosaurios, los
animales más grandes que jamás caminaron por la Tierra. |
Fueron
descubiertos en un depósito geológico de más de 98 millones de años
de antigüedad localizada durante las obras de construcción del Museo
de Historia Natural de la Era Australiana de los Dinosaurios, cuya
primera sección fue inaugurada en la localidad de Winton.
El museo
contendrá la mayor colección de fósiles de dinosaurios de Australia
cuando sea completado en 2015.
Basilochelyes macrobios, nueva especie de tortuga
jurásica en Tailandia.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 37. Agosto de 2009.
Los restos fósiles
de una tortuga hallada en Tailandia han sido catalogados por los
científicos como una nueva especie del periodo jurásico con 150
millones de años de antigüedad, informaron medios locales. El
ejemplar, dos piezas de unos 90 centímetros de ancho, fue
descubierto en el 2005 por el Departamento de Recursos Minerales del
Gobierno en la provincia de Mukdahan, situada a 450 kilómetros al
noroeste de Bangkok.
El director del
Museo Geológico Nacional, Varavudh Suteethorn, indicó que la nueva
especie, bautizada como "Basilochelyes macrobios",
vivió durante el tiempo de los dinosaurios y es el antepasado de
algunas de las tortugas del sudeste asiático. Un grupo de
científicos chinos han sido invitados por sus colegas tailandeses a
estudiar el fósil de la tortuga, cuyo nombre en griego significa
"larga vida al Rey", en honor del monarca de Tailandia, Bumibhol
Adulyadej. Hace años, el fósil de la segunda tortuga más longeva del
mundo, la "Progonochelyes", con 200 millones de años,
fue encontrado en la provincia de Khon Kaen, también en el noroeste
del país.
Un caballo de tres dedos en el Mioceno de Panamá.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 37. Agosto de 2009.
Trabajadores que
realizaban trabajos de expansión en el Canal de Panamá descubrieron
un fósil de entre 15 y 18 millones de años, informó el Instituto
Smithsonian de Investigaciones Tropicales. Según la institución, el
estudiante de paleontología Aldo Rincón, que trabaja en estas obras
buscando restos antiguos, desenterró un juego de dientes fosilizados
de un caballo adulto de tres dedos, de tamaño similar al de los
burros modernos.
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"Los restos
fueron descritos por Bruce J. McFadden, curador de
palenteología de vertebrados del Museo de Historia Natural
de Florida, en la Universidad de Florida en Gainsville",
indicó el informe. Hasta ahora, los expertos consideran que
este fósil de un caballo prehistórico es el más completo que
se haya detectado en el sitio de una excavación realizada
desde el siglo pasado, en esta zona del Canal de Panamá.
Esta evidencia fósil apoya la propuesta anterior de McFadden
de que el hábitat de esta zona era probablemente un mosaico
de tupidos bosques y montes abiertos de lo que actualmente
es el territorio istmeño. |
"La ampliación del
Canal de Panamá para permitir el paso de buques de alto calado es un
sueño hecho realidad para los geólogos y los paleontólogos", destacó
Carlos Jaramillo, otro investigador del Smithsonian. Jaramillo
indicó que éste es uno de los pocos lugares del trópico donde se
tiene acceso a afloramientos frescos antes de que las lluvias
torrenciales los deslaven o la vegetación les crezca encima. "Ahora,
esperamos que los fósiles ayuden a resolver las preguntas
científicas, como qué fuerzas geológicas se combinaron para crear el
puente de tierra de Panamá y si la flora o fauna en este país era
similar, antes de la unión con América del Norte", indagó.
La presencia de
este caballo forrajero en Panamá se extiende de manera significativa
de su rango de distribución sur, a partir de hallazgos previos del
mismo periodo en Florida, Nebraska y Dakota del Sur, en territorio
estadounidense.
Paleontólogos de Brasil, presentaron a
Baurusuchus salgadoensis, un cocodrilo de Cretácico.
Un fósil completo de un cocodrilo que existió hace 90 millones de
años fue presentado en Rió de Janeiro como uno de los
descubrimientos más importantes y raros ocurridos en la
paleontología brasileña, debido a su alto grado de conservación.
El fósil del cocodrilo "Baurusuchus salgadoensis", correspondiente
al periodo Cretáceo, fue hallado hace 15 años en el municipio de
General Salgado, al oeste del Estado de Sao Paulo, pero fue
presentado recién ahora tras un largo proceso de recomposición de
partes y preparación de las piezas.
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La rareza del hallazgo reside en que el esqueleto fosilizado del
cocodrilo fue hallado con todos los huesos completos y en perfecto
estado de conservación, incluida una cabeza con la mandíbula y los
dientes intactos, un hecho que por lo general es muy raro en los
descubrimientos paleontológicos.
El cocodrilo fue descubierto además en una zona donde se encontraron
otros fósiles similares (hasta el momento 11 han sido recuperado),
lo que según los especialistas hace de éste el mayor conjunto de
fósiles de cocodrilos hallados en América Latina.
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"Se trata de un fósil muy bien preservado y con la cabeza entera, lo
que es rarísimo de hallar. En general, hallar un fósil es raro pero
hallar un conjunto de fósiles es más raro todavía y descubrir una
cabeza intacta es extraordinario", dijo Pedro Henrique Nobre, del
departamento de Geología de la Universidad Federal de Rio de
Janeiro, donde se realizó la presentación.
Fuentes:
AFP – Paleontología de Argentina Web Site.
Descubren en EE UU restos fósiles de un primitivo
bosque tropical.
Articulo
publicado
en
forma completa en
Paleo. Año
5.
Numero 25. Mayo de 2007.
Un equipo de
investigadores dirigido por Howard Falcon-Lang de la Universidad de
Bristol (Reino Unido) ha descubierto un bosque tropical fosilizado
que data de hace 300 millones de años, el primero del que se tiene
constancia en la Tierra, con una extensión de unas 10.000 hectáreas.
Las características del hallazgo, realizado durante los trabajos
subterráneos en una mina de carbón de Illinois (Estados Unidos), se
publican en la edición digital de la revista 'Geology'.
El bosque, del periodo en el que se formaron la mayoría de los
recursos de carbón del planeta, está constituido por una mezcla de
plantas ya extinguidas en la que abundan las licofitas
arbóreas de hasta 40 metros de altura, que se alzan por encima de
una cubierta de árboles de helecho, entremezclados con arbustos y
plantas de cola de caballo del tamaño de árboles.
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Según los investigadores, en ningún otro lugar del planeta
es posible caminar por un bosque tropical tan extenso del
periodo Carbonífero.
El
bosque fosilizado se conservó gracias a un gran terremoto
ocurrido hace 300 millones de años. El temblor hizo que toda
la región cayera por debajo del nivel del mar mientras que
el bosque quedaba enterrado en el fango, conservándose para
siempre. El área fosilizado cubre una superficie de unas
10.000 hectáreas, un área de 10 por 10 kilómetros que podría
cubrir la ciudad de Bristol y proporciona una mirada única a
cómo eran los bosques tropicales hace 300 millones de años. |
Según Howard
Falcon-Lang, «no existe nada similar. Sabíamos muy poco sobre las
preferencias ecológicas y la estructura global de estas antiguas
plantas. Este espectacular descubrimiento nos permite analizar cómo
las especies que constituían el bosque cambiaban a lo largo del
territorio y cómo dicha constitución se veía alterada por
diferencias sutiles en el medio ambiente local».
Fuentes: Sociedad Unipersonal,
Revista Geology y MegaFauna Web.
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