Hallan una gran serpiente del Mioceno de
Alemania.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 62. Noviembre de 2011.
Esta
criatura fué hallada en la ciudad de
Augsburgo, al sur de
Alemania, se trata del el
fósil
de una serpiente
pitón
de unos 15 millones de años.
Las
vértebras del ejemplar petrificado, de 3,5
metros de longitud, fueron encontrados en un yacimiento de
fósiles en la localidad bávara de
Griesbeckerzell. El hallazgo constituye una
prueba de que en un breve periodo de tiempo las pitón
habitaron la geografía centroeuropea.
 |
“Damos por sentado que las temperaturas se situaban
en alrededor de
19°C.
De lo contrario, estas
serpientes no se habrían sentido
bien aquí”, señaló Madelaine Böhme, paleontóloga de
la Universidad de Tubinga, en alusión a la
temperatura de Augsburgo, que actualmente ronda los
8°C. |
Asimismo, dijo que el ejemplar vivió en el
Mioceno, era geológica en la que las
temperaturas en
Alemania eran las propias de zonas
subtropicales. “Por eso damos por supuesto que las
serpientes
pitón
sólo pudieron sobrevivir en
Europa
en este período relativamente breve”, acotó.
Es la
primera vez que científicos encuentran una
serpiente
pitón
en una zona situada tan al norte pues, comúnmente, estos
buscan el calor y habitan en Asia y África tropical. En las
excavaciones realizadas cerca de
Augsburgo participaron científicos del
Centro
Senckenberg de Evolución Humana y
Paleoecología así como de la Universidad Masaryk, de
República Checa.
Hallan en Lanzarote huevos fósiles de Ratites
del Mioceno.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 62. Noviembre de 2011.
El
Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote ha
presentado este miércoles los resultados preliminares de la
campaña paleontológica 2011 del yacimiento del Mioceno
Superior en Órzola, concretamente situado en la zona
denominada Valle Grande, Valle Chico y Fuente Gusa,
informando del hallazgo de huevos fósiles de Ratites
--antecesor del avestruz-- datados entre 5 y 6 millones de
años.
De esta
manera, el presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San
Ginés, acompañado por el consejero de Patrimonio Histórico,
Juan Antonio de la Hoz, y la Jefe del Servicio del Área,
Nona Perera, han detallado que en estos tres puntos
concretos de Órzola se han centrado los trabajos de
investigación "por albergar depósitos interesantes
pertenecientes al final del Mioceno".
Estos
fósiles se concretan en dos huevos enteros y fragmentados de
Ratites (especie antecesora de la familia del avestruz que
ya entonces perdieron su capacidad de vuelo); dos moldes de
huevos enteros y fragmentados de esta misma especie con
presencia de poros; una vértebra de serpiente (boa);
múltiples fragmentos de huevos de tortuga; gasterópodos
terrestres fósiles y muestras de los diferentes niveles
estratigráficos de los yacimientos, informó el Cabildo en un
comunicado.
Los fósiles de huevos de Ratites encontrados han sido
expuestos durante la rueda de prensa y según dichos informes
"podrían datarse de 5, 3 a 6 millones de años atrás". El
presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, subrayó que "este
hallazgo reabre el debate y antiguas teorías e hipótesis
sobre la vinculación de Lanzarote con el continente africano
ya que no existe constancia de que haya avestruces en las
islas surgidas de la corteza oceánica, como es el caso de
Lanzarote, salvo en las grandes que han formado parte de un
continente, como Australia, Nueva Zelanda, que se configuran
a partir de un proceso de deriva de una parte continental".
 |
Por su parte, el consejero del área responsable de
estos estudios, Juan Antonio de la Hoz, ha puesto en
valor la labor realizada este año en ésta y en las
otras dos excavaciones importantes que ha llevado a
cabo el Cabildo de Lanzarote, como la Misión en
busca de la Torre de Lancelloto Malochello o la
excavación de Fiquinineo, al objeto de "que el
Cabildo siga investigando -conjuntamente con el
Gobierno de Canarias y otras instituciones- más
datos sobre nuestra isla, difundir dicho patrimonio
arqueológico y paleontológico entre la población,
para conservarlo y protegerlo a través de su uso y
la difusión del conocimiento". |
Nona
Perera, Jefa del Servicio de Patrimonio Histórico del
Cabildo de Lanzarote, ha explicado que "en estos momentos se
encuentran en estudio los materiales encontrados". "Con los
huevos enteros se realizará un TAC, posiblemente, en la
Clínica San Roque de Lanzarote". Dependiendo de los
resultados, Perera argumentó también que el Cabildo optará
por trasladarlos al ICP (Instituto Catalán de Paleontología)
o a Burgos; o en última instancia trasladarlos a Grenoble
(Francia) para pasar por un sincrotrón (acelerador de
partículas).
Otro de los análisis que se tienen que hacer es la
determinación del taxón de las cáscaras de huevos, detalló
la jefa del Servicio de Patrimonio, "ya que si se descarta
que no es el africano, pudiera pertenecer a uno propio de la
isla". La vértebra de serpiente (boa) se encuentra en el
Museo de Historia Natural de París, donde la estudia el
especialista Salvador Baylón. Los fragmentos de huevos de
tortuga se estudiarían conjuntamente con los que tiene el
Museo de Tenerife, pero en estos momentos se estudian tan
sólo los de la isla de Lanzarote.
Durante
dos campañas (2009 y 2011) se han estudiado los procesos
paleoclimáticos y biogeográficos que rodean el desarrollo de
aves gigantes en condiciones de insularidad, de la flora y
demás fauna que le acompañan. Exactamente, en la vertiente
Este y Oeste del extremo norte del macizo de Famara existen
formaciones sedimentarias que albergan fósiles de al menos
los siguientes animales: gasterópodos (caracoles
terrestres), tortugas, serpientes y aves, éstas últimas de
significativo tamaño a juzgar por sus huevos, hecho que les
impide volar.
Los sedimentos --arenosos-- se acumulan por la acción del
viento en un breve espacio temporal, entre 5 y 5,5 millones
de años, al final del Mioceno, en el Mioceno superior.
No existen dudas de que las aves a las que pertenecen los
huevos de este yacimiento pertenecen al grupo de las Ratites
(aves no voladoras de gran tamaño como el avestruz, emú,
casuario, ñandú etc.), y al taxón Struthio (avestruz).
En el
Paleógeno existen grandes aves que con la fragmentación del
suelo de Gondwana que se sucede en esta época, se dispersa o
separa África, Asia, Nueva Zelanda y cada uno de esos
fracciones portan a estas aves. Así, las moas, aves de las
que se conocen 10 especies viven en Nueva Zelanda durante el
Cretácico (más de 90 millones de años), donde la población
indígena maorí las conoce y acaba con ellas; los tinamús de
América del Sur; las aves elefantes de Madagascar; los emús
y casuarios en Australia y Papúa Nueva Guinea y en África
los Struthios (avestruces).
El Struthio aparece en la Tierra hace entre 6 y 7 millones
de años y la especie actual (Struthio camelus) hace un
millón y medio. Como sabemos por cronología absoluta la edad
de los basaltos de Famara, los que se encuentran sobre la
estratigrafía fértil en la que se localizan los huevos que
nos interesa, alcanzan los cinco millones trescientos mil
años, por lo que las avestruces de Lanzarote tienen al menos
5,5 millones de años, no pertenecen a la especie actual.
Coelodonta tibetana, un extinto rinoceronte
gigante en una zona del suroeste de Tíbet.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 62. Noviembre de 2011.
La enorme
calavera de un rinoceronte que vivió hace más de tres
millones de años acaba de aclarar uno de los grandes
misterios de la paleontología. Durante miles de años, las
zonas frías del norte de Eurasia y Norteamérica estuvieron
dominadas por mamíferos de enormes dimensiones a los que los
expertos engloban en un temible grupo conocido como
megafauna.
Entre ellos estaban el mamut y el rinoceronte lanudos, cuyos
cuerpos estaban cubiertos de una generosa mata de pelo para
sobrevivir a la glaciación. Las pruebas actuales sugieren
que los ancestros de los mamuts llegaron desde zonas cálidas
de África. En cambio, la cuna de los rinocerontes era un
misterio hasta hoy.
 |
Un estudio publicado en Science mantiene que el
primer hogar del rinoceronte lanudo estuvo a los
pies de la montaña más alta del mundo. Allí, en el
Himalaya, un grupo de investigadores de China, EEUU
y Europa ha descubierto al que, por ahora, es el
rinoceronte lanudo más viejo que se ha hallado
nunca.
Se
trata del Coelodonta thibetana, una
nueva especie de unos 1.800 kilos y hasta dos metros
de altura, según explica Xiamoing Wang, investigador
de la Academia China de Ciencias y uno de los
descubridores del fósil. |
Su equipo
desenterró en 2007 el cráneo de este gigante en una zona del
suroeste de Tíbet que está a 4.500 metros de altura. Su
antigüedad, de 3,6 millones de años, pone patas arriba la
hipótesis más aceptada de cómo los rinocerontes conquistaron
Eurasia durante la Edad de Hielo.
Esta señala que, durante el avance de los hielos polares por
las estepas de Europa y Asia que comenzó en el Pleistoceno,
hace unos 2,5 millones de años, los grandes mamíferos
llegados de zonas más templadas comenzaron a cubrirse de
pelo y crecer en tamaño para adaptarse al frío.
 |
Pero un millón de años antes, el nuevo rinoceronte
lanudo ya había inventado ese equipamiento,
incluyendo las lanas y un largo cuerno aplanado por
los lados con el que removía la nieve blanda en
busca de la hierba y arbustos de los que se
alimentaba, según explica Xang.
Tras la llegada de la glaciación, los rinocerontes
lanudos dejaron el Himalaya para conquistar Eurasia.
En su avance dieron lugar a otras especies
posteriores cuyos restos han sido hallados desde
Siberia al norte de España, explica Dick Mol,
investigador del Museo de Historia Natural de
Rotterdam. |
Xang y sus
colegas mantienen que el rinoceronte no migró solo, sino con
cabras montesas, leopardos de las nieves y antílopes cuyos
restos han sido desenterrados en el mismo yacimiento. "Es
una hipótesis chocante pero interesante", opina Bienvenido
Martínez-Navarro, investigador del Instituto de
Paleontología IPHES. Al final de la glaciación, hace unos
10.000 años, los rinocerontes y el resto de la megafauna se
extinguió. Martínez-Navarro no tiene dudas del porqué: "Fue
la llegada del Homo sapiens desde África lo
que acabó con ellos".
Presentan dientes de un roedor Caviomorpha
más antiguo de América del Sur hallado en Perú.
Publicado
en
Paleo.
Revista Argentina de Paleontología. Año
9.
Numero 62. Noviembre de 2011.
Paleontólogos hallaron en la localidad de Contamana (norte
del Perú) dientes de los roedores más antiguos que habitaron
Sur América hace unos 41 millones de años, según un estudio
publicado hoy en la revista científica Proceedings of the
Royal Society B.
De acuerdo
con la fuente, un equipo de científicos de EEUU, Francia,
Alemania, Perú y Panamá, dirigido por el paleontólogo
francés Pierre-Olivier Antoine, de la Universidad de
Montpellier, hizo el hallazgo en tres viajes entre 2008 y
2010 al río Ucayali, un afluente del Amazonas.
Allí
encontraron en la orilla varias capas de roca, incluyendo la
de los fósiles, de forma anticlinal (como un arco iris), en
la que los pliegues situados por encima o por debajo de los
fósiles pasaban de ser horizontales a casi verticales.
 |
En
vez de hacer excavaciones, los paleontólogos no
tuvieron más que remontar el curso del río para
estudiar el pasado y bajarlo para tener datos más
recientes.
La
ceniza hallada en partículas de cieno 47 metros río
abajo databa de hace 41 millones de años, según el
método de datación por argón radiactivo, lo que
revela la edad mínima de los fósiles, según el
estudio. |
Esta fecha
ha sido confirmada también por los estudios genéticos de los
roedores actuales en África y Suramérica, añade el informe.
Las características de los dientes encontrados también
refuerzan esa teoría e indican además que esos roedores se
alimentaban de semillas blandas y plantas, al igual que sus
descendientes actuales. Por otra parte, el polen extraído
del barro fosilizado que contenía los dientes sugiere que
estas especies vivían en una selva tropical parecida a la de
hoy.
Según la
fuente, los roedores, de la infraorden Caviomorpha que
incluye a los actuales cobayas, chinchillas y puercoespines
del Nuevo Mundo, se desplazaron de norte a sur y eran
originarios de África. Los científicos consideran que estas
especies llegaron a Suramérica durante el Eoceno Medio, hace
unos 40 millones de años, y que se desplazaron desde África
en un trozo de vegetación cuando el Atlántico medía menos de
1.000 kilómetros de ancho, alcanzando el noreste de Brasil
en una o dos semanas.
Un gran Sauropodo del Cretácico de
Australia.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 39. Octubre de 2009.
Los
paleontólogos han hallado los huesos de un dinosaurio,
bautizado como «Zac», que calculan que vivió hace unos 97
millones de años en el mismo lugar del noreste australiano
donde se han descubierto especies de esos reptiles fósiles.
El paleontólogo Scott Hocknull, del museo de Queensland, ha
dicho que todavía necesitan efectuar un examen minucioso,
pero
creen que se
trata de un
saurópodo
vegetariano o
titanosaurio, una de las nuevas especies
descubiertas y los animales más grandes que jamás pisaron la
Tierra.
|
 |
Hocknull ha explicado que han bautizado al ejemplar
Zac, y ha añadido que su osamenta es en principio
más completa que otras halladas con anterioridad. El
hallazgo de Zac y sus congéneres ha tenido lugar en
un meandro prehistórico próximo a la población de
Winton, en el estado de Queensland. |
"Los
descubrimientos hechos este año confirman la importancia del
lugar, no solo para Australia, sino para tener una comprensión
científica más profunda de la Edad de los Dinosaurios", ha dicho
el paleontólogo. Las nuevas especies aparecidas en esa zona son
un terópodo Australovenator eintonensi) y dos
clases de titanosaurios. En homenaje al poeta australiano Banjo
Paterson, que escribió en Winton su famoso
"Waltzing Matilda" en 1895, los tres nuevos
ejemplares fósiles fueron bautizados Banjo, Matilda y Clancy.
Uruguayos hallan faceta "atlética" en
Gliptodontes.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 39. Octubre de 2009.
"Lo más
interesante es el hecho de cómo, aplicando un concepto, una
técnica desarrollada para el tenis o el béisbol, uno puede
entender el funcionamiento de un animal que existió hace 10.000
años", explicó el investigador uruguayo Ernesto Blanco, doctor
en Física. La prestigiosa científica británica "Proceedings of
the Royal Society" publicó un trabajo que encabezó Blanco que
estudia una particularidad en el uso que le daban a la maza de
su cola los gliptodontes, "un animal del tamaño de un Volkswagen
escarabajo y dos toneladas de peso", según la descripción poco
académica pero muy gráfica de Blanco.
|
 |
"Los
gliptodontes hace mucho que se conocen y también el
hecho de que pelearan entre sí usando estas colas se
había planteado, lo novedoso es que la forma, las
características de la cola son tales que parece estar
hecho para golpear con mucha precisión en cierto punto.
Algo muy similar a las raquetas de tenis o bates de
béisbol, donde uno golpea y el golpe se siente bien",
explicó. En inglés se le llama sweet spot (punto dulce).
Ese golpe medido apunta a que las fuerzas que se
despliegan en el golpe, administradas de esta forma,
reducen el riesgo de lesión. |
En el caso del
gliptodonte, para no lastimarse las vértebras cervicales: "es
como el golpe ideal". Los gliptodontes "tendrían el punto dulce
sobre la espina mas grande de la propia cola, y golpeaba con
eso", dijo Blanco. Washington W. Jones y Andrés Rinderknecht son
los científicos que colaboraron en el estudio de Blanco.
Rinderknecht y Blanco son, además, los autores del estudio del
roedor gigante Josephoartigasia monesi, antecesor
del carpincho, publicado el año pasado en la misma revista.
El pterosaurio Jeholopterus ningchengensis tenía
control del vuelo.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 39. Octubre de 2009.
Investigadores
brasileños presentaron el fósil de un pterosaurio que demuestra
que estos reptiles alados tenían un "absoluto control de vuelo"
y da un nuevo rumbo a las investigaciones sobre esta especie. El
fósil del "Jeholopterus ningchengensis" fue
encontrado en depósitos de cerca de 130 millones de años en la
región de Mongolia interior (China) y presentado hoy en el Museo
Nacional de Río de Janeiro por el paleontólogo brasileño
Alexander Kellner, que participó del descubrimiento junto con
investigadores británicos, chinos y alemanes.
Según Kellner,
la importancia de este fósil radica en la existencia de unas
estructuras en las alas que suponen todo un cambio en las
teorías que hasta el momento se tenían sobre el animal y su
capacidad de volar. Estas nuevas estructuras, conocidas como
picnofibras y actinofibras, sólo pudieron ser descubiertas
gracias al trabajo con rayos ultravioleta del paleontólogo
alemán Helmut Tischlinger. Así, el hallazgo de las picnofibras,
semejantes a los pelos de algunos mamíferos, permitió a los
investigadores, en primer lugar, concluir que los pterosaurios
eran animales endotérmicos y por tanto capaces de controlar la
temperatura de su propio cuerpo.
 |
También gracias a los rayos ultravioletas se supo que
las actinofibras, que ya eran conocidas, se estructuran
en una trama de varias capas a diferencia de lo que se
pensaba hasta el momento. Este hecho otorgaría una mayor
resistencia a las alas de estos animales así como la
capacidad para estirarlas y retraerlas a voluntad, lo
que permite un vuelo estable y con alto control. Las
membranas encontradas en el pterosaurio serían incluso
más resistentes que las que presentan algunos animales
voladores actuales, como el murciélago. |
Para el
profesor Kellner, el hallazgo "elimina los modelos de estudio
anteriores", según algunos de los cuales las alas de los
pterosaurios sólo les servirían para planear. Asimismo, el paleontólogo
explicó que este descubrimiento "abre toda una gama de
posibilidades para desencadenar nuevas investigaciones" en torno
a estos animales, que no son considerados como aves pero tampoco
como dinosaurios, a pesar de haber coexistido.
Sin embargo, el
científico también apuntó que ahora se abre un nuevo reto para
los investigadores que deberán concluir la composición exacta de
estas estructuras y que hasta el momento trabajan con la
hipótesis de que se trate de colágeno o fibras musculares. Por
otra parte, el paleontólogo destacó el valor de la región de
Mongolia interior, en el noreste de China, donde fue encontrado
el fósil presentado hoy y aseguró que en el futuro debe llegar
mucha información desde allí porque la cantidad de fósiles que
se encuentra es "tremenda". Kellner también subrayó la
importancia de la colaboración brasileña para llevar a cabo las
investigaciones ya que, según el profesor, en este país se
encuentran algunos de los mejores ejemplares de fósiles de
pterosaurios. La réplica del fósil hallado y reproducciones del
animal en vida y de su membrana alar serán expuestas a partir de
ahora en el Museo Nacional de Río de Janeiro.
Spinophorosaurus nigerensis, un gigante del
Cretácico de Elche.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 39. Octubre de 2009.
El Museo
Paleontológico de Elche (MUPE) ha descubierto un nuevo
dinosaurio saurópodo que hasta el momento no estaba catalogado y
que es considerado como uno de los más primitivos de esta
especie herbívora. El equipo ilicitano encontró el 75% del
esqueleto de este animal en el sur del desierto nigeriano de
Agadés en 2007. Ahora, casi dos años y medio después, la
prestigiosa revista científica 'Plos One' ha publicado un
artículo que avala este hallazgo y lo destaca como una muestra
"de la evolución más temprana de los saurópodos".
 |
El
nuevo ejemplar ha sido bautizado como 'Spinophorosaurus
nigerensis' (que significaría 'lagarto portador
de espina', haciendo referencia a su larga columna).
Cuando se encontraron los fósiles en Níger se
trasladaron al MUPE donde un equipo de trabajo se ha
encargado de su limpieza y clasificación. "Esta fase
suele ser muy larga y costosa, pero en este caso se ha
agilizado bastante", señala Ignacio Fierro, director
científico del museo ilicitano. La sorpresa llegó cuando
al comparar los caracteres de los restos con los
catalogados, el equipo investigador descubrió que no
existían referencias sobre esa especie. |
Además, con el
75% de los restos ya limpios, determinaron que el nuevo
saurópodo es uno de los más primitivos que se conoce hasta el
momento. Cuando se dé por concluida la investigación, el MUPE
trasladará los fósiles al Museo Nacional de Níger, donde se
velará por que "su difusión sea la adecuada". Desde ayer ya se
puede encontrar en el museo de Elche una réplica a escala de
este singular dinosaurio que llegó a medir 13 metros de
longitud.
Evidencia del ataque de tiburones a una ballena
del Mioceno.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 39. Octubre de 2009.
No tuvieron
compasión. Hace cinco millones de años, cuando Huelva todavía
era un lugar perdido bajo las aguas, un grupo de tiburones
devoró una ballena
con tanta voracidad
que incluso alguno de ellos se dejó los dientes en el intento. El crimen se conoce gracias
al trabajo de un equipo de paleontólogos dirigidos por el doctor
Fernando
Muñiz, que ha descubierto en la
provincia andaluza restos fósiles que evidencian el ataque. En
el descubrimiento, facilitado por la excelente conservación de
los fósiles, han colaborado las universidades de Huelva y
Copenhague y el Instituto de Investigaciones Geocientíficas de
California. Supone el colofón a cuatro años de investigaciones.
Según ha
explicado Muñiz, el cráneo de la ballena, compuesto por una
mandíbula superior y dos inferiores, fue descubierto en Huelva
hace tres años. Durante la limpieza y preparación del material
para su exposición en el Centro Provincial de Interpretación
Paleontólogica en Lepe, «reconocimos en una de las mandíbulas
inferiores unas extrañas marcas y fracturas en la superficie del
hueso», recuerda el experto
 |
Resultaron ser las «huellas del crimen» dejadas por una
manada de tiburones compuesta «por unos cinco
ejemplares, aunque su número es difícil de
contabilizar». Pero había algo más:
en los huesos
de la ballena aparecieron «clavados» dos dientes
puntiagudos, afilados y cortantes de tiburón. «Es algo
excepcional -dice Muñiz- porque nunca antes en el mundo
se habían encontrado dos dientes de tiburón tan antiguos
en un mismo fósil, como mucho uno». Otros diez dientes
fueron encontrados en la arena, alrededor de los
fósiles enterrados. «A los tiburones se les caen con
facilidad cuando atacan una pieza dura», apunta el
especialista. Las marcas dejadas en el hueso demuestran
que los tiburones, en su mayoría de
una especie parecida a la actual
Cañabota Gata o tiburón de siete branquias, «no estaban de cacería», sino que devoraron
a la ballena, de unos seis metros de longitud, como
carroñeros, cuando el cetáceo ya estaba muerto en el
lecho marino, a unos 60 metros de profundidad.
|
Las marcas
reflejan diferentes tipos de comportamientos, «algunas fueron
debidas a punzadas de tanteo, es decir, cuando uno o varios
tiburones dieron simples mordiscos al hueso de la mandíbula,
pero no para arrancar trozos de carne sino más bien para tantear
la posible comida». Otras parecen «arañazos» y reflejan «una
mordida con el posterior y típico movimiento lateral de la
cabeza del tiburón para intentar separar la carne e ingerirla».
Cuando el banquete terminó, los huesos del esqueleto de la
ballena se enterraron de manera relativamente rápida, dando así
comienzo al proceso de fosilización que hoy ha permitido a los
paleontólogos reconstruir la secuencia.
Nyctalus lasiopterus, un murciélago gigante en el
Pleistoceno de la Península Ibérica.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 39. Octubre de 2009.
En el último
número de la revista Paleovol ser publico un artículo donde se
describe por primera una mandíbula del Nóctulo gigante (Nyctalus
lasiopterus) en el Pleistoceno superior de la Península
Ibérica. La investigación desarrollada por Juanma y Gloria con
la colaboración de Paloma Sevilla de la Universidad Complutense
se ha desarrollado a partir de una mandíbula encontrada en el
yacimiento de l’Abric Romaní (Barcelona). Este yacimiento es
bien conocido en la literatura por ser clásico en el estudio de
la industrial neandertal.
 |
Hace
unos años nos llamo la atención la publicación de una
artículo donde se describía a un grupo de quirópteros en
Sevilla que cazaban pájaros. Se trataba del nóctulo
gigante que caza aves en vuelo aprovechando la migración
nocturna de las aves, de manera que llega a ser el
principal alimento durante primavera y otoño. Por tanto
fue una agradable sorpresa cuando triando el material de
Abric Romaní se pudo recuperar un fragmento de mandíbula
que tras los estudios morfométricos y biométricos se
pudo comprobar que pertenecía a Nyctalus
lasiopterus. Este descubrimiento refuerza la
hipótesis que esta especie estaba ampliamente
distribuida en España durante el Pleistoceno,
especialmente en los momentos más templados y
posiblemente con unos bosques más amplios. |
La reducción
de los bosques durante el Holoceno, junto con otros factores
medioambientales más difíciles de interpretar explican la baja y
parcheada densidad de la distribución actual de esta especie en
nuestro país.
La nueva
cita se trata de la segunda de esta especie en el Pleistoceno de
España. El nivel donde se encontró tiene una antigüedad de unos
55.000 años. Hay que recordar que el yacimiento de Abric Romaní
es objeto de excavación del Área del Instituto de Paleoecología
Humana i Evolució Social de la Universidad Rovira i Virgili de
Tarragona. La referencia completa es: López-García, J.M.,
Sevilla, P. y Cuenca-Bescós, G. 2009. New evidence for the
greater noctule bat (Nyctalus lasiopterus) in the Late
Pleistocene of western Europe. C.R. Palevol
Raptorex kriegsteini, un posible antecesor de
Tyrannosaurus rex.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 39. Octubre de 2009.
El antepasado
de Tiranosaurio Rex fue un pequeño dinosaurio de tres metros de
largo que vivió 60 millones de años antes de su poderoso
sucesor, dicen los científicos. Según los expertos, este
descubrimiento podría ser el "eslabón perdido" entre las
primeras especies de dinosaurios y el
T-Rex.
Paul Sereno de
la Universidad de Chicago publicó en la revista Science que el
nuevo fósil encontrado en China tiene exactamente la misma
estructura ósea del T-Rex
pero en miniatura: el
Raptorex kriegsteini pesaba sólo 65 kilos
y era apenas 90 veces más pequeño que su sucesor. El hallazgo
sugiere que las características físicas de
T-Rex -gran cabeza
con mandíbulas fuertes, antebrazos pequeños y enormes patas
traseras- fueron heredadas del dinosaurio pequeño y que el
cuerpo se modificó relativamente poco a través de los siglos
-excepto por el tamaño. En los últimos 10 años, los fósiles
encontrados habrían mostrado una pequeña evidencia de que la
familia Tyrannosaurus
rex es descendiente de dinosaurios de cuerpo
pequeño.
 |
Según
los científicos, este descubrimiento podría ser el
"eslabón perdido" entre las primeras especies de
dinosaurios y el T-Rex. Pero había poca evidencia de un
vínculo directo entre estos dinosaurios relativamente
pequeños y los grandes fósiles del
T-Rex. El
equipo considera que
Raptorex kriegstein
es ese vínculo: luce idéntico al
T-Rex,
incluso en la forma del cráneo con bulbos olfatorios
ampliados, lo que le habría dado el mismo agudo sentido
del olfato que el
T-Rex. Según Sereno, "es lo más cercano al
proverbial eslabón perdido en el linaje del
T-Rex que
jamás hallamos tenido". |
El equipo
hizo moldes de los huesos y reconstruyó al animal de la forma en
la que piensan que se hubiera visto.
El equipo de
científicos considera que el nuevo fósil da un vuelco total a la
teoría aceptada sobre la evolución de los tiranosaurios: hasta
ahora se pensaba que la extraña forma de su cuerpo había
evolucionado como consecuencia de su gran tamaño.
El registro de
los fósiles confirmaba la teoría anterior de que el tiranosaurio
gigante había necesitado modificar su esqueleto para seguir
funcionando como depredador. Stephen Brusatte, del Museo
Americano de Historia Natural de Nueva York, aseguró: "La nueva
especie, Raptorex,
realmente es un giro de tuerca en este patrón observado. Tenemos
un animal de una noventésima parte del tamaño del
T-Rex, de mi
tamaño, pero con todas las características de la especie -cabeza
grande, músculos fuertes, brazos diminutos- que antes se pensaba
que eran adaptaciones necesarias para un organismo de gran
depredador. "Ahora en realidad podemos decir que estas
características no han evolucionado como consecuencia del gran
tamaño corporal, sino que evolucionó como un conjunto eficiente
de armas para un animal depredador que medía sólo la noventésima
parte del T-Rex
y que vivió 60 millones de años antes".
El registro de
los fósiles indica que los tiranosaurios crecieron a tamaños
enormes durante los últimos 20 millones de años del periodo
Cretácico. Brusatte aseguró: "Entonces eso significa que
durante el mayor tiempo de su historia evolutiva, cerca del 80%
del que estuvieron en la Tierra, los tiranosaurios eran animales
pequeños que vivieron a la sombra de otros tipos de enormes
dinosaurios predadores.
 |
“En
resumen, gran parte de lo que pensamos que sabemos sobre
la evolución del tiranosaurio resulta ser simplista y
equivocado".
En
resumen, gran parte de lo que pensamos que sabemos sobre
la evolución tiranosaurio resulta ser simplista o poco y
equivocado Stephen Brusatte, del Museo Americano de
Historia Natural de Nueva York Sereno estima que este
especimen de
Raptorex kriegstein era un adulto
joven cuando murió. El equipo hizo moldes de los huesos
y reconstruyó al animal de la forma en la que piensan
que se hubiera visto. Creen que habría tenido un metro
de altura y que habría tenido plumas similares a las de
una avestruz. |
Los
investigadores dicen que los fragmentos de arena y los
sedimentos que se encontraron en el esqueleto indican que se
encontró en una zona del noreste de China, rica en fósiles. Ahí
excavaron, fue sacado ilícitamente del país y finalmente
vendido. El fósil lleva el nombre de Henry Kriegstein, un
coleccionista privado que lo compró a un comerciante, se puso en
contacto con Sereno y le pidió analizar la muestra. Finalmente
lo donó a la ciencia y a China. Ahora está en un museo de
Mongolia. Sereno aseguró que esto "es más que un especimen
chino. Nos ha dado algunas revelaciones sobre nuestros propios
tiranosauros aquí en Norteamérica. Así que realmente pertenece a
la ciencia. Pertenece al mundo".
Un arrecife de 3.430 millones de años de
antigüedad.
Publicado
en
Paleo. Año 4.
Numero 18. Julio de 2006.
Científicos
australianos aseguraron que disponen de nuevas pruebas que
demuestran que un arrecife fosilizado hallado en Australia
Occidental es la forma más antigua de vida conocida, lo que
alteraría los cálculos sobre el comienzo del ciclo vital en el
planeta
Los científicos indicaron en un comunicado de
prensa que los estromatolitos enterrados en la región de Pilbara
representan los restos fosilizados de microbios que tienen unos
3.430 millones de años de antigüedad.
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Las conclusiones de la investigación australiana y canadiense,
publicadas en la revista científica internacional "Nature", cuestionan
también que la vida en la Tierra se iniciara hace unos 1.900
millones de años.
Los científicos afirman que el arrecife, de diez
kilómetros de longitud, prueba que en aquella época ya existía la
biodiversidad y que la vida hizo acto de presencia mas rápido de lo
que se creía.
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