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Salminus noriegai, un pez dorado del Mioceno Rió Paraná.

  Publicado en Paleo. Año 11. Numero 96. Diciembre de 2013. 

Es el primer registro fósil de un dorado. Su cabeza, descubierta en excelente estado de conservación, permitió realizar una descripción minuciosa de este ejemplar y saber cómo eran estos peces depredadores durante el Mioceno.

Muchos pescadores suelen jactarse, y posar para la foto, tras sacar del agua a un dorado de determinadas dimensiones. Por su parte, paleontólogos argentinos rescataron un ejemplar que pudo haber superado los 50 centímetros, aunque lo más importante no es su talla, sino que permitió conocer el pasado de estos peces tan importantes dentro de la fauna de los ríos sudamericanos.

El investigador del Museo de la Plata (MLP) y del CONICET Alberto Luis Cione comentó a la Agencia CTyS que “el estado de conservación de la cabeza hallada es muy bueno y, por eso, permitió hacer un estudio minucioso y poder identificar a este dorado como una nueva especie”.

Cione especificó que el dorado ancestral “se diferencia por la forma de los huesos en sus mejillas y por la longitud de los huesos que bordean su boca, como el maxilar y el premaxilar; además, la órbita ocular es proporcionalmente alargada”.

Por otra parte, se observó que sus dientes tienen una forma muy peculiar, símil a un ocho en la zona que se aferra a la mandíbula. “Esta es una cualidad que comparten con los dorados actuales, pero que nunca se había descrito hasta ahora, siquiera en los vivientes”, contó el especialista en peces.

Actualmente, viven cuatro especies de dorado en América del Sur. “Es uno de los peces de agua dulce más importantes de Argentina y Sudamérica; se lo encuentra también en Brasil y en Colombia, por ejemplo, pero hasta ahora nunca había aparecido en el registro fósil”, agregó el paleontólogo Cione, quien realizó este estudio publicado en la revista científica Journal of Vertebrate Paleontology junto a la doctora María de Las Mercedes Azpelicueta, de la División Zoología de Vertebrados del MLP.

La nueva especie fue bautizada como Salminus noriegai, en reconocimiento al paleontólogo Jorge Ignacio Noriega, que se especializa en el estudio de aves y fue quien encontró este cráneo de 9 centímetros de longitud al noreste de la ciudad de Paraná, en la localidad Toma Vieja.

En la época inmediatamente anterior a que viviera este dorado, cuyo cuerpo midió cerca de 60 centímetros, el océano Atlántico ingresaba hasta la provincia de Entre Ríos, formando un gran golfo. “Luego, el mar se retiró y se formó una serie de ríos”, contó Cione. Y agregó: “Es por ello que en dicho yacimiento se encuentran especies de agua dulce y también de agua salada; además, también se descubren huesos y dientes de los mamíferos que vivían a orillas de los ríos”.

De los fósiles encontrados en la formación fluvial, el Salminus noriegai está entre los de mejor conservación, por lo que se pudo estudiar tanto los huesos externos como internos de la cabeza y compararlo con los dorados actuales.
No son tan distintos los dorados vivientes a los que habitaron el Paraná y Sudamérica hace millones de años.

“Los cambios son pequeños, de sutiles proporciones en los huesos, lo cual indica que la velocidad evolutiva de estos peces es bastante lenta en comparación a los mamíferos por ejemplo”, analizó Alberto Cione.

El investigador del MLP-CONICET aseveró que la tasa evolutiva de la fauna terrestre es mucho mayor, puesto que los mamíferos que habitaban el continente americano durante el Mioceno eran bastante distintos, un fenómeno que se pronunció aun más cuando, hace más de 2 millones de años, emergió el itsmo de Panamá, uniendo América del Sur y América del Norte, lo que provocó que hubiera un intercambio biótico entre los animales de ambos hemisferios.

En cambio, los dorados mantuvieron hasta su forma de alimentación. “Por la morfología de los dientes y de la boca no hay ninguna razón para suponer que se alimentaran de manera distinta”, aseguró Cione.

Sin embargo, hay peces que sí hay tenido alteraciones mayores en este lapso de tiempo. En estos yacimientos, hace pocos años, el doctor Cione también presentó otra nueva especie: la megapiraña, que era un eslabón perdido, un organismo intermedio entre los ancestrales pacúes, que tenían (y aun conservan) un modo de vida orientado hacia los vegetales y frutos, y que terminó derivando, a través de la megapiraña, en un descendiente totalmente carnívoro y más pequeño, que son las pirañas.

En los momentos en que vivieron el Salminus noriegai y la megapiraña, había una fauna muy diversa que los acompañaba, pero que era muy similar en toda Sudamérica. “Esto se debe a que había francas conexiones hidrográficas entre los ríos y lagos del Paraná con las cuencas ubicadas en Brasil, Colombia y Venezuela”, explicó Cione.

Y distinguió: “En cambio, en la actualidad, la cuenca del Río de la Plata esta casi aislada del Amazona, hay una pequeña conexión y eso reduce la mezcla entre sus faunas y generó, con el tiempo, divergencias evolutivas que hicieron que las formas del Amazonas hoy sean disímiles a las que habitan en la cuenca del Paraná”.

Queda pendiente saber en qué momento se originó el grupo de los dorados, por lo que los paleontólogos confían en que la formación del Paraná pueda proveerles de más fósiles en el futuro.

En la opinión de Cione, “estos yacimientos son claves para entender la evolución de la fauna de peces de la Sudamérica austral, tanto de los marinos como de los de agua dulce, y nos está dando muchos elementos nuevos que nos permiten comprender el origen de la extraordinaria biodiversidad de peces sudamericana actual”. Emanuel Pujol (Agencia CTyS)

 


Argentinosaurus huinculensis. Así caminaba el mayor dinosaurio conocido.

  Publicado en Paleo. Año 11. Numero 96. Diciembre de 2013. 

Medía 40 metros de largo y pesaba 80 toneladas, y es el vertebrado terrestre más grande que jamás ha caminado por la tierra. Un equipo de científicos de la Universidad de Manchester ha realizado una compleja simulación para tratar de entender cómo caminaba Argentinosaurus huinculensis, el gigante que caminó por nuestro planeta hace unos 95 millones de años.

Para el trabajo, publicado esta semana en PLOS ONE, los científicos utilizaron unos 30.000 procesadores y realizaron un escáner tridimensional del esqueleto de argentinosaurio montado en el Museo Municipal Carmen Funes, en Argentina. La simulación propone una nueva hipótesis sobre la mecánica del desplazamiento de estos animales, que se moverían a un paso muy lento y moviendo los pares de patas laterales. Tal que así:

A pesar de todo, los investigadores dejan en el aire una gran incógnita: ¿cómo podía ser eficiente energéticamente mover un cuerpo de estas dimensiones? Su reconstrucción, afirman, es consistente desde el punto de vista mecánico, pero se necesitan más datos para conocer cómo semejantes monstruos pudieron desplazar una masa de ese tamaño.

La revista PLOS ONE presenta precisamente un especial sobre esta cuestión, el gigantismo de los saurópodos y las causas que llevaron a alcanzar esas dimensiones.

 El paleontólogo Martin Sander y su equipo aseguran que se produjo una cascada de cambios evolutivos (incluidas exaptaciones e innovaciones) que convirtieron a los saurópodos en auténticos colosos, y presenta su "receta para hacer un dinosaurio gigante", que resumen en la revista Discover.

Para Sander, estos fueron los factores que favorecieron el gigantismo: tener muchas crías pequeñas, carecer de un molinillo gástrico, las características de sus pulmones, un alto metabolismo y no masticar la comida.

Este último punto - el de no masticar - indica que los saurópodos consumían ingentes cantidades de comida sin tener que perder tiempo en masticarla, y su sistema digestivo parece que era bastante rápido.

Este es el motivo - la no necesidad de grandes mandíbulas - de que creciera tantísimo su cuerpo pero sus cabezas siguieran siendo pequeñas y abrió la puerta a que sus cuellos se alargaran. Inmóviles desde una misma posición, explican en Discover, estas criaturas podían devorar grandes zonas de vegetación sin tener que mover un músculo y sin gastar demasiada energía.

Referencia: March of the Titans: The Locomotor Capabilities of Sauropod Dinosaurs (PLOS ONE) | Más info: Discover. Fuente: fogonazos.es

 


Hallan decenas de excremento de Dinodontosaurus en el triasico de La Rioja.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 96. Diciembre de 2013. 

Los paleontólogos argentinos han hallado las 'letrinas públicas más antiguas del mundo', creadas por algunos de los primeros dinosaurios y que podría servir para esclarecer el misterio del origen de estas criaturas.

Según los científicos, los miles de excrementos fosilizados desenterrados en la Formación Chanares, en la provincia argentina de La Rioja, fueron dejados por grupos de megaherbívoros (mamíferos de gran tamaño ya extinguidos) similares a los rinocerontes.

La antigüedad del hallazgo se estima aproximadamente en 240 millones de años, superando el anterior 'récord' de 220 millones de años, lo que convierte al descubrimiento en el 'aseo jurásico' más antiguo encontrado hasta la fecha y una primera evidencia de que los reptiles antiguos compartían 'vertederos' colectivos.

Un ensayo dedicado al descubrimiento publicado en la revista 'Scientific Reports' destaca que el estiércol contiene información muy valiosa para la paleontología sobre la dieta de los animales prehistóricos, las enfermedades que padecían y la vegetación de la época. 

De acuerdo con el estudio, los coprolitos (excrementos fosilizados con gran contenido en minerales inorgánicos) desenterrados son de más de 40 centímetros de ancho  y pesan varios kilogramos. Algunos de ellos son alargados, otros son óvalos de colores desde el gris claro al marrón y al violeta oscuro.


"No hay duda de quiénes son sus 'autores'. Solo una especie podría producir bultos de semejante tamaño y también encontramos sus huesos esparcidos por toda la zona", dijo el doctor Lucas Fiorelli, del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica en Argentina (CRILAR-CONICET), quien descubrió el depósito de estiércol.

Según Fiorelli, los restos hallados pertenecían a Dinodontosaurus, un megaherbívoro de ocho metros de largo, similar a los rinocerontes modernos. Estos animales eran dicinodontes: de gran tamaño, similares a los mamíferos comunes del período Triásico, cuando los primeros dinosaurios comenzaron a surgir.

El paleontólogo supone, que el 'aseo colectivo' era una estrategia de seguridad y también de sanidad para las manadas de estos animales. En primer lugar, era importante para evitar los parásitos, ya que así apartaban los lugares de apacentamiento y las 'letrinas'.

"También era una advertencia para los depredadores. Si dejan una pila enorme, quieren decir: 'Somos una gran manada ¡Cuidado!'", explica Fiorelli. Los coprolitos no son nada nuevo, pero fue inesperado y excitante encontrar una acumulación tan antigua como esta, ya que normalmente las heces se degradan bastante rápido.

Los científicos consideran los excrementos fosilizados como 'cápsulas del tiempo' por su capacidad para revelar gran cantidad de información en forma de fragmentos de plantas extintas, hongos y parásitos intestinales que poseía el animal durante su vida.

"Cada excremento es una instantánea de un antiguo ecosistema, su vegetación y la cadena alimentaria", afirma Fiorelli.

Con el nuevo hallazgo los científicos esperan vislumbrar una imagen del hábitat desaparecido que dio origen a los dinosaurios.

 


Fósil descubierto en San Pedro cambiará el rostro de una especie.

Publicado en Paleo. Año 11. Numero 95. Diciembre de 2013. 

Es el ejemplar de armadillo gigante más completo en su tipo. Modificará conceptos vigentes desde la época de Florentino Ameghino.

La ciudad de San Pedro se encuentra ubicada a unos 170 kilómetros al norte de Buenos Aires, Argentina. Allí funciona el Museo Paleontológico “Fray Manuel de Torres”, institución que atesora una importante colección de mamíferos fósiles del Cuaternario pampeano.

La ardua tarea de concientización realizada en la zona ha permitido que en los últimos días, se lograran rescatar del accionar de las excavadoras de una cantera uno de los restos más completos conocidos hasta hoy de un armadillo gigante de la especie Neosclerocalyptus ornatus.

La alerta la dio Fausto Capre, un operario de la empresa “Tosquera San Pedro SA”, cuando advirtió “ciertos fragmentos que despertaron su curiosidad”.     Sin perder tiempo, el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro se llegó hasta el lugar debido a que la cantera se haya en actividad y operando permanentemente. No había tiempo que perder…

Allí, en un gran trozo de terreno removido por la retroexcavadora asomaban una serie de piezas fosilizadas. Se trabajó sin pausa hasta lograr trasladar los restos en riesgo al taller del Museo, lugar donde aún están siendo acondicionados.

Si bien recién se han realizado las primeras observaciones, el fósil hallado presenta el cráneo más completo descubierto hasta hoy de la especie Neosclerocalyptus ornatus, hasta el punto que algunos de los detalles revelados por este fósil podrían modificar aspectos evolutivos de esos animales.

Debido a su excelente estado de conservación, el cráneo de este ejemplar hallado en San Pedro introducirá cambios en el rostro de una de las especies características de la fauna fósil de la región pampeana.

Según la opinión del Dr. Alfredo Zurita, investigador del CONICET y del CECOAL (Centro de Ecología Aplicada del Litoral, Corrientes), que estudiará el fósil hallado, “se trata de un ejemplar de Neosclerocalyptus ornatus, especie originalmente reconocida por el naturalista inglés Richard Owen. Estos animales habrían habitado las pampas hasta hace unos 500.000 años y hasta el momento, sólo se conocían dos cráneos de esta especie, con el inconveniente de que ambos están restaurados parcialmente y no sabemos si esas restauraciones se correspondían con la forma real que tuvo esta especie, especialmente en la región nasal, que es la que más interesa. “

Una característica única en estos pequeños gliptodontes era la presencia de una especie de zona “globular” en la región más anterior del cráneo, a nivel de los huesos nasales. En las especies más antiguas (Ej.: Neosclerocalyptus pseudornatus), esta zona aparecía poco desarrollada, pero se hacía más notable en las especies más modernas, hasta alcanzar un tamaño sumamente considerable, como se aprecia en la especie Neosclerocalyptus paskoensis.

Nadie sabe a ciencia cierta cuál era la función de esta estructura tan particular. Se ha hipotetizado que probablemente constituya una adaptación a los climas fríos y áridos/semiáridos típicos del Pleistoceno, aunque la cuestión sigue abierta y el misterio sin resolver.

Sin embargo, esta problemática será resuelta a partir de este nuevo descubrimiento efectuado en el subsuelo de San Pedro, un hallazgo que modificará esos patrones morfológicos que se manejaban desde épocas de Ameghino.”

Si bien el fósil está en pleno proceso de limpieza y restauración, una vez efectuadas estas tareas se podrá conocer la morfología real que tenía la región frontal del rostro de esta especie. Esto a su vez brindará mucha información acerca de las relaciones existentes entre las especies conocidas de este género. Esto es así porque las especies se diferenciaban, fundamentalmente, por las variaciones morfologías en el área nasal.

Desde el Centro de Registro Arqueológico y Paleontológico de la Provincia de Buenos Aires, el Lic. Fernando Oliva destaca “el valor del trabajo de concientización que viene desarrollando el Museo de San Pedro y el gesto del joven Fausto Capre de avisar inmediatamente a las autoridades del museo”. En este sentido recuerda que “es fundamental, en caso de hallazgo fortuito de estos materiales científicos, no moverlos del lugar y poner en conocimiento al equipo del museo local inmediatamente.”

 


Bosques petrificados junto al río Paraná.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 95. Diciembre de 2013. 

En la costa del Paraná hay varios sitios de interés arqueológico, con leña y árboles fósiles de miles de años, que son testigos mudos de un pasado remoto que suele escapar a los hombres actuales.

Una formación natural de guayabos fósiles fue descubierta por miembros de la Asociación de Amigos del Árbol, entidad que en su momento informó que trabajaba para convertir a los árboles fósiles en un atractivo turístico.

En general estos sitios no han sido explotados desde el punto de vista cultural ni turístico.

La Mesopotamía argentina se caracteriza por la abundancia de restos fósiles vegetales de diferente naturaleza y tipos de fosilización. Los ejemplares arbóreos provienen de los sedimentos marinos y continentales del Cenozoico superior, de las cuencas del río Paraná y del río Uruguay, y se describen las paleocomunidades arbóreas y paleoambientes donde estos bosques se desarrollaron.

Las primeras referencias sobre floras fósiles de la región, fueron dadas a conocer por Chares Darwin en 1832-36 en su histórico viaje por América (Darwin, 1846), donde describe las barrancas del río Paraná y cita la presencia de fósiles de origen vegetal.

Más tarde, Frenguelli en su detallado trabajo sobre la geología de Entre Ríos, remarca en más de una oportunidad el hallazgo de floras fósiles terciarias.

Sorprendentemente esta flora fósil no fue estudiada en los posteriores 50 años, y fue recién en la década del 70 cuando comienzan los estudios paleoflorísticos en la Mesopotamía argentina, con trabajos realizados sobre polen, leños fósiles, cutículas, impresiones foliares y fitolitos.

Los únicos registros de maderas fósiles miocénicas pertenecen al SO de la región Mesopotámica, provienen del Cerro La Matanza ubicado en las cercanías de la ciudad de Victoria (Entre Ríos). Estos ejemplares han sido hallados en los sedimentos marinos gris verdoso-oliva del Mioceno de la Formación Paraná 

Las lignofloras plio-pleistocenas se hallan más extensamente representadas en las barrancas de los ríos Paraná y Uruguay en las provincias de Corrientes y Entre Ríos.

Los taxa fósiles presentes en la margen izquierda del Río Paraná provienen en su mayoría de la Formación Ituzaingó (Plio-Pleistoceno); este nivel es portador de grandes árboles petrificados incluídos en arenas fluviales con estratificación entrecruzada, ocre-amarillentas.

Los registros paleoxilológicos hallados en las barrancas de la margen derecha del Río Uruguay provienen de las formaciones Salto Chico y El Palmar, ambas secuencias de origen fluvial y asignadas al Plioceno tardío-Pleistoceno inferior y Pleistoceno superior respectivamente.

La Formación Paraná fue descripta por Bravard en 1858 en las barrancas de la margen izquierda del río Paraná en la capital entrerriana. Esta unidad ha tenido distintas denominaciones nomenclaturales según los diferentes autores, y a lo largo del tiempo ha dado lugar a diversas confusiones.

Esta formación, de origen marino es interpretada como un paleoambiente litoral de aguas salobres depositadas bajo condiciones paleoclimáticas tropicales a subtropical-templadas. La descripción, distribución e interpretación paleoambiental de esta unidad son detallados por Aceñolaza en el año 2000.

Sedimentos portadores de troncos fósiles provienen de la cantera municipal de la ciudad de Victoria, ubicada en el Cerro La Matanza.

 


Escultores especializados en paleontología reconstruyen dinosaurios en Cipolletti.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 94. Octubre de 2013. 

Hasta el 15 de agosto se desarrollará en Cipolletti el primer encuentro de paleoartistas. En este evento, un grupo de escultores especialistas en paleontología trabaja en la reconstrucción de los dinosaurios que habitaron la zona hace millones de años.

La labor se lleva adelante en el Museo Provincial “Carlos Ameghino” y ya muestra sus primeros resultados, con la réplica de enormes partes de esos gigantes que habitaban la zona.

El evento es organizado por la Secretaría de Cultura, dependiente del Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte y fue declarado de interés provincial, cultural, social, educativo y turístico por la Legislatura de la Provincia.

Grandes y chicos pueden disfrutar del trabajo de cada uno de los paleoartistas que, en general, focaliza su labor en replicar los huesos fosilizados.

Se puede apreciar cómo realizan las réplicas y reconstruyen los esqueletos de dinosaurios terópodos, cuyos fósiles tienen unos 90 millones de años o el caso particular del Abelisaurus Comahuensis, un carnívoro de unos 75 millones de años.

Otra especie muy famosa que se realiza es el Buitreraptor Gonzalezorum, de entre 92 y 95 millones de años, así como el reptil Priosphenodon Avelasi con unos 240 millones de años y con parientes que existen en la actualidad.

También se puede apreciar la reproducción de un pequeño mamífero llamado Cronopio Dentiacutus de entre 96 y 99,6 millones de años y de otras especies como el Araripesuchus Buitreraensis de unos 65 millones de años o el Willinakaqe Salitralensis de unos 75 millones de años.

El secretario de Cultura, Carlos Magliarelli, subrayó la labor de los artistas Fernando Cárdenas, Jorge González, Marcelo Isasi, Abel Montes y Adrián Garrido. Rio Negro Diario.

 


Trinisaura, nueva especie de dinosaurio en la antártica Argentina.

  Publicado en Paleo. Año 11. Numero 93. Octubre de 2013. 

Es la primera especie de ornitópodo clasificada en la Antártida y fue bautizada Trinisaura. El paper publicado en su nombre es uno de los más leídos en paleontología en lo que va del 2013. A partir del estudio liderado por el doctor Rodolfo Coria, se pudo saber que este dinosaurio caminaba con sus piernas posteriores, medía poco más de un metro de estatura y falleció antes de llegar a la adultez.

Los ornitópodos era herbívoros y poseían patas semejantes a las de las aves. Sin embargo, el investigador del CONICET Rodolfo Coria aclaró a la Agencia CTyS que “anatómicamente eran muy distintas, más allá de verse similares a simple vista”.

El Trinisaura caminaba en dos patas. “Seguramente, era un bípedo muy veloz, tal vez tanto como el avestruz actual, porque sus extremidades posteriores estaban muy bien desarrolladas y, en cambio, las anteriores eran pequeños bracitos y sus manos también eran diminutas”, especificó el paleontólogo.

Los ornitópodos llegaron a diversificarse por todo el mundo durante el período Cretácico, pero solamente se había hallado restos fragmentarios de estos dinosaurios en la Antártida, por lo que nunca se los había podido clasificar como especies.

Así, el Trinisaura es un caso inédito y ello motivó a que el estudio publicado en la revista científica Cretaceus Research se convirtiera en uno de los más leídos en la rama de la paleontología en lo que va de 2013.

Este ejemplar fue hallado por el técnico del Museo de La Plata Juan Jose Moly, un veterano en campañas antárticas. Además de encontrar sus patas, también descubrió varias vértebras de su lomo y de su cola.

“Este ejemplar es muy informativo”, valoró Coria, quien también participó en el estudio del primer saurópodo encontrado en la Antártida y ha descrito, junto a José Bonaparte, el famoso Argentinosaurus hace ya más de dos décadas.

Gracias a las vértebras encontradas del Trinisaura, se pudo saber que este animal falleció antes de llegar a su adultez. Ocurre que las vértebras de los ornitópodos están formadas por dos elementos: el arco neural y el cuerpo vertebral, y ambas partes empiezan a fusionarse en los ejemplares más adultos, mientras que en este individuo se observan varios arcos neurales aislados. De allí que pudo haber alcanzado una estatura mayor al metro que tuvo en el momento de morir.

Asimismo, al haber hallado restos óseos de distintas partes de su cuerpo, se pudo comparar este dinosaurio con los restos hallados anteriormente en otras partes del mundo y se logró efectuar una primera aproximación sobre los lazos de parentesco con otros linajes de ornitópodos.

“Si bien Trinisaura tiene caracteres propios que nos permitieron identificarlo como una nueva especie, está cercanamente vinculado con las formas patagónicas que se conocen de ornitópodos”, detalló el doctor Coria.

Lo que no se hallaron fueron restos de su cráneo, aunque se puede estimar que poseía un pico córneo, en algún punto semejante al de un loro.

Este ejemplar vivió hace 80 millones de años aproximadamente, cuando la Patagonia y la Antártida estaban unidas por un istmo continental bastante importante, cuyo residuo actual es la Península Antártica.

El clima era bastante más cálido y había bosques en la Antártida, que servía de alimentación a los animales herbívoros como el Trinisaura o los saurópodos. Al respecto, Coria comentó a la Agencia CTyS que “en la última campaña de verano se han rescatado muchos materiales paleobotánicos, que se están estudiando ahora e indican que la diversidad florística era muy abundante, lo cual era previsible, pero no teníamos evidencias hasta este momento”.

La publicación científica del Trinisaura fue publicada en la revista especializada Cretaceus research, la cual realiza un ranking de sus artículos. De allí se supo que el paper de este ornitópodo antártico fue el mas buscado y leído de esta revista en la primera parte de 2013.

El próximo verano será una nueva oportunidad para rescatar más fósiles de los dinosaurios y las plantas que habitaron la Antártida hace millones de años. El doctor Coria formará parte de esta expedición, que está programada para que comience a mediados de enero y culmine a comienzos de marzo.

Emanuel Pujol (Agencia CTyS) –

 


Cerro sus puertas el Centro Paleontológico Lago Barreales.

  Publicado en Paleo. Año 11. Numero 93. Octubre de 2013.  

El emprendimiento paleontológico más grande del país cerró sus puertas a orillas del lago Los Barreales y, en principio, prevé su traslado a la zona del itsmo entre este lago y Mari Menuco en un lugar cedido por una fundación. La razón es evitar los conflictos de territorialidad entre la Universidad Nacional del Comahue y una comunidad mapuche.

La Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional del Comahue informó que durante los meses de septiembre, octubre y noviembre no se recibirán visitas al Centro Paleontológico Lago Barreales por tareas de mantenimiento. Para colmo el viento derrumbó parte de las instalaciones que se habían levantado allí, que alojaban réplicas del futalongosaurio y también el taller donde se hacían los trabajos de limpieza de las piezas paleontológicas.

"Estamos poniendo todo en cajas para poder trasladarnos", dijo con tono de abatimiento el director del centro, Jorge Calvo, quien comentó que se espera conseguir financiamiento para hacer el traslado.

Se trata de la única excavación de dinosaurios que estaba abierta permanentemente al público que estará, en principio, cerrado por estos tres meses.

El centro fue abierto en el año 2002 luego de que, en la costa del lago, se descubriera un rico yacimiento paleontológico. Ahora se mudará a la zona que le cedió una fundación que prevé instalar un parque geopaleontológico para realizar estudios in situ de geología y paleontología. "El viento ayudó a derribar todo, parece una cuestión del destino", comentó Calvo, quien destacó el apoyo que recibió de la vicegobernadora Ana Pechen.

"Esto es único en el mundo y no se valora, que ahora figura en las guías mundiales de turismo", aseguró e indicó que en el nuevo lugar se podrá estudiar la tierra y las rocas, a la vez que aseguró que de las 12 personas que estaban el centro sólo quedaron dos.

El sitio web del centro precisó que se han recuperado, desde febrero del 2002 hasta ahora, varios centenares de piezas fósiles de vertebrados y restos vegetales, que conforman un registro de un ecosistema casi completo del Mesozoico.

En el sitio paleontológico se han recuperado alrededor de 1100 piezas fósiles de vertebrados y alrededor de 300 restos vegetales, restos de moluscos bivalvos de agua dulce. Son piezas de 0.5 milímetros hasta algunas mayores de dos metros de longitud.

El sitio donde se encontraba el centro paleontológico Los Barreales fue cedido a la universidad por la provincia. El viento del lunes produjo rotura de vidrios, destrucción total de ventanas cubiertas con plásticos, el baño de turistas químico quedó en el suelo, el termotanque de la cocina volado con estructura, el taller de vehículos derrumbado al igual que el portón de acceso al parque temático.

La estructura no tenía el mantenimiento adecuado y el paso del tiempo acentuó su fragilidad.

 


Reserva Natural Geológica y Paleontológica de Centinela del Mar. Comenzó la gestión de su declaración.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 92. Octubre de 2013.  

El miércoles 4 de septiembre el secretario de Planificación, Ambiente, Obras y Servicios MGA, Federico Arias, se reunió junto a funcionarios y técnicos de la Dirección de Áreas Naturales Protegidas (ANP) de la provincia de Buenos Aires, a cargo del Lic. Daniel Novoa.

Se ha decidido comenzar a gestionar en conjunto la declaración de Reserva Natural geológica y paleontológica, a la costa acantilada de Centinela del Mar, en el marco de la Ley Provincial Nº 10.907.

Centinela del Mar, ubicada a 38 Km de la ciudad de Miramar, constituye una zona de gran riqueza geológica y paleontológica y por tal motivo ha sido objeto de numerosas investigaciones.

Una declaración de estas características, donde se reconoce un área sensible y vulnerable, es una acción de planificación ambiental, que busca la protección y preservación, a partir del ordenamiento del territorio, al limitar, restringir y fomentar actividades.

Se seguirá trabajando para poder enmarcarlo a partir de las características y sus necesidades de protección, dentro de los alcances establecidos en la ley provincial, y asegurar de esta manera, su preservación, fomento e investigación.

Recorrieron la zona el Arq. Federico Arias, Daniel Boh, Director del Museo MGA, la Ing. Pilar Silva Ortiz, Directora de Gestión Ambiental junto a los funcionarios del Organismo Provincial para el desarrollo sostenible (OPDS). La Provincia cuenta con 26 Reservas y 4 Monumentos Naturales; 30 áreas de conservación que reciben anualmente alrededor de 150 mil visitas guiadas en su conjunto.

Son áreas conformadas por una amplia variedad de flora y fauna, visitadas por los turistas con fines de recreación y esparcimiento, constituyen una inagotable fuente de conocimiento y acervo cultural. Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) constituyen sitios que aseguran el mantenimiento del ecosistema a través del tiempo respetando los procesos naturales que en él se llevan a cabo.

Una reserva natural es, entre otras cosas, una muestra del paisaje original donde la totalidad de los procesos naturales se mantienen en funcionamiento y como el caso de Pehuén Co Monte Hermoso un espacio del territorio donde encontramos rasgos de nuestra historia. Mas imágenes e información en www.museodemiramar.com.ar

 


Descubren cráneos de pingüinos gigantes del Eoceno en la Antártica.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 90. Agosto de 2013.  

Durante el Eoceno, hubo pingüinos gigantes en la Antártida, que podían superar hasta los dos metros de altura. Este hallazgo realizado por científicos del CONICET permitió revelar que sus picos eran muy alargados y que se alimentaban principalmente de peces.

La paleontóloga del Museo de La Plata y del CONICET Carolina Acosta Hospitaleche comentó a la Agencia CTyS que “este hallazgo de tres cráneos es importantísimo, porque nunca se había encontrado materiales como estos en la Antártida”.

Este material fue encontrado en la Península Antártica, cerca de la base Marambio, durante las campañas de verano 2012 y 2013 que realizaron investigadores del CONICET.

“No se conocía en detalle la anatomía craneal de los pingüinos antárticos del Eoceno y, a partir de estos fósiles, podemos interpretar incluso sus hábitos alimentarios”, aseguró la doctora Acosta Hospitaleche, partícipe de las expediciones y autora del estudio que será publicado en la revista científica Polish Polar Research.

Los cráneos representan una de las partes más frágiles en el esqueleto de los pingüinos, por lo que es raro que se preserven durante millones de años. “Es sorprendente que se hallaran tres, en dos campañas sucesivas, y en buen estado de conservación”, valoró la especialista.

Si bien a estos nuevos fósiles les falta el pico, es posible estimar que eran largos y delgados. “Hay parámetros morfológicos como las crestas del cráneo donde se inserta la musculatura de la mandíbula y del cuello, como así también ciertos procesos óseos de la base del cráneo llamadas alas parasphenoidales, que sugieren que se trataba de pingüinos robustos, con músculos muy desarrollados en la parte posterior de la cabeza y en el cuello, y que además tenían picos prolongados, una característica que se relaciona con una dieta basada en el consumo de peces”, detalló la investigadora.

Según revela este estudio, los crustáceos no habrían sido el ítem predilecto de su dieta, de acuerdo a la configuración de las cavidades donde se aloja la glándula que excreta el exceso de sal consumida.

El tener tres ejemplares, a su vez, permite compararlos entre sí y reconocer el grado de evolución que habían alcanzado estas aves hace 35 millones de años. Así también, permite identificar las adaptaciones que aún no se habían desarrollado y debieron surgir con posterioridad.

Los tres cráneos estudiados por la doctora Acosta Hospitaleche brindan información que no había estado disponible hasta ahora. “Tienen ciertas características en común entre sí, pero la comparación en detalle de sus estructuras craneales permite entender que se trata de al menos dos especies distintas”, agregó la especialista a la Agencia CTyS.

 


Encuentran fósiles de mamíferos notoungulados en Tucumán.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 90. Agosto de 2013.  

Investigadores de Ciencias Naturales siguen las huellas de los notoungulados, mamíferos placentarios que aparecieron inmediatamente después de la extinción de los dinosaurios. Hallazgos en los Valles y en cercanías al Dique el Cadillal.

Los reyes de la tierra fueron por millones de años los dinosaurios, esos animales de gran porte muchas veces representados en la cultura popular con magníficas historias. Sin embargo poco después de su extinción, hace 65 millones de años, tomaron el reinado los mamíferos placentarios y dentro de estos los notoungulados.

Son animales que evolucionaron en completo aislamiento del resto del mundo durante gran parte de su historia, época en la que América del Sur era un continente isla. Se calcula que se extinguieron hace 8500 años.

Un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales (FCN) e Instituto Miguel Lillo de la UNT pertenecientes a la cátedra de Paleontología encontraron fósiles de un grupo de notoungulados llamados paquirrukinos, los cuales son chicos y similares a conejos. Estos registros se encontraron en diferentes puntos de la zona de los Valles y en las cercanías del Dique el Cadillal.

En tanto que, en el sur de la Provincia cerca del límite con Santiago del Estero, en los Valles y en el Noreste encontraron restos de otro grupo (los toxodontidos) que son más grandes y similares a hipopótamos y rinocerontes.

Daniel García López, paleontólogo de la FCN, señaló que junto a otros investigadores de la Facultad realizan viajes periódicos por el Noroeste Argentino en busca de fósiles.

Los registros más recientes de los notoungulados se encuentran en convivencia con el hombre, que en muchos casos se alimentaban de ellos. Son considerados uno de los grupos más enigmáticos, que a pesar de ser muy diversos y tener gran cantidad de registro fósil,  sus relaciones con otros grupos de mamíferos no pueden ser establecidas con claridad.

El investigador sostuvo que los notoungulados representan un excelente ejemplo de evolución en aislamiento de un linaje antiguo y de existencia prolongada en el tiempo geológico. “Por esto el grupo es famoso y es estudiado por científicos de todo el mundo, no solo argentinos. Su estudio nos permite comprender mejor los mecanismos generales que llevan a la evolución de todos los mamíferos, dándonos a largo plazo nuevas vías para tratar de entender nuestro origen como grupo de vertebrados”, detalló García López.

Otro rasgo distintivo de los notoungulados que el investigador consideró fundamental es su convergencia con animales actuales, de los que están alejados filogenéticamente.

“Hay grupos que se parecen a animales actuales pequeños como roedores o conejos y otros de gran porte que se parecen a lo que conocemos hoy como caballos, rinocerontes o hipopótamos”, detalló.

Finalmente, el investigador destacó que “la importancia del registro yace en que se pueden relacionar (en términos de edad), los yacimientos del Noroeste Argentino con los del resto del país (particularmente la Costa Atlántica y la Patagonia). Esto sirve para tener una idea más integradora del pasado geológico de Argentina, lo cual tiene diferentes utilidades en investigación”, concluyó.

Se denomina ungulados a los mamíferos placentarios que tienen pezuñas, es decir, cascos en sus dedos. El nombre notoungulados (Notoungulata en Latín) significa etimológicamente “ungulados sureños” o “ungulados del sur”

En la década de 1830, el naturalista Charles Darwin, recolectó material de notoungulados cuando estuvo en Argentina, material que envió a Inglaterra y que terminaría siendo estudiado por Richard Owen, un famoso anatomista del Siglo XIX. La Gaceta.

 


Investigador de la UNNE‏ participa de hallazgo paleontológico.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 90. Agosto de 2013.  

Se publicó en una de las principales revistas de Paleontología la primera evidencia de depredación de un Gliptodonte en América del Sur, hallazgo del que participó el doctor Alfredo Zurita, docente e investigador del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (UNNE-CONICET), en colaboración con otras universidades y centros científicos.

En un artículo publicado en la revista Paleontología Electronica, el 23 de mayo de 2013, un equipo de científicos dirigido por Martín de los Reyes, de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata, descubrieron un espécimen gliptodonte de finales del Plioceno de la región pampeana de Argentina. Esta es la primera gliptodonte mostrando signos de depredación por parte de América del Sur (varios son conocidos de América del Norte, en su mayoría asociados a arqueológica, es decir, humano, sitios), y es de las primeras etapas de la Gran Intercambio Americano, cuando muchos de los grandes depredadores marsupiales que habían dominado anteriormente faunas de América del Sur habían desaparecido, pero antes de la llegada de los grupos de carnívoros placentarios, como los gatos, los perros y los osos que dominan faunas modernas.

Los gliptodontes, hoy extintos, fueron grandes mamíferos que vivieron hace millones de años y se extinguieron hace apenas unos diez mil años atrás.

Fueron uno de los herbívoros cenozoicos más llamativos de Sudamérica, dado su gran tamaño y aspecto totalmente acorazado (similar a los armadillos actuales).

Si bien son muchos los registros fósiles existentes de estos animales, cada hallazgo puede aportar nuevos datos sobre su presencia hace millones de años, como distribución geográfica, tamaños, formas de alimentación, entre otros aspectos de relevancia para la Paleontología.

Justamente eso fue lo que se logró con el hallazgo de un gliptodonte de aproximadamente tres millones de años, y que tenía la particularidad de presentar una serie de marcas raras en su esqueleto, que finalmente pudieron comprobarse que eran mordidas de animales carnívoros.

Este logró resultó ser la primera evidencia de depredación de un gliptodonte en América del Sur, y fue recientemente publicado en la Revista “Paleontología Electrónica” una revista científica de alto prestigio en el ámbito de la Paleontología.

“Hasta la actualidad no existían antecedentes de mordidas de animales carnívoros en gliptodontes en América del Sur, se trata de un descubrimiento de relevancia para la disciplina y que además aporta al conocimiento de ese tiempo del Plioceno, en la era geológica Cenozoica” explicó el doctor Alfredo Zurita, participante de la investigación que integraron además investigadores de otras universidades y unidades ejecutoras del CONICET.

Zurita, investigador en Paleontología de Vertebrados del CECOAL y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE, indicó que el hallazgo reviste importancia pues hace tres millones de años, de cuando data el gliptodonte encontrado, comienzan los procesos migratorios de carnívoros de América del Norte hacia América del Sur, utilizando América Central como vía de ingreso.

Uno de los huesos extraídos, una vértebra tiene una mordedura-marca distintiva, que de los Reyes et al. interpretan como la dentición de Chapalmalania altifrontis, un gran miembro de la familia del mapache conocido por haber estado presente en la zona en el momento en que vivía el gliptodonte.

Mientras Chapalmalania altifrontis tenía una (músculo de apoyo) cresta sagital y el hocico corto similar a la de un oso o Hiena, es poco probable que hayan podido preceder activamente el gliptodonte mucho más grande, lo que lleva de los Reyes et al. Sugerir, que esto, era el resultado de la actividad de barrido (carroñero) en lugar de la depredación.

Sobre la investigación, detalló que los restos del gliptodonte fueron encontrados en la zona de Olavarría, Buenos Aires, con marcas no comunes en relación a los anteriores restos fósiles de este animal. Por ello, tras ser convocado para analizar el ejemplar hallado, Zurita se contactó con otros investigadores, y con un especialista de la Colección Paleontológica de La Plata para investigar si las marcas podrían coincidir con mordidas de carnívoros que vivieron hace cinco y tres millones de años.

Así, se pudieron identificar coincidencias de las marcas con la dentición del carnívoro Chapalmalania (Mammalia, Procyonidae), y se estimaron las posibles causas de la muerte y la actividad de depredación sobre el gliptodonte.

Entre algunas conclusiones, las pruebas encontradas sugieren que el caparazón del gliptodonte estuvo cubierto por una lámina de agua poco profunda, por lo que pudo haber muerto en un canal de agua abandonado como un arroyo, y el animal que lo depredó lo hizo tras la muerte, lo que valida que murió por otra causa.

El paleontólogo de la UNNE sostuvo que los resultados de la investigación servirán además para continuar otros estudios sobre ese lapso de tiempo geológico, así como de este tipo de herbívoro tan particulares como fueron los gliptodontes.

“El reconocimiento como la primera evidencia de depredación de un gliptodonte en América del Sur y reafirma el nivel de las investigaciones paleontológicas que se hacen en la UNNE, con activa participación en estudios nacionales e internacionales” finalizó el doctor Zurita. Fuente: UNNE.

 


Recuperan  la mandíbula inferior de un Stegomastodonte en Termas de Rió Hondo.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 90. Agosto de 2013.  

Será depositado en el Museo Paleoantropologico Rincón de Atacama. Su director, Sebastián Sabater, y del Museo de Miramar, Buenos Aires, Mariano Magnussen, constataron el descubrimiento

Cuando se efectuaban trabajos de recolección en zonas de áridos próximos al río Dulce, a 15 kilómetros de Las Termas, se halló la mandíbula de un mastodonte que será exhibido en el Museo Paleoantropológico Rincón de Atacama y se sumará a la vasta colección de fósiles.

Así lo reveló al diario EL LIBERAL, el director del Museo, Sebastián Sabater, quien junto con Mariano Magnussen, investigador del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, Buenos Aires, constató la presencia del fósil.

Pobladores que separan el ripio nos informaron sobre algunos huesos que encontraron, fuimos hasta el lugar y lo restauramos. Es un ejemplar bien conservado. No deja de ser una pieza importante que la exhibiremos en el museo’, contó Sabater. Según el investigador, los mastodontes ‘eran animales similares a un elefante actual’.

‘Tienen una edad estimada entre 10 a 12.000 años y como máximo puede llegar a tener 2.000.000 de años, antigüedad asignada a estos ejemplares.

Es importante el hallazgo porque es raro encontrar este tipo de piezas de ejemplar y hallarlo en el departamento Río Hondo y significa que el mundo natural y la cultura de nuestra ciudad se puede proyectar hacia el turismo y al circuito educativo de nuestras escuelas y pertenece al departamento Río Hondo’, explicó Sabater.

Continuó: ‘El año pasado se halló un cráneo de mastodonte y se destruyó por el mal manejo del traslado. Generalmente estos fósiles no aparecen a nivel país.


Es común observar restos aislados pero ojalá se pudiera encontrar un esqueleto completo. En este caso sostengo que el animal murió en el lugar porque está completo el maxilar’.

Sabater dijo además que hace un año, investigadores de la Universidad de Corrientes estudian troncos petrificados del museo local. ‘Están analizando los cortes petrográficos del material de paleobotánica. Los estudios son para saber su antigüedad, y a qué tipo de plantas corresponde. El 24 de julio nos visitaron 60 alumnos de la Universidad de Corrientes para observar el material y quedaron impresionados’, destacó.

‘Me trajeron una lámina con la imagen de los cortes petrográficos del material de Las Termas y me donaron 54 libros para la biblioteca sobre geología, hidrología subterránea. Querían ver el lugar donde se halla el material, la parte geológica del sitio. Es un privilegio que investigadores y de una Universidad como la de Corrientes hayan podido venir a Las Termas para investigar, clasificar y datar estos materiales’, concluyó.

Que es un Mastodonte?

Era un megamamifero que emigro desde el norte en "El gran cambio biótico Americano", encontrando en América del sur un nuevo lugar para expandirse. Fue un Proboscideo (que posee trompa) al igual que el extinto Mamut y el actual elefante.

Era herbívoro y llegaron a tener una masa corporal de 4 toneladas. Si bien los paleontólogos no pudieron hallar esqueletos completos, señalan que tenia mas de 3 metros de alto. Habitaron lugares abiertos y pantanosos, donde sus huesos se iban incorporando al sedimento a medida que morían.

Los hallazgos de restos fósiles de antiguos elefantes son algo escasos. Se han protagonizado descubrimientos muy notables, como los realizados por Carlos Ameghino en 1913 y luego Kraglievich y compañía en 1928. Hace unos años atrás, se recato un cráneo muy completo en el patio de una vivienda en la localidad de Moreno.

Stegomastodon es un género diferenciado en América del Norte, posiblemente desde el Plioceno temprano, que se extiende en ese subcontinente hasta el Pleistoceno temprano-medio.

A nivel sudamericano, las revisiones llevadas sostienen la existencia de dos especies en este género: S. platensis y S. waringi.

La primera se reconoce por sus 'defensas rectas', que en su porción más anterior se curvan ligeramente y presentan esmalte; mientras que en la segunda se observa la ausencia de esmalte.

La distribución de S. platensis es más austral que la de S. waringi, y alcanza al Uruguay, Paraguay, Brasil y gran parte de Argentina, donde tiene un biocrón que se extiende desde el Ensenadense hasta el Lujanense (Pleistoceno temprano-Pleistoceno tardío-Holoceno) .

En la Argentina, sus restos han sido exhumados en la Provincia de Buenos Aires (donde se halla su límite más austral, a los 37°S), y en las provincias de Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe y Corrientes.

Se ha inferido para este taxón una marcada preferencia por climas de tipo templado cálido y hábitats de zonas abiertas o sabanas arboladas.  

Estos taxones habrían estado adaptados principalmente a ambientes templado cálidos de altura, alimentándose de especies vegetales arbustivas.

Los restos de mastodontes hallados en América del Sur pertenecen a dos tipos diferentes, que los paleontólogos incluyen en los géneros Cuvieronius (dedicado al naturalista francés George Cuvier, el primero en describir un mastodonte) y Stegomastodon (mastodonte con defensas).

Hasta ahora, el género Stegomastodon era conocido en la Argentina por una única especie: Stegomastodon platensis. La otra especie, que se había descubierto en Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú y, posiblemente, Colombia, es Stegomastodon waringi, en homenaje a un investigador de apellido Waring, que descubrió restos de este mastodonte en Brasil.

A esta última especie pertenece la rama mandibular hallada en el lecho oceánico de Argentina. presentada por los paleontólogos Cione y Eduardo Tonni del Museo de La Plata y Alejandro Dondas del Museo de Ciencias Naturales de Mar del Plata, presentaron los restos mas australes atribuidos a Stegomastodon waringi, encontrados en el fondo marino y recuperada por una red de arrastre de un buque pesquero. Gp.

 


Visita al Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Salta - M.C.N.S.

  Publicado en Paleo. Año 11. Numero 88. Agosto de 2013.  

La sigla M.C.N.S. ha sido otorgada por la International Association for Plant Taxonomy.

El Museo está ubicado en el Parque San Martín y comenzó a funcionar como tal a mediados del siglo XX, como dependencia de la Universidad Nacional de Tucumán. En la década de 1970, al crearse la Universidad Nacional de Salta, el Museo de Ciencias Naturales fue el núcleo institucional a partir del cual fue consolidándose la Facultad de Ciencias Naturales.

Actualmente se desarrollan en él diversas tareas en el enriquecimiento y mantenimiento de las colecciones, investigación, diseño y organización de las exposiciones y el dictado de cursos de extensión para educadores y público en general.

En sus sieter salas alberga colecciones de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces, piezas arqueológicas y un herbario con más de 20.000 ejemplares. Una parte de estas colecciones se encuentra especialmente preparada para las exposiciones públicas y otra parte, se encuentra organizada para la consulta de investigadores y especialistas.

El Herbario del Museo fue fundado en 1973 y se encuentra ubicado en la planta baja del edificio de Biología de la Facultad de Ciencias Naturales (en la Sede de la Universidad en Campo Castañares). Posee unos 30.000 ejemplares, casi todos de la provincia de Salta. Está especializado en las plantas vasculares (helechos y sus allegados, coníferas y afines, y las plantas superiores con verdaderas flores).

Alberga la más importante colección del país de plantas provenientes del Valle de Lerma, con la cual se realizan los estudios de la flora de este valle, cuyos resultados se están publicando en la revista Aportes Botánicos de Salta.

Además sus colecciones disecadas de aves, reptiles, mamíferos e insectos autóctonos, entre otras muestras, a casi tres generaciones de salteños interesados en descubrir las peculiaridades de la fauna del vasto territorio provincial, donde la diversidad es la característica esencial.

Actualmente el establecimiento cuenta con salas donde se exhiben muestras de las diferentes ecorregiones: puna, yungas, chaco seco y chaco húmedo, decoradas con sus especies autóctonas y ambientadas en escenografías que recrean los climas de cada una. Además tiene tres laboratorios en donde se estudian insectos, anfibios y peces y cuenta también con un aula destinada a charlas educativas; un salón de dibujo; diversas salas para preservar colecciones que no se exponen y un cuarto de preparado de materiales.

Las colecciones del Museo de Ciencias Naturales están disponibles para su consulta, a todo investigador que lo requiera. El Museo organiza distintas actividades con instituciones educativas de la provincia, como la confección de talleres de preservación de la fauna la flora y conocimiento de la historia natural de la región a través de distintos materiales audiovisuales o gráficos.

Anualmente se rediseñan folletos explicativos de diversos temas referidos a la historia natural para entregar al público visitante.  

Salas Permanentes: - Dioramas de ecoregiones del noroeste (Chaco húmedo y árido, Yungas, Puna) - Aves del noroeste - Insectos - Geología del noroeste - Mineralogía -PaleontologiaTemporarias

-          Muestras didácticas referidas a las ciencias naturales.

Hace cincuenta años, el profesor Amadeo Rodolfo Sirolli fue designado por segunda vez director del Museo de Ciencias Naturales de Salta. Esta resolución fue adoptada el 11 de junio de 1961 por el decano de la Facultad de Ciencias Naturales, Dr. Branimin Males.

De esta forma, Sirolli regresaba al viejo museo después de diez años de ausencia.

Hasta 1951 había participado activamente en su reestructuración hasta lograr que el Gobierno de Salta, primero, y la Universidad Nacional de Tucumán, después (1952), le reconocieran a la institución categoría científica y universitaria. El mérito del profesor Sirolli fue entonces lograr que el primitivo Museo Provincial de Fomento se transformara, luego de 30 años, en un estamento universitario.

Un poco de historia

Los primeros antecedentes del actual Museo de Ciencias Naturales de la Unsa se remontan al 16 de julio de 1881, cuando el Gobierno de Salta, mediante decreto N§ 71, crea el Museo de Historia Natural, tomando como base los minerales que guardaba el Departamento de Hacienda de la Provincia. Su primer director fue el profesor Ignacio Ortiz, docente de Historia Natural del Colegio Nacional.

Años después, sobre ese antecedente, el gobierno de Robustiano Patrón Costas creó por decreto N§ 478/15, el Museo Provincial de Fomento, que al principio estuvo a cargo de la Sociedad Unión Salteña. Posteriormente, la dirección le fue confiada a don Cristian Nelson, quien durante años trabajó en la recopilación de antecedentes estadísticos y materiales de exhibición. A su muerte, lo reemplazó don Rogelio Diez, quien falleció en 1949. En su lugar, el Gobierno provincial designó al profesor Rodolfo Amadeo Sirolli, quien de inmediato introdujo una serie de reformas. El nuevo ordenamiento permitió que el viejo museo pronto tomara notoriedad. Dentro de su ámbito, Sirolli creó la Escuela de Taxidermia y Esqueletología.

Las labores docentes y prácticas estuvieron a cargo del agrónomo y entomólogo Telmo Morales, del técnico Bernardo Schain y del pintor José Ernesto Montellano Tedín. “Fue una experiencia inolvidable”, decía don Amadeo cuando recordaba los primeros pasos de la “escuelita”.

En poco tiempo, el establecimiento despertó gran interés, tanto que a principio de 1950 se inscribieron los primeros alumnos. Entre ellos, el médico Santiago Arias y el veterinario Pedro Romagnoli, quienes se diplomaron de taxidermistas. También hubo bachilleres, maestros y hasta un químico farmacéutico.

Posteriormente se sumaron al cuerpo docente el ornitólogo Juan Gunnar y el taxidermista Francisco Contino, quienes hicieron importantes aportes para modernizar el establecimiento. A ellos se deben las primeras colecciones embalsamadas que se exhibieron en nuestra ciudad, y que pronto fueron motivo de orgullo, tanto para la entidad como para la provincia.

En julio de 1950 el Museo fue elegido por la Universidad Nacional de Tucumán para que auspiciara la primera conferencia organizada por el Instituto de Antropología de esa casa. En la oportunidad disertaron el antropólogo Branimiro Males y la profesora Graciela Nieto, que se refirió a la “Cultura indígena del noroeste argentino”.

El 30 abril de 1951, Amadeo Sirolli logró que el gobernador Carlos Xamena suscribiera el decreto N§ 6.466, mediante el cual Taxidermia y Esqueletología se transformó en la Escuela Superior de Ciencias Naturales, dependiendo siempre del Museo. Ambos institutos quedaron bajo la dirección de Sirolli y al año siguiente, el 16 de diciembre de 1952, la provincia transfirió a la Universidad de Tucumán, la Escuela Superior que por ese acto pasó a ser la Facultad de Ciencias Naturales.

El convenio fue suscripto por el gobernador de Salta, Dr. Ricardo Durand, y el rector de la Universidad de Tucumán, Dr. Carlos Aguilar. Como delegado interventor de la flamante casa salteña, fue designado el Dr. Víctor E. Elías. En esa instancia, el Museo pasó a depender de la Facultad recientemente creada.

La última gestión de Rodolfo Amadeo Sirolli en esta etapa fue lograr que la provincia donara un predio para el edificio de la nueva casa de estudios. Esto fue el 30 de abril de 1953, día en que el gobernador Durand donó a la UNT una fracción del parque San Martín. El edificio no se concretó, y en su segundo mandato (1963-1966) el Dr. Durand cedió ese mismo predio para otro fin: la construcción de cuatro edificios de propiedad horizontal.


Dirección y Contacto:
Mendoza 2
TEL: (0387) 431-8086
www.unsa.edu.ar/natura/web/
museo@unsa.edu.ar

 


Restauran una coraza de Gliptodonte en el Museo Punta Hermengo.

  Publicado en Paleo. Año 11. Numero 88. Agosto de 2013.  

El Museo Municipal de Miramar dio a conocer entre sus trabajos de preservación y comunicación del patrimonio natural de la región, la restauración y puesta en valor de un gigante armadillo prehistórico, de unos 700 mil años.

Personal del Museo Municipal Punta Hermengo, dependiente de la Secretaria de Turismo y Cultura de la Municipalidad de General Alvarado, dio a conocer una de las nuevas modificaciones que se están llevando adelante en su exhibición de paleontología local, que compara los personajes de la película de La Era de Hielo con las criaturas que alguna vez transitaron la región.

Se trata en una puesta en valor de un gran caparazón de Gliptodonte (Glyptodon munizi), extraído en 1993 en los barrancos del bosque del Vivero Florentino Ameghino. El fósil, en su mayor parte completo, fue restaurado y procesado químicamente para su preservación, y se completo aquellas partes faltantes. “Se realizo un molde de un fragmento de la coraza, y se lo reprodujo unas 50 veces. De esta forma, se logro llevar a la coraza a su tamaño original – argumento – Mariano Magnussen. Por su lado, Daniel Boh, museólogo y encargado de la institución miramarense, destaco; “Estos animales estaban representados por unas 65 especies de distintas formas y tamaños.

El que tenemos exhibido y restaurado en el museo es uno de los representantes mas grandes que se conocen. En vida tenia 1,5 metros de altura por 3,5 de largo. Los gliptodonte fueron grandes mamíferos herbívoros que habitaron nuestra zona en los últimos 4 millones de años, aunque los hay mas antiguos. En Miramar y alrededores se han recuperado varios ejemplares y restos aislados. En una vitrina lateral, se pueden observar cráneos, fragmentos de coraza, huesos largos y colas de estos animales.

El museo miramarense preserva otras tres corazas muy completas y restos de estos gigantes, que esperan su turno y lugar para ser exhibidos. El Dr Alfredo Zurita, paleontólogo y uno de los expertos mundiales en Gliptodontitos, visito el museo Punta Hermengo y destaco la importancia de la coraza de Glyptodon munizi, y advirtió de que se trataba de uno de los pocos que se conservan en el mundo, no solo por el estado de conservación, sino también por lo raro de la especie.

 En los próximos días, se le incorporara una silueta a tamaño real del cráneo y de la cola acorazada, lo que permitirá al visitante tener una clara idea de lo enorme que fue este Gliptodonte en vida, el cual llego a pesar más de una tonelada.

Los Gliptodontes.

Los Glyptodontes, es tal vez la familia extinguida mas popular de todos los mamíferos fósiles, cuyo nombre significa "diente tallado" (alude a la compleja forma de sus dientes). La característica principal de este grupo es su coraza, la cual no poseía bandas móviles como los armadillos actuales, lo que limitaba sus movimientos, formadas por placas óseas circulares e irregulares que embonaban como un mosaico.

Patas cortas y robustas. Su origen se remonta al Eoceno, hace 45 millones de años, pero recién al final del Plioceno y durante todo el Pleistoceno tuvieron una gran diversidad, formas y tamaños. Al parecer no se alimentaban de hormigas como sus parientes modernos, sino de pastos y otras plantas duras. Se conocen alrededor de 30 especies de "Glyptodontidos", los cuales presentan tres formas fundamentales, que se explican en la presente guía paleontológica.

Dentro de la numerosa y popular familia de Glyptodontidos, fue una de las especies mas comunes dentro del territorio bonaerense por la abundancia de restos fósiles.

Su existencia fue comunicada por primera vez por Sir Owen en un trabajo científico en 1838. Glyptodon tenia 3,5 metros de largo y 1,4 de alto. Su cráneo estaba protegido por una coraza cefálica. Su coraza ósea no tenia anillos móviles, cuya características es propia de esta familia de mamíferos desaparecidos.

El tamaño de este caparazón es de unos 2,5 metros de largo por 2 metros de ancho, cuyas placas engrosadas entre si varían de 1 a 7 centímetros de diámetro, las cuales son fáciles de identificar por su forma de "flor". Su cola carecía del anquilosamiento de los anillos terminales en forma de tubo descriptos en los otros géneros. Esta se encuentra formada por una serie de anillos móviles de diámetro decreciente, conformada por unos siete anillos con placas de forma relativamente grotesca y en punta. Sus patas son cortas y robustas. Gran parte de la columna y de la pelvis se encuentran soldadas a la coraza ósea. Su masa estimada es de 1,5 toneladas.

Su alimentación estaba compuesta principalmente por el pastoreo de hierbas bajas de zonas abiertas. Algunos trabajos publicados recientemente en Francia por un grupo de prestigiosos Paleontólogos Argentinos, demuestra que es probable que varias especies de Glyptodontes se pudieran parar sobre sus patas traseras y apoyarse sobre sus grotescas colas, formando una especie de trípode, para mantener elevado su enorme y macizo cuerpo. Su extinción ocurrió hace unos 10 mil años.

Entre los Glyptodontidae, es el género que posee la mayor extensión latitudinal, que va desde el sur de Argentina hasta Venezuela. Su presencia en Centroamérica, especialmente México, es dudosa y requiere alguna revisión. De acuerdo a  este taxón se habría desarrollado en ambientes abiertos de pastizales y estepas. De igual modo, recientes estudios del aparato hioideo de Glyptodon sugirieron una dieta principalmente pastadora, que apoya la hipótesis precedente. Fuente: MPH

 


Tuarangisaurus cabazai, un nuevo reptil marino en el MACN. 

  Publicado en Paleo. Año 11. Numero 88. Agosto de 2013.  

Un grácil reptil marino mesozoico de 80 millones de años inauguró un nuevo sector de la sala de Paleontología del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), con una fiel reconstrucción de su esqueleto original, que se halla en Lamarque.

“De lo que se muestra acá, no se había descubierto nada en Argentina y América del Sur, y me animo a decir que en todo el Hemisferio Sur, hasta que empezó este proyecto hace 40 años”, afirmó en diálogo con Télam Zulma Gasparini, especialista de reptiles marinos en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata.

El hallazgo inédito implicó preparar “gran parte del original en el Museo de La Plata, y a viajar a Europa, donde se habían encontrado siglos atrás algunos animales parecidos, con los que se hizo un trabajo de anatomía comparada para ver las características de los especímenes del Hemisferio Norte respecto a los que descubríamos en nuestra Patagonia”.

“Lo más grave es que nosotros nos teníamos que formar, porque no había escuela ni antecedentes de los animales”, rememoró.

Para los hallazgos, “hemos trabajado con geólogos y, siempre, con la gente que vive en el lugar, porque no hay quien conozca más que el poblador, el que lleva y trae ovejas, el que está todo el día en el campo e intercambia ese conocimiento del terreno de generación en generación”.  

Gasparini habló de la intención de los investigadores de transferir el conocimiento científico “con charlas en los colegios, las radios y televisiones locales, de modo de que la gente valore lo que tiene, sepa que es suyo y lo cuide”.

“Uno, como cualquier científico, está haciendo docencia en muchas áreas: formando nuevos científicos y transfiriendo conocimientos a toda una población, a veces un humilde pueblito que tiene la `llave` por estar asentado en un yacimiento riquísimo”, enfatizó. 

El espécimen es el primer plesiosauro -reptil que habitó los mares desde fines del Triásico- que el MACN  exhibe en su historia. De unos tres metros de largo, el espécimen fue bautizado “” en homenaje a Héctor Cabaza, director del Museo de Ciencias Naturales de Lamarque, Río Negro, quien lo halló guiado por pobladores rionegrinos. 

Cuesta hoy imaginarse un sur patagónico cálido, como lo fue en el pasado remoto: “Hace unos 80 millones de años, el Océano Atlántico había invadido buena parte de Patagonia, transformándola en un archipiélago en el que vivían los dinosaurios en tierra y los plesiosauros en mares, los malos de la película”, relató Gasparini.

“Se sabe por estudios geológicos y de polen que había temperaturas altas y clima húmedo, de manera que el paisaje era casi tropical, como pensar en el Caribe en nuestra Patagonia que, después de mucha historia, se transformó en el desierto que hoy tenemos”, refirió.

Zulma Brandoni de Gasparini es especialista de reptiles marinos en la división Paleontología de Vertebrados del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, donde trabaja junto a Marta Fernández, ambas doctoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Conicet. “Este proyecto tiene 40 años, en los que fuimos sumando becarios, investigadores, tesistas, y hoy está en manos de Marta Fernández porque se va pasando la posta de unos a otros, con una satisfacción muy grande porque sumamos prácticamente cuatro generaciones de investigadores”, contó Gasparini. 

En la imponente sala de Paleontología del Museo -en la Avenida Angel Gallardo al 500, en Parque Centenario- el nuevo sector está dedicado a los “Monstruos de los mares prehistóricos de la Argentina”, con una instalación inspirada en las aguas patagónicas de hace 150 millones de años.

Ictiosaurios parecidos a peces lagartos; mosasaurios de larga aleta caudal; talatosuquios con forma de cocodrilos: se exponen en réplicas de la laja en la que fueron hallados incrustados, o con las reconstrucciones de sus esqueletos, tomando vida en un video que reproduce en una pantalla el prehistórico mundo submarino.

Entre esos especímenes está la réplica del flamante “Tuarangisaurus cabazai”, cuya reconstrucción y montaje fue realizado por el técnico en paleontología Marcelo Isasi y el artista Jorge Blanco, con la dirección científica del paleontólogo Fernando Novas.

En la jornada, coincidente con el 201 aniversario de la creación del MACN, recibió una distinción a la trayectoria científica el químico, biólogo y entomólogo Axel Bachmann, nacido en 1927, investigador del Conicet, formador de generaciones de taxónomos y que continúa concurriendo una vez por semana al Museo.

En un acto del que participaron el director del MACN, Pablo Tubaro, y el vicepresidente del Conicet, Santiago Sacerdote, también fueron distinguidos con un diploma y un presupuesto para sus respectivos laboratorios los becarios Laura Cruz, Ignacio Chiessa, Marcos Arcoli, María Panebianco y Cáceres Sáenz.

 


Una nueva especie de cocodrilo marino Cricosaurus del Jurásico de Argentina.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 86. Mayo de 2013.  

El último número de Palaeontology (56/3, mayo 2013) publica la descripción de una nueva especie del cocodrilo marino Cricosaurus del Jurásico Superior de Patagonia.

El trabajo está firmado por tres paleontólogas de la División Paleontología Vertebrados del Museo de La Plata (La Plata, Argentina): Yanina Herrera, Zulma Gasparini y Marta Fernández.

La nueva especie procede de la cantera El Ministerio, en el área de Los Catutos (departamento Zapala, provincia de Neuquén, Argentina), y ha sido bautizada como Cricosaurus lithographicus HERRERA, GASPARINI et FERNÁNDEZ 2013. El nombre lithographicus hace referencia a las calizas litográficas en las que se encontró, pertenecientes al Miembro Los Catutos de la Formación Vaca Muerta (Jurásico Superior, Titoniense).

De este nueva especie se conservan un cráneo completo con las mandíbulas articuladas, 14 vértebras (dorsales, sacras y caudales), y restos de las cinturas pectoral y pélvica y de las extremidades anterior y posterior derechas incompletas. Los fósiles se conservan en el Museo Provincial de Ciencias Naturales “Prof. Dr. Juan A. Olsacher” de Zapala, con la sigla MOZ-PV 5787.

En un primer trabajo se asignó a otro género de cocodrilo marino llamado Geosaurus (Geosaurus sp., Gasparini et al., 1995), pero el estudio detallado confirma que es una nueva especie de Cricosaurus.

 


Hallan fósiles de oso prehistórico cerca de Buenos Aires.

Publicado en Paleo. Año 11. Numero 86. Mayo de 2013.  

Los restos fósiles de un oso prehistórico fueron descubiertos en las afueras de Buenos Aires, informó la Dirección de Paleontología de Marcos Paz, localidad ubicada a 40 kilómetros de la capital Argentina.

"Se trata del 'oso de las pampas', también conocido como Arctotherium. Fue descubierto en una cantera ubicada en la localidad de Los Pozos, en cercanías del río Matanza", informó el organismo a través de un comunicado.

"El descubrimiento fue realizado por un empleado de la empresa Nicolás Vignogna, que mientras supervisaba la descarga de tierra destinada a la construcción de un estacionamiento, vio asomando de entre la tosca (piedra) algo que inmediatamente, a causa de su tamaño, identificó como perteneciente a un animal prehistórico", agregó el texto del organismo.

El hombre consultó al equipo de paleontólogos que desde hace más de dos años trabaja en el yacimiento de dónde provenía el fósil, quienes finalmente lograron identificarlo como perteneciente a un oso prehistórico.

"Gracias a la pericia de su descubridor, los investigadores pudieron determinar el lugar exacto de la cantera de donde se extrajo la pieza, proveniente de rocas que datan de alrededor de 30.000 años antes del presente", indicó el documento.

"Esta antigüedad se pudo determinar con exactitud a partir de aplicar la técnica de Carbono 14 (14C) sobre unos pequeños caracoles fósiles llamados litoridina presentes en la misma capa de donde procedía el fósil", agregó el reporte.

Leopoldo Soibelzon, especialista en osos fósiles de la Universidad de La Plata, dijo que "este no es un dato menor, puesto que convierte a la pieza en uno de los escasos restos de osos sudamericanos asociados con certeza a una determinada antigüedad". "Si bien no se puede determinar con exactitud a qué especie perteneció dicho húmero, sí se pudo apreciar que se trataba de un integrante de la subfamilia de los tremarctinos u osos de hocico corto, entre los que además podemos contar a la única especie que actualmente habita Sudamérica, el oso de anteojos (tremarctos ornatus)", observó el experto.

El húmero del oso hallado en Marcos Paz, con unos 50 centímetros de longitud, "es de menor tamaño que los de sus parientes más antiguos,sin embargo si lo comparamos con los húmeros de cualquier especie de oso actual resulta notablemente mayor", señaló Soibelzon.

Por su parte, David Piazza, sostuvo que "este hallazgo es tan solo una punta de iceberg. Representa un pequeñísimo porcentaje de los casi 1.000 fósiles recolectados en el último año y que aún están en proceso de análisis".

"Es necesario proteger legalmente el yacimiento, porque dada la abundancia de fósiles, los hallazgos seguirán sorprendiéndonos", agregó Piazza.

   

 


Familia recupera el cráneo de un Scelidodon, un perezoso gigante del Pleistoceno bonaerense.

Publicado en Paleo. Año 11. Numero 86. Mayo de 2013.  

En la localidad de Mar del Sud, más precisamente en el paraje denominado El Remanso, fue hallado el cráneo fósil de un perezoso gigante. El hallazgo fue realizado por la familia López, oriundos de Mar del Plata pero que los fines de semana disfrutan de las solitarios paisajes de la villa balnearia.

No es la primera vez que en sus expediciones han encontrado restos fósiles ya que en varias oportunidades tuvieron la gentileza de avisar y llevar al Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, el producto de sus hallazgos. En esta ocasión se trata de un animal denominado Scelidodon, un gran perezoso pariente lejano de los que hoy aún existen en la selva misionera pero de un tamaño impresionante ya que tenía en vida unos dos metros y medio de largo y una tonelada de peso, eran herbívoros con escasos dientes, grandes garras con uñas que usaban para romper las ramas de los árboles y arbustos de los que se alimentaba.

Estos animales habitaron en el Período denominado Ensenadense, al menos para nuestra zona, ya que sus restos han sido hallados en estos sedimentos cuya antigüedad es de, como mínimo 700.000 años y se tuvo que luchar contra las olas que dificultaban la extracción del fósil que se hallaba al nivel de la restinga al borde del mar. Curiosamente y tal como ocurre en nuestras playas el mismo lugar hoy se encuentra tapado por la arena, lo que nos demuestra las dificultades que existen para llegar a estos hallazgos.

Los perezosos gigantes estaban muy diversificados y adaptados a los diversos ambientes, ya que se han encontrado en estratos de diferente origen, tales como pantanos y praderas. También estaban los que hacían grandes cuevas, denominados Scelidoterios, cuyos restos son más abundantes y hasta fue hallado en 2005, un ejemplar en el mismo paraje pero en sedimentos mucho más modernos, lo que confirma la riqueza natural de nuestra región.

El cráneo encontrado por la familia López será convenientemente preparado para ser exhibido en breve en la sala del citado museo de Miramar, junto a una creciente colección de la fauna prehistórica local. Fuente: MPH

 


Hallan restos de gliptodonte Neosclerocalyptus en San Gregorio.

Publicado en Paleo. Año 11. Numero 85. Mayo de 2013.  

Fueron hallados restos de un gliptodonte de unos 8 mil años y entre 250 y 300 kilogramos en el patio de una casa de la localidad de San Gregorio. El esqueleto del neosclerocalyptus —como es su nombre científico— pertenece a un antiguo animal que es antepasado de mulitas y peludos. San Gregorio está a la vera de la ruta provincial 14 y a 85 kilómetros de Venado Tuerto. Los fósiles, encontrados de manera fortuita, salieron a la luz mientras se realizaban obras en el patio de una casa de familia.

Según primeras estimaciones, el hallazgo tiene una antigüedad de 8 mil años, siendo el segundo hallado en el área y el tercero en el distrito. Además, por las características, es el primero que está entero y en buenas condiciones.

Pedro Cocco, vecino y periodista de San Gregorio, contó que "un grupo de personas, que trabajaba en el patio de la casa de la familia Carames, notaron una dureza en el suelo y un sonar de la pala al intentar excavar, que dejó al descubierto un objeto de unos 80 centímetros de largo por 25 centímetros de ancho de forma cilíndrica con dibujos similares al caparazón de una tortuga". "Junto a los restos fósiles, se extrajeron vertebras, contornos de caparazón y un sinnúmero de huesos no conocidos a unos tres metros de profundidad. Ya en 1974 se había producido un acontecimiento similar, por lo que inmediatamente se supuso que se trataría de un animal prehistórico", explicó Cocco 

La excavación. Tras conocerse la noticia en el pueblo, se decidió llamar al vecino de Diego de Alvear, Luciano Rey, quien cumple funciones a nivel provincial en Museos y tiene experiencia y estudios en paleontología. "Fue Luciano quien constató inmediatamente que se trataba de un gliptodonte Panochthus Tuberculatus, la especie más grande conocida de estos animales y por lo que pudo observar confirmó que está casi intacto", dijo Cocco.

Luego se monto un operativo y se inició la excavación, tarea de logística que demando más de cuatro días. Los trabajos se vieron suspendidos por las lluvias, quedando los restos en el pozo excavado. "Hasta tanto se siga con las tareas, el gliptodonte está envuelto en una masa compacta, rodeada de filme, yeso y poliuretano expandido, a los fines de que al movilizarlo, no implique rotura del caparazón", agregó Cocco.

"Queremos que los restos queden lo más cerca posible del lugar donde fueron extraídos, porque nadie va a cuidar lo que no conoce y queremos que la gente conozca el valioso patrimonio que hay nuestra región", añadió Cocco.

Historia. El gliptodonte era herbívoro, se supone que no fue muy ágil. La defensa contra depredadores se basaba en su caparazón rígido. Las especies se distinguen por los caparazones. Medía cerca de 3 metros y pesaba 1,4 tonelada.

Por milenios, muchos de esos caparazones permanecieron vacíos en planicies de Uruguay, Río Grande del Sur y de la Argentina, probablemente sirviendo de refugio para humanos primitivos. Se extinguió 10.000 y 8.500 años, producto de su ineficacia adaptativa.

 


Lapampasaurus Cholinoi, el primer dinosaurio pampeano.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 85. Mayo de 2013.  

Se trata del Lapampasaurus Cholinoi. Medía entre 5 y 6 metros de largo y era hervíboro. Utilizaba su pico ancho y chato para cortar ramas y hojas de plantas.

El paleontólogo Rodolfo A. Coria, presentó ayer oficialmente en el Museo Provincial de Historia Natural al Lapampasaurus Cholinoi, el primer dinosaurio pampeano. Los restos fósiles son de un hadrosaurio, de los llamados "pico de pato", dijo Coria. Se encontraron unos 20 huesos de los alrededores de 350 que tenían estos ejemplares.

Medía entre 5 y 6 metros de largo y era hervíboro. Utilizaba su pico ancho y chato para cortar ramas y hojas de plantas. Además, poseía una importante batería de dientes que molían el alimento. Coria explicó que los restos fueron encontrados en 1991. Pero recién en los últimos años se determinó que era una nueva especie.

Los fósiles se descubrieron y recuperaron en la cantera de José Cholino, situada en el departamento de Puelén. "En honor a Cholino, le pusimos Cholinoi", explicó Coria.

"Es un reconocimiento por el gesto que tuvo de avisar de los fósiles y así preservar el patrimonio paleontológico pampeano", expresó. Estos fósiles se encontraban en sedimentos de unos 70 millones de años aproximadamente (formación Allen).

En el año 1992 se limpiaron en el Museo Provincial de Historia Natural. Inmediatamente consultaron a los paleontólogos Bonaparte y Fernando Novas. Estos sugirieron la revisión del material a través de un grupo de investigadores que estaba trabajando en la Patagonia. Así, llegaron a manos de Coria, quien determinó que pertenece a la Familia Hadrosauridae.

Los restos quedaron en La Pampa. En 2000, Silvio Casadío y Bernardo Gonzáles Riga confirmaron su pertenencia a la familia de los hadrosaurios. Posteriormente, Coria volvió a analizar los ejemplares de hadrosaurios de la República Argentina para su tesis doctoral y determinó que el ejemplar pampeano Lapampasaurus Cholinoi era una nueva especie, a partir del estudio morfológico de la espina escapular, las garras y las vertebras.

Los hadrosaurios provienen de América del Norte. Coria dijo que, desde allí, se dispersaron a las actuales Europa, América del Sur, Antártida y Europa. Incluso, sostuvo, es posible que desde América del Sur haya evolucionado hacia otras especies. Eso podría haber sido el caso del ejemplar pampeano.

Coria es paleontólogo, investigador independiente del CONICET y profesor adjunto regular de la Universidad Nacional de Río Negro, en donde a su vez dirige el Instituto de Investigaciones en Paleobiología y Geología.

 


Un nuevo roedor único de la provincia del Chubut.

Publicado en Paleo. Año 11. Numero 84. Marzo de 2013.  

Los cavioideos son un grupo de roedores integrado por varias familias de roedores muy diferentes entre sí en cuanto a forma y tamaño. En este grupo se encuentran, por ejemplo:

-la mara o liebre patagónica, muy parecida a una liebre común y a veces confundida con ésta;-los más pequeños cuises y cobayos; -y también el roedor más grande del mundo, el capibara o carpincho, que puede medir hasta 1,3 metros largo y habita el noreste y centro de nuestro país.

Sin embargo, los cavioideos no están formados sólo por animales vivientes, sino que también existe una gran cantidad de especies fósiles, algunas similares a las actuales y otras sustancialmente diferentes. Pero todas ellas ayudan a comprender la evolución de este grupo tan diverso.

En una reciente campaña realizada por investigadores del MEF en el centro-norte de la provincia del Chubut, se descubrieron varios ejemplares fósiles de un tipo de cavioideo desconocido hasta ahora. "Se trata de una nueva especie ancestral al grupo que incluye a los modernos cuises, maras y carpinchos", dice la Dra. María E. Pérez, quien lideró la investigación de estos ejemplares.

La paleontóloga, especialista en mamíferos del pasado, bautizó a esta nueva especie Guiomys unica. El primer nombre es en honor a la Dra. Guiomar Vucetich, una investigadora de la Universidad de La Plata en esta especialidad, y el segundo se refiere a las características únicas de sus dientes y mandíbula.

Este nuevo roedor tiene características compartidas con el grupo de los cavioideos vivientes (como la mara), pero carece de otras típicas de estos animales. Esta combinación de características fue lo que determinó que, aún siendo cavioideos, se tratase de una especie desconocida.

Dos rasgos observados en esta especie, y comunes a los cavioideos son la importante altura de sus molares y la forma particular de "corazón doble" de la superficie masticatoria de los mismos.

En cambio, la mandíbula posee una característica no observada en otros animales emparentados.

"En la mandíbula se encuentra la inserción del tendón de un músculo importante para la función masticatoria (el músculo masetérico medial). La posición del punto de inserción de este tendón es diferente a la de los demás cavioideos y es, de hecho, única. De allí el nombre", dice Pérez.

¿Por qué es importante este hallazgo? Por un lado, su anatomía es intermedia entre los grupos más evolucionados y los más primitivos conocidos. Por el otro, su antigüedad lo ubica en el Mioceno medio (unos 14 millones de años atrás) de la Provincia del Chubut. Este es el primer cavioideo hallado en esta época geológica en la región, de modo que llena un "vacío" en el registro estratigráfico. En otras palabras, estos fósiles brindan un puente evolutivo entre los cavioideos primitivos y los que viven actualmente.

Bibliografía. Pérez, M. E. (2010). "A new rodent (Cavioidea, Hystricognathi) from the middle Miocene of Patagonia, mandibular homologies, and the origin of the crown group Cavioidea sensu stricto". Journal of Vertebrate Paleontology 30 (6): 1848–1859. Redactado por: Lic. Agustina Lecuona.mef

 


Presentan evidencia de un nuevo dinosaurio saurópodo de Mendoza.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 84. Marzo de 2013.

El reciente hallazgo de un ejemplar articulado de 18 metros constituiría uno de los más completos saurópodos descubiertos en América del Sur hasta este momento.

Lo que no dicen en las películas de dinosaurios es que cuando encuentran los restos, los investigadores pueden sentirse afortunados si se topan con el 20 o 30 por ciento del esqueleto. A veces sólo hallan unos dientes, un par de vértebras y dos o tres falanges, que analizan para determinar si se trata de una nueva especie.

En Malargüe, provincia de Mendoza (argentina), el equipo del paleontólogo Bernardo González Riga descubrió los fósiles casi completos – entre un 70 y 80 por ciento – de un dinosaurio, que por sus características podría ser una nueva especie.

“Las características de este ejemplar y la de otros especímenes hallados – de hasta 24 metros – indican que se trata de una nueva especie, una de las más grandes que vivieron en Argentina”, señala González Riga, investigador adjunto del CONICET en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA). Este dinosaurio pertenecería a la familia de los titanosaurios, que agrupa ejemplares de gran tamaño – entre 7 y 30 metros de largo y distintas formas y proporciones – y que fueron grandes consumidores de vegetales.

Según indica, en las más de 50 especies de titanosaurios descritas en el mundo se encontró menos del 25 por ciento del esqueleto. “Este ejemplar, que vivió hace 85 millones de años, nos ofrece entonces aspectos anatómicos claves para enriquecer la historia evolutiva de este grupo”, analiza el investigador.

El equipo de campo, formado por 35 técnicos y tres paleontólogos dirigidos por González Riga, encontró los restos en obras de la mina Potasio Río Colorado, durante trabajos de supervisión y rescate paleontológico orientados a la preservación de los fósiles como bienes patrimoniales del Estado.

El paleontólogo explica que a partir del análisis de los fósiles y sedimentos hallados en el lugar, es posible deducir que el titanosaurio murió en una laguna fangosa y que sus huesos fueron rápidamente cubiertos por arcillas, lo que permitiría explicar porqué se encontró el esqueleto casi completo. (Fuente: CONICET)

 


Hallan fósiles de mastodontes y perezosos en San Pedro.

Publicado en Paleo. Año 11. Numero 84. Marzo de 2013. 

Un trabajador que conducía una retroexcavadora en una cantera de San Pedro se topó con restos fósiles de mamíferos extinguidos, informó este sábado el Museo Paleontológico Fray Manuel de Torres, de esa ciudad bonaerense. Las piezas, halladas a quince metros de profundidad, están siendo analizadas y clasificadas por ese museo.

Los fósiles descubiertos corresponden a dos géneros de mamíferos que habitaron la región pampeana prehistórica durante el Pleistoceno medio a superior. Entre las piezas, los expertos del museo lograron identificar partes de un mastodonte (Stegomastodon platensis) y de un perezoso gigante de la familia Milodontidae.

Del mastodonte o "elefante" prehistórico se pudieron recuperar grandes fragmentos de la parte frontal de su enorme cráneo; más precisamente, del sector donde nacían las defensas o "colmillos" del pesado animal.

En cuanto al perezoso, Colombo acercó al museo fragmentos de costillas, algunas vértebras de la cola, una ulna (hueso del antebrazo) y una tibia y fíbula completas y articuladas. Estos herbívoros llegaron a medir unos tres metros y medio de longitud y pesar más de una tonelada. (Télam).

 


En ciervo fósil en Punta Hermengo.

Publicado en Paleo. Año 11. Numero 83. Marzo de 2013. 

PaleoBreve. Se trata de parte del asta y trozo de cráneo de un ciervo hallado entre el muelle y la entrada al vivero en la ciudad de Miramar. Su antigüedad sería de unos 10.000 años.

Los jóvenes se acercaron al museo municipal de Miramar para entregar el material recuperado por ellos, lo cual, es un buen gesto, recordando que el patrimonio paleontológico de Argentina se encuentra protegido por la ley 25.473  y la ordenanza municipal 248/88.

El personal del museo miramarense piensa que se puede tratar de un Morenelaphus.

Es otra de las especies que llegaron a América del sur en el gran intercambio biótico americano a principios del Pleistoceno. Pertenece a la familia de los Cervidos, pero se trata de un genero totalmente desaparecido y algo más grande que los representantes vivientes de la familia.

Tenia cuernos muy robustos, cilíndricos y achatados, longitudinalmente arqueados y en forma de "s" terminado en tres puntas muy filosas, ideales para la defensa. Su alimentación y comportamiento no habrá sido muy diferente a los ejemplares actuales. Hallazgos muy interesantes de estos Cervidos fueron realizados en el territorio bonaerense por Carlos Ameghino y jurado en 1913, por Lorenzo Parodi en 1914 y por Lucas Kraglievich en 1928.

En la actualidad los descubrimientos de estos mamíferos se realizaron en abundancia en la localidad fosilífera de Centinela del Mar a unos 45 kilómetros de la ciudad de Miramar, donde se halla un enorme médano "fósil" con una antigüedad estimada de 200 mil años antes del presente. Su presencia en el registro estratigráfico se remonta al Bonaerense y se extiende hasta el Lujanense tardío.  

En América del Sur, sus restos han sido hallados en Uruguay, Paraguay, sur de Brasil y Argentina. Por otra parte, existe muy poca información relacionada con los requerimientos ecológicos de este género, aunque algunos autores han postulado ambientes abiertos o parcialmente arbolados. Fuente MPH

 


Comahuesaurus windhauseni, un nuevo saurópodos de la Patagonia Argentina.

Publicado en Paleo. Año 11. Numero 83. Marzo de 2013. 

Se trata de Comahuesaurus windhauseni, una especie hasta ahora desconocida de dinosaurio saurópodo que vivió en la Patagonia entre 120 y 100 millones de años atrás.

Un equipo internacional de investigadores liderado por científicos del MEF lograron descubrir una nueva especie de dinosaurio a través de un estudio detallado de los restos fósiles de un ejemplar hallado en la localidad Aguada del León, Neuquén.

Los científicos encontraron que las vértebras dorsales de este animal eran diferentes a las de otros saurópodos, lo que ameritaba identificarlo como una especie diferente de las conocidas hasta el momento. Bautizado Comahuesaurus windhauseni, pertenece a un grupo de saurópodos denominado Rebbachisauridae. Éstos vivieron en el período Cretácico y tuvieron una amplia distribución, incluyendo Argentina, otras regiones de América del Sur, África y Europa.

Las vértebras de los saurópodos se caracterizan por presentar numerosas láminas de hueso que conectan las diferentes estructuras de cada vértebra. Este nuevo titán de la Patagonia posee láminas muy particulares ausentes en otras especies. Además, otras regiones de sus vértebras tienen características únicas, tales como en la espina y en el centro de las vértebras, y también en las proyecciones dirigidas hacia delante. En su conjunto, todas estas características fueron decisivas para identificar a Comahuesaurus como una nueva especie de rebaquisáurido.

Además de los rasgos mencionados, los científicos encontraron que Comahuesaurus tiene unas articulaciones accesorias que, si bien eran conocidas en otros saurópodos, se consideraban ausentes en los rebaquisáuridos.

Denominadas hipósfeno-hipantro, estas articulaciones están formadas por un hueco en la cara anterior de una vértebra y una saliente en la cara posterior de la siguiente, de manera que ambas se ajustan perfectamente. De hecho, algunos reptiles actuales cuentan con ellas.

"Estas articulaciones accesorias habrían servido para aumentar la rigidez de la columna vertebral y evitar los movimientos laterales" –explica José Luis Carballido, especialista en dinosaurios y uno de los autores del estudio–. "Esto tiene sentido si pensamos que eran animales de gran tamaño y muy pesados, donde sus columnas tenían que soportar una gran masa corporal".

El hipósfeno-hipantro se encuentra en la gran mayoría de los saurópodos, pero hasta ahora no se lo había observado en los rebaquisáuridos. "Después de revisar en detalle y comparar con otras especies, vimos que estas articulaciones están, de hecho, presentes en la mayoría de los rebaquisáuridos, excepto en un pequeño grupo más avanzado", agrega el Dr. Carballido. "Esto cambia sustancialmente la interpretación de este grupo y nos permite dar un salto importante en la comprensión de su evolución", afirma el especialista.

Comahuesaurus es el rebaquisáurido que posee el esqueleto más completo, una condición poco usual entre estos gigantes, los que generalmente son hallados en forma muy incompleta. Esta condición cobra importancia no sólo a la hora de conocer en detalle la anatomía de esta especie, sino también porque posibilita la comparación con las especies conocidas y las que se descubrirán en el futuro.

Por otro lado, es uno de los pocos rebaquisáuridos encontrados en el Cretácico Inferior de América del Sur.

Por otro lado, es uno de los pocos rebaquisáuridos encontrados en el Cretácico Inferior de América del Sur. "Saber la antigüedad de Comahuesaurus es esencial para comprender cómo los rebaquisáuridos y otros grupos emparentados se distribuyeron por el mundo y también a lo largo del tiempo", concluye José Luis Carballido. 

La investigación fue encabezada por el Dr. José Luis Carballido (MEF-CONICET), en colaboración con el Dr. Leonardo Salgado (Museo de Geología y Paleontología-CONICET), el Dr. Diego Pol (MEF-CONICET), el Dr. José Canudo (Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón, Universidad de Zaragoza, España) y el geólogo Dr. Alberto Garrido (Museo Olsacher de Zapala, Neuquén). El trabajo fue publicado en la revista Historical Biology. MEF con la colaboración de la Lic. Agustina Lecuona.

 


Encuentran algas únicas del Triásico en Cuyo.

  Publicado en Paleo. Año 11. Numero 83. Marzo de 2013. 

Es el primer registro de carófitas del Triásico en el Hemisferio Sur. Su hallazgo contribuiría a demostrar que su distribución era mundial

Un estudio reciente demuestra que la provincia de San Juan alberga pistas que indican que las algas fotosintéticas, conocidas como carófitas, estuvieron presentes también en el Hemisferio Sur – y no sólo en el Norte, como se creía hasta ahora – entre 200 y 250 millones de años atrás, durante el período Triásico.

Pero para las investigadoras el hallazgo de estos restos fosilizados podría aportar más claves que solamente conocer su distribución en tiempos pretéritos. “Estos organismos son importantes porque en el Silúrico – aproximadamente 450 millones de años atrás – habrían dado la transición del ambiente acuático al terrestre, un tema muy debatido dentro de la comunidad científica”, relata Cecilia Benavente, becaria doctoral del CONICET en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET-UNCu-Mendoza).

Las hipótesis postulan que la vida se inició en el agua y con el tiempo migró a las zonas que habían emergido para dar origen a las primeras plantas terrestres.

En ese sentido las carófitas halladas en la formación Cerro Puntudo de la cuenca Cuyana, que abarca las provincias de San Juan y Mendoza, aportarían más datos para conocer mejor la evolución del grupo involucrado en esta transición.

Pero el hallazgo también no sólo contribuye a demostrar que tenían una distribución mundial, sino que además permite conocer los representantes del grupo para el Hemisferio Sur que sobrevivieron a la extinción masiva del Pérmico-Triásico, que dio inicio a ese último período y donde se extinguieron casi el 95 por ciento de las especies marinas y alrededor del 70 por ciento de los vertebrados terrestres.

“Estos fósiles nos permiten reconstruir la evolución del grupo de algas carófitas desde sus orígenes, casi 450 millones de años atrás, hasta el Triásico”, cuenta Benavente, “y determinar que de las múltiples familias que vivían antes de la extinción sólo persistió una, a partir de la cual evolucionan los grupos que aparecen luego del Triásico y en algunos casos llegan a nuestros días”.

El estudio que fue publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology. Fuente: CONICET/DICYT.

 


Megapiranha paranensis superaba a un tiranosaurio rex al morder.

  Publicado en Paleo. Año 11. Numero 83. Marzo de 2013. 

Un antiguo pariente de las pirañas actuales asestaba una mordedura de fuerza más terrible que la del Dunkleosteus terrelli, una bestia marina prehistórica de 4 toneladas que comía tiburones, e incluso que la del Tyrannosaurus rex.

Además de la fuerza de su mordedura, la Megapiranha paranensis parece que tuvo dientes capaces de cortar los tejidos blandos del modo en que lo hacen las pirañas de la actualidad, y también capaces de perforar conchas gruesas y quebrar caparazones y huesos.

Si los cálculos realizados por el equipo de Stephanie Crofts, de la Universidad de Washington en Seattle, son correctos, probablemente de toda cosa viviente que la Megapiranha mordía, siempre arrancaba un trozo.

La fuerza de la mordedura de este animal, que vivió hace 10 millones de años, ha sido extrapolada a partir de las primeras mediciones de campo de la fuerza de mordedura de la piraña más grande de la actualidad, la Serrasalmus rhombeus, o piraña negra. Un ejemplar de poco más de un kilogramo (unas dos libras y media) es capaz de morder con una fuerza de 320 newtons, equivalente a unas 30 veces su peso corporal. Esta fuerza es casi tres veces mayor que la fuerza de mordedura de un caimán americano que tuviera un tamaño equivalente.

Tomando como referencia a la piraña de poco más de un kilogramo y a otros especímenes examinados en su hábitat, los científicos calculan que la fuerza de mordedura de la Megapiranha paranensis, que pesaba aproximadamente 10 kilogramos (unas 22 libras), podría haber sido de entre 1.240 y 4.750 newtons, y posiblemente más, pudiendo llegar a superar a la Serrasalmus rhombeus proporcionalmente a su peso. Previamente, otros científicos habían estimado que el T. rex mordía con una fuerza de 13.400 newtons, pero esto dista mucho de equivaler a 30 veces su peso corporal.

En proporción a su peso, la Megapiranha y la piraña negra tienen las mordeduras más poderosas de entre los peces carnívoros, vivos o extintos. La mordedura de la Megapiranha paranensis empequeñece a las de otros megadepredadores extintos, incluyendo al enorme Carcharodon megalodon, el cual se alimentaba de ballenas, y al monstruoso Dunkleosteus terrelli, el pez acorazado de cuatro toneladas.

También se obtuvo el resultado expuesto cuando los científicos realizaron comparaciones con barracudas, peces martillo y tiburones blancos de la actualidad.

En la investigación también han trabajado Justin Grubich, de la Universidad Estadounidense en El Cairo, Egipto, Steve Huskey de la Universidad del Oeste de Kentucky en Estados Unidos, Guillermo Orti de la Universidad George Washington, en Washington, D.C., y Jorge Porto del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia en Brasil.

 


Fósiles de un Gliptodonte en el Pleistoceno de Santa Clara del Mar.

 Publicado en Paleo. Año 11. Numero 82. Marzo de 2013. 

Mientras que se realizaban los trabajos de cordón cuneta del Barrio de las cuarenta viviendas inauguradas posteriormente y mediante teleconferencia por la Presidenta de la Nación, empleados municipales descubrieron a pocos metros de la superficie, restos fósiles.

De inmediato, un equipo del Museo Municipal de Ciencias Naturales Pachamama, encabezado por su Director Rubén Daniel Scian, acudió al lugar para verificar el hecho. Acto seguido, se confirmó que los restos encontrados pertenecían a una especie de Glyptodon de aproximadamente 10.000 años de antigüedad.

<<< Imagen de Archivo.

El gliptodonte es una especie extinta de mamífero cingulado de la familia Glyptodontidae. Este animal, relacionado con los actuales armadillos, era nativo de América y medía cerca de 3 m y pesaba cerca de 1,4 t. Era herbívoro y, por su constitución, se supone que no fue muy ágil. Su defensa contra los depredadores se basaba en su caparazón rígido. Las diferentes especies se distinguen por los patrones y tipos de caparazones.

Durante milenios, muchos de esos caparazones permanecieron vacíos a lo largo de las planicies de Uruguay, Río Grande del Sur y de Argentina, probablemente sirviendo de refugio para los humanos primitivos de la región. Estos restos se sumaran al patrimonio histórico-cultural del Museo de Ciencias Naturales Pachamama, de Santa Clara del Mar. Fuente: Web.

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