PaleoArgentina Web: Biografia de Florentino Ameghino, Pedro Nicolás Stipanicic,  Dr. Anselmo Windhausen, Pedro Scalabrini y Joaquín Frenguelli,
 
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Florentino Ameghino.

La Tremenda Voluntad Científica.

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Fragmento del articulo publicado originalmente: Magnussen Saffer, Mariano. (2004). Florentino Ameghino. La Tremenda Voluntad Científica. Homenaje a los 150 años de su natalicio. PaleoWeb, Boletín Paleontológico. Año 2. 5: 14-17. marianomagnussen@yahoo.com.ar

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Florentino Ameghino fue uno de los grandes paleontólogos y geólogos americanos. Descubrió más de 6.000 especies de fósiles. No sólo se dedicó a reconocer, ordenar y sistematizar; si no que acompañó sus observaciones con interpretaciones agudas e ingeniosas que le permitieron elaborar complejas teorías. Particularmente las relativas a la geología y a la paleontología siguen siendo de uso y referencia insoslayable por los científicos e investigadores en la actualidad.

Nació el 18 de septiembre en 1854 en la localidad de Luján, Provincia de Buenos Aires. Sus padres de origen genovés llamados Antonio Ameghino y María Dina de Ameghino ayudaron mucho en su educación y formación. Se ha discutido acerca de la fecha y del lugar de nacimiento de Ameghino. Una fe de bautismo atestigua que en septiembre de 1853 nace en Moneglia (provincia de Génova) Juan Bautista Fiorino Ameghino, mientras que en la Argentina el interesado, Florentino Ameghino, declara haber nacido en Luján en septiembre de 1854. Puede no haber contradicción ni tercio excluido. Ameghino, que se formó en nuestro país, se sentía argentino y quiso serlo, como de hecho lo fue, y olvidó o hundió en el Atlántico los escasos primeros meses de su vida transcurridos fuera de esta República.

Realizó sus estudios en la escuela Municipal de Mercedes desde 1862 a 1867, siendo su preceptor Don Carlos D'Aste. Luego en 1869 ingresó en la primera escuela Normal de Preceptores de Buenos Aires. Esos estudios quedaron interrumpidos por la clausura del establecimiento. El mismo año fue nombrado subpreceptor de la escuela Elemental N° 2 de la ciudad de Mercedes y en 1877 fue nombrado Director titular de esa escuela Municipal.

Fue, durante su residencia en Mercedes, que emprendió el estudio de los terrenos de la Región Pampeana haciendo numerosas colecciones de fósiles, e investigaciones geológicas y paleontológicas. Fue así, que hallo su primer fósil a orillas del Rió Lujan en unos pequeños barrancos, donde justamente durante el siglo VIII se hallaron los primeros restos fósiles de América, que correspondían a un Megatherium americanum.

Su espíritu inquieto se hizo notar, y en 1878 partió hacia París para participar de la Exposición Internacional. Allí conoció personalmente a los científicos que representan la vanguardia del conocimiento en su época y realizó investigaciones. Visitó los Museos de Francia, Bélgica e Inglaterra y contrajo matrimonio con Leontine Poirier. En París siguió los cursos regulares de la Escuela de Antropología y del Museo; hizo también una serie de investigaciones sobre el hombre cuaternario del célebre yacimiento de Chelles, que publicó en los Boletines de la Societé d'Anthropologie y en el Boletín de la Societé Geologique de France, tomando también parte en varios congresos científicos. Regresó a Buenos Aires 1881 cansado y sin recursos económicos durante la primera presidencia de Roca y debido a que lo habrán declarado cesante en su cargo, instaló una librería llamada ni más ni menos “El Gliptodón”. Comenzó a redactar sus obras: Los Mamíferos fósiles, Filogenia y La antigüedad del Hombre, que se publican en 1883 y 1884: y que constituyen las bases sobre las que se asienta toda su producción posterior.

La teoría más interesante sin duda, es la que Florentino esbozó en el libro "La antigüedad del hombre en el Plata" (1881). Allí, Ameghino sostenía que el hombre y los mamíferos eran originarios de América, y nada menos que de las pampas argentinas.

Sus inferencias se basaban en unas osamentas encontradas en el sitio de Mercedes, las cuales, según Ameghino, correspondían a un individuo que debió vivir en el Terciario, en las zonas de la pampa Argentina, al cual llamo Homo pampeanus.

Las pampas argentinas habrían dado nacimiento al precursor del hombre que él llamaba Tetraprothomo; y de este habrían nacido el Triprothomo, el Diprothomo y finalmente el Prothomo, antecesor inmediato del hombre actual. América sería la cuna de la humanidad, de cuyo centro partieron las emigraciones que poblaron la tierra de mamíferos y de hombres.

Sus consideraciones generaron una intensa polémica en su momento y logró un gran revuelo internacional en el siglo XIX, cuando las presentó en el primer Congreso Internacional de Americanistas, realizado en París en 1879. Participaron especialistas extranjeros como Hrdlicka y Holmes, postulantes de la teoría del poblamiento a través del estrecho de Bering.

Ameghino supuso también que los hombres americanos primitivos convivieron y cazaron grandes mamíferos del Pleistoceno en las pampas argentinas. La convivencia con la megafauna, como se la llama, es hoy en día confirmada, se han encontrado numerosos sitios con restos de estos mamíferos con indicios de haber sido consumidos o cazados por el hombre, tal es el caso del sitio Folson en Norteamérica, donde se encontró una punta asociada a huesos de bisontes extintos, y más cerca aún, en Argentina, el sitio Arroyo Seco, entre otros.

En 1884 comenzaría a escribirse su leyenda, cuando comenzara a ocupar la cátedra de Zoología en la Facultad de Ciencias de Córdoba, y ya para 1886 se le otorgó el título de Dr. Honoris Causa de la Universidad Córdoba. Fue nombrado Subdirector del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, pero en 1888 por tener duras diferencias con su director, fue separado del cargo.

Al año siguiente abrió nuevamente una librería en La Plata a la que llamó Rivadavia. Creó la Revista Argentina de Historia Natural y publicó su obra: Contribución al conocimiento de los Mamíferos Fósiles de la República Argentina, cuya obra de utilizada en la actualidad por toda la comunidad científica, por la cual obtuvo una medalla de oro en la Exposición Universal de París.

La Universidad de La Plata lo designa profesor de Mineralogía y Geología en el año 1900, y dos años después, es nombrado como director del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires (hoy Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia) en el cual ha impreso al establecimiento y a sus publicaciones un desarrollo extraordinario, que incluye la publicaciones de una obra de quince volúmenes de los anales, la aparición de su obra filosófica “Mi Creo” (1906) y la incorporaciones de mas de 70 mil especimenes a las colecciones de esta Institución.

Ha hecho numerosos viajes de estudio a casi todas las regiones de la República, y ha desempeñado en la enseñanza superior numerosos cargos, en su mayor parte honoríficos, de los que mencionaremos los principales: profesor de Zoología y de Anatomía comparada y miembro académico de la facultad.

Tuvo reconocimientos de la Universidad de Chicago. Fue Profesor de Ciencias físico-matemáticas de la Universidad de Córdoba (1884-1886), Miembro Académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la misma Universidad, Miembro del Consejo de la Facultad de Agronomía y Veterinaria y Vicedecano de la misma (1894-1898), id. del Instituto Nacional de Agronomía, Profesor de Geología y Mineralogía y miembro académico de la Facultad de Ciencias Físico-matemáticas de la Universidad Provincial de La Plata (1897-1904).

Fue miembro activo de la Academia Nacional de Ciencias de la República Argentina, Miembro Honorario de la Sociedad Científica Argentina y de la Sociedad Científica de Chile, Miembro correspondiente de la Sociedad Zoológica de Londres, de la Academia de Ciencias de Filadelfia y de un considerable número de corporaciones científicas de Europa y América.

En 1889 envió una expedición a la Patagonia Argentina, a cargo de su hermano Carlos Ameghino, con el objeto de explorar el territorio y reunir colecciones científicas para sus estudios, costeándola de su peculio durante quince años. La participación de Carlos en las tareas de campo, ayudo mucho a Florentino, tanto para depositar su confianza, como para permitirle al ser un científico de laboratorio.

Su interpretación de la arqueología pampeana en función de los presupuestos teóricos del evolucionismo fue un gran aporte para la época: lo transformó en el portavoz de la teoría de la evolución en estas latitudes, en un medio intelectual que le era mayoritariamente hostil y en el cual esa teoría era vista como un nuevo tipo de herejía. Si bien algunas de sus suposiciones estaban kilométricamente erradas, Florentino Ameghino fue sin lugar a dudas uno de los grandes precursores de la Prehistoria Americana.

Florentino Ameghino, figura descollante de la ciencia Argentina, integra con Moreno y con Eduardo Holmberg el grupo de naturalistas argentinos que hacia 1875 actuarían en la vida científica nacional e internacional.

Desde 1909 a 1911, en estos últimos tres años de su vida, dedico su tiempo al estudio de los restos a los que atribuyo a humanos primitivos, realizando varios viajes hasta la localidad de Miramar acompañado de numerosos investigadores.

El fallecimiento de su esposa en 1909 lo conmueve demasiado, y logra para entonces impulsar muchos de sus proyectos. Pero en los primeros días de 1911, su enfermedad de diabetes lo dejó ya sin poder salir de su casa y muere el 6 de Agosto de ese mismo año en La Plata. Al día siguiente de su muerte el Gobierno Nacional decretó duelo oficial para despedir a una Gloria Nacional que debería ser considerado como un prócer.

El Sabio Florentino Ameghino (1854-1911) trabajando en su gabinete científico.

Fuentes: Material propio de Paleontología de Argentina Web Site, Autobiografía de Florentino Ameghino, Biografía de Personalidades Científicas y Florentino Ameghino publicado en la Enciclopedia Argentina de la Escuela y del hogar. Boletín del Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar.

Bibliografía sugerida.

Cabrera Angel, El pensamiento vivo de Ameghino. Editorial Losada S. A. 1944.

Frengueli Joaquín. Prólogo a Hallazgos Científicos de Ameghino.  Ediciones Jackson 1944.

Hurlbut C.S. (1967). «Ameghinite, Na2O·3B2O3·4H2O, a new borate from Argentina». American Mineralogist 52: 935-946.

Garate, Justo (1970), «Ameghino, Florentino», Dictionary of Scientific Biography, 1, New York: Charles Scribner's Sons, pp. 129–132.

Shampo, M A; Kyle R A (septiembre de 1987). «Argentinian paleontologist contributes to the understanding of humans and the environment». Mayo Clin. Proc. 62 (9): 855.

Torcelli Alfredo J. Obras Completas y Correspondencia Científica de Ameghino. La Plata (24 Vols) 1913-1936.

Veröff. Geobot. Inst. Rübel Zürich heft 3: 662. 1925 Festschr. Carl Schroter (GCI).

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Joaquín Frenguelli, el último naturalista enciclopédico de nuestro país.

Fragmento del Articulo; Magnussen Saffer, Mariano (2009). Joaquín Frenguelli, el último naturalista enciclopédico de nuestro país. Paleo, Boletín Paleontológico. Año 7. 40: 08 -09. marianomagnussen@yahoo.com.ar

Fue un médico, naturalista, docente italiano. Nació en Roma, el 19 de agosto de 1883. Su padre, Pascual, pintor conservador del Museo y del Palacio de Letrán y de Adela Giccoti, fue el tercer hijo de una serie de ocho varones. Estudió en la Universidad de su ciudad natal, doctorándose en 1909 en medicina y cirugía.

En 1911 viaja a Argentina, invitado por sus tíos se radica en la ciudad de Santa Fe, siendo médico interno del "Hospital Italiano de Santa Fe" (de 1911 a 1912) y director y cirujano del Hospital Italiano de Córdoba. En 1920 se casa con Dominga Bonazzola. En 1920, fue nombrado profesor de Geología y Paleontología en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Litoral, y profesor suplente y luego titular de Geografía física morfológica, en 1922.

En 1930, fue encargado del curso de Geología en la Facultad de Química Industrial y Agrícola de la citada Universidad. En 1931, se lo designó profesor de Geografía física y Geología y Paleontología en la Escuela Normal Superior de Paraná (Entre Ríos). Fue director del Instituto del Museo de la Universidad Nacional de La Plata (1935-1946); jefe interino ad honorem del Departamento de Paleozoología, invertebrados y Paleobotánica (1934-1946) y profesor titular de Geografía física (1945-1946). En 1934, se incorporó a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, como adscripto honorario al Museo Etnográfico. Dentro de su intensa actuación en los medios científicos, se destaca además que fue miembro del Consejo de la Academia Nacional de Ciencias (1922-1932); miembro de la Comisión Asesora de Historiografía, Filosofía, Letras, Folclore, Arqueología y Geografía de la Comisión Nacional de Cultura (1937); presidente de la Comisión de Fisiografía encargada de redactar una "Geografía Argentina" encomendada a la Sociedad Gaea por el Gobierno de la Nación (1937); asesor geólogo de la Dirección de Suelos y Agrotecnia del Ministerio de Agricultura de la Nación (1947).

Colaboró con artículos y estudios científicos en el "Boletín de la Academia Nacional de Ciencias" de Córdoba, "Revista de la Universidad de Buenos Aires", "Revista del Museo de La Plata", "Notas del Museo de La Plata", "Anales de la Facultad de Ciencias de la Educación" de Paraná (Entre Ríos), "Bollettino della Società Geologica Italiana", "Le Vie d'Italia e dell'America Latina", "Handbook of South American Indians", etc.

Participó en numerosos congresos, entre ellos, en el Internacional de Geografía y Etnología de El Cairo (1924) y en el XXV Congreso Internacional de Americanistas de La Plata (1932). Perteneció a numerosas sociedades: Sociedad Científica Argentina, Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, Sociedad de Estudios Geográficos Gaea, Sociedad Geológica Argentina, Sociedad Geológica Italiana, etc. Falleció en Santa Fe, el 23 de junio de 1958.

 


Pedro Nicolás Stipanicic y su idea de crear una asociación de paleontólogos.

 Magnussen Saffer, Mariano (2010). Pedro Nicolás Stipanicic y su idea de crear una asociación de paleontólogos. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 8. 51: 11 -15

Fue geólogo de YPF hasta 1956, luego pasó a la CNEA para dirigir trabajos de exploración por uranio, alcanzando progresivos cargos, hasta llegar al de Gerente Materias Primas Nucleares. En 1962 se lo designó Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Córdoba. Fue Presidente de la Asociación Geológica Argentina y de la Asociación Paleontológica Argentina. En 1974 lo llamó al Vice Primer Ministro de Irán para organizar la exploración y producción de uranio y viajó a varios países para concretar programas de “joint venture”. En 1979 ganó por concurso un alto cargo en el Org. Intern. de Energía Atómica (Viena) y supervisó trabajos de exploración y producción de uranio en más de 40 países. Volvió a la Argentina en 1983, reincorporándose a la CNEA, en la cual fue designado Investigador Emérito. Entre 1991 y 1992 fue el presidente de la Comisión de Cs. de la Tierra, Atmosféricas e Hidrosféricas del CONICET, en la cual integró su Directorio entre 1994 y 1996, desempeñándose como Vice Pte 2º. En 1984 se lo designó Miembro Titular de la Acad. Nac. De Ciencias de Buenos Aires y en 2001 se hizo lo propio en la Cad. Nac. de Cs. Exactas Físicas y Naturales. Recibió numerosos premios, entre ellos el de la ANCEFN para el benio 1969-70 y en 1993, el Premio Dr. Luis F. Leloir otorgado por la Secretaría de Ciencias y Tecnología y por el Organismo de Estados Americanos por su contribución a la Cooperación Científica y Tecnológica Internacional. Es autor de numerosas publicaciones. Por sus actividades viajó a Brasil, Canadá, Chile, EEUU, Francia, Grecia, Irán, Inglaterra, Jordania, México Níger, Pakistán, Perú, Siria, Sudáfrica, Turquía y Zambia.

El 2 de diciembre de 2008 falleció en Buenos Aires el Doctor Pedro Nicolás Stipanicic, uno de los últimos y destacados discípulos de los ilustres geólogos europeos que en la primera mitad del siglo pasado desarrollaron las líneas fundamentales del conocimiento geológico de la Argentina.

Según los registros oficiales había nacido en Buenos Aires el 6 de junio de 1921, aunque reconocía como fecha real, para si y sus amigos, el 19 de mayo del mismo año.

Efectuó sus estudios secundarios en las aulas del Colegio Nacional B. Rivadavia y su vinculación a la Geología se produjo a través de su desempeño como cartógrafo y calculista (1938 - 1940) de la vieja y honorable Dirección Nacional de Geología y Minería y se consolidó definitivamente entre 1941 y 1945, como alumno de la carrera de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. En 1946 se especializó en Geología del Petróleo en la Facultad de Ingeniería de la misma Universidad y en 1947 obtuvo en esas facultades, respectivamente, los títulos de Doctor en Ciencias Naturales (Geología) con Diploma de Honor y Doctor en Ciencias Naturales, especializado en Geología del Petróleo. 

En 1947 comenzó a actuar en Yacimientos Petrolíferos Fiscales, donde se desempeñó como Jefe del Departamento Petrográfico y Paleontológico (1947- 1951), geólogo-estratígrafo (1951-1955) y Supervisor Asistente para el Área Centro- Sur (1955-1956). A esa época corresponden sus sobresalientes estudios sobre el Triásico y Jurásico de la Argentina y su estrecha vinculación con maestros de la talla de Pablo Groeber y Alberto Castellanos. En 1953 se incorporó a la recién creada Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA), en la que actuó a lo largo de más de treinta años ocupando los cargos de Asesor Geológico (1953-1956), Jefe del Servicio Geológico (1956-1958), Jefe del Departamento de Geología y Minería (1959), Jefe del Departamento Recursos Minerales (1960) y Gerente Director de Materias Primas Nucleares (1961-1973). Entre 1969 y 1973 estuvo en varias ocasiones, en ausencia del titular, a cargo de la Presidencia de la CONEA.

Paralelamente fue profesor de grado y postgrado en las facultades de Ciencias Exactas y Naturales (1955-1959) e Ingeniería (1956-1960) de la Universidad de Buenos Aires y en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (1958-1960), en las cátedras de Geología Histórica y Regional, Sedimentación y Paleontología. En la década de 1970 se debió alejar del país y fue contratado por el Gobierno de Irán para actuar como Asesor Principal del Viceprimer Ministro y Presidente de la Organización Nacional de Energía Atómica de ese país en el campo de las materias primas nucleares (1974-1979). Posteriormente obtuvo, por concurso internacional, el cargo de Oficial Principal a cargo de la División de Energía Nuclear y Reactores de la Agencia Internacional de Energía Atómica con sede en Viena (1979-1983). En relación con las funciones que desarrolló entre 1962 y 1987, en la Argentina, Irán y Viena, supervisó programas de exploración y producción de Uranio y participó en tratativas de joint venture, por cifras varias veces millonarias, para la producción o adquisición de concentrados de Uranio en 16 países de Europa, América, África y Asia. Al regresar al país fue designado Asesor de Presidencia (1983-1987) y Adscripto a la Presidencia (1987-1990) y, finalmente, Investigador Emérito (1991) de la CONEA. Se desempeño también en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) como Presidente de la Comisión Asesora de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas e Hidrosféricas (1991-1992) y como Miembro del Directorio, en el cual fue electo Vicepresidente por sus pares (1992 -1995).

Actuó como Vicepresidente y Presidente de la Asociación Geológica Argentina (1967-1973) y de la Asociación Paleontológica Argentina (1957-1958, 1969- 1971), Vicepresidente del Consejo Superior Profesional de Geología (1970- 1972), Presidente del V Congreso Geológico Argentino (1972), Vicepresidente del Comité Argentino de Nomenclatura Estratigráfica (1970-1985), Vicepresidente del Segundo Coloquio Internacional del Jurásico (Luxemburgo, 1967). Fue designado miembro de la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba (1962), miembro honorario de la Asociación Geológica Argentina (1980), miembro de la Academia Nacional de Ciencias con sede en Buenos Aires (1982), Honorary President del 4th International Congress on Jurassic Stratigraphy and Geology (1994) y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (2001). En su dilatada y prolífica carrera participó en numerosas reuniones científicas nacionales e internacionales, cuerpos directivos y asesores, organismos científicos y técnicos, jurados universitarios y de premios académicos de diferente tipo, tanto en el país como en el exterior. Fue en misiones oficiales o como invitado especial a numerosos países de diferentes continentes.

Dictó cursos sobre diferentes temas vinculados al Uranio: prospección, exploración, evaluación de yacimientos, distribución de reservas mundiales, análisis y concentrados, origen y evolución de la industria, importancia dentro de un Plan Energético Nacional, en la Argentina (1969, 1979), España (1981, 1982), Brasil (1983), Madagascar (1982) y Jordania (1985.

Todos ellos bajo el auspicio de la Comisión Interamericana de Energía Nuclear o de la Agencia Internacional de Energía Nuclear. Asimismo dio unas 100 conferencias sobre temas vinculados con la industria del Uranio en el mundo y sobre geología, estratigrafía y paleontología de la Argentina y Chile, tanto en la Argentina, como en otros países de América, Europa y Asia.

La actividad geológica del Dr. Stipanicic se desarrolló fundamentalmente en el campo de la exploración y explotación de uranio a nivel mundial y en la estratigrafía del Mesozoico de la Argentina.

En lo que respecta a las materias primas nucleares fue uno de los principales actores en el desarrollo del potencial nuclear argentino. Dirigió y elaboró la primera clasificación del territorio argentino por áreas de potencial geológico-uranífero y durante su gestión en la CONEA, hasta 1973, se descubrieron la casi totalidad de los distritos uraníferos conocidos en la Argentina. Aplicó por primera vez en América Latina, la prospección aérea radimétrica en forma masiva -lo que contribuyó al descubrimiento del 80% de los recursos uraníferos argentinos- y el método del heap leaching en escala industrial para el procesamiento de los minerales de uranio -que en la Argentina fue aplicado al 90% de la producción. Proyectó la construcción y operación de las tres primeras plantas semi-industriales de Latinoamérica de solventes aminados y resinas para la refinación de uranio, en Córdoba, Mendoza y Salta. En Irán (1974- 1979) organizó y programó la exploración uranífera del Organismo Nacional de la Energía Atómica de ese país, el que incluyó un plan de prospección aérea de 500.000 Km2, asesoró la exploración y producción de concentrados de uranio en Irán, Zambia, Namibia, Gabón, Níger y Pakistán (1975-1978). En la Agencia Internacional de Energía Atómica, en Viena (1979-1983), supervisó más de 40 proyectos de asistencia técnica en exploración uranífera en diferentes países.

En el campo de la geología y estratigrafía el Dr. Stipanicic llevó a cabo extensos estudios de campo en la región de Cuyo y en la Patagonia. Su sentido innovativo lo llevó a ser uno de los principales im-pulsores de la creación del INGEIS y a usar críticamente las dataciones radimétricas como complemento de la información bioestratigráfica. Sus contribuciones se caracterizaron por la vigencia que dio a las enseñanzas recibidas de Pablo Groeber en lo estratigráfico y amonitológico y de Alberto Castellanos en el campo de la paleobotánica. Así sus contribuciones sobre el Triásico de la Argentina y de América del Sur mostraron su versación e interés por el estudio de las floras fósiles, mientras que las correspondientes al Jurásico exhibieron su dominio en la zonación bioestratigráfica basada en amonites.

Estos estudios dieron lugar a diversas publicaciones en las que puso de relieve su dominio del tema. Las síntesis sobre el Triásico y el Jurásico, elaboradas conjuntamente con Pablo Groeber y Alberto Mingramm, siguen siendo referencias clásicas para los especialistas. En todos sus trabajos científicos, el Dr. Stipanicic se reveló como discípulo preclaro de sus maestros Groeber y Castellanos, avanzando en la elaboración y refinamiento del conocimiento existente. Ese interés en construir sobre la obra de sus profesores lo llevo a promover activamente la reedición crítica de las obras completas de Federico Kurtz, quien fuera a su vez maestro de Castellanos. Las diferentes funciones que desempeñó en la Argentina, Irán y Austria dieron como resultado más de 200 informes técnicos referidos a 16 países diferentes. Unos 50 informes fueron efectuados para Yacimientos Petrolíferos Fiscales (1948 - 1956), y están referidos a la geología, geología estructural y estratigrafía de Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Mendoza, San Juan y La Rioja; unos 70 fueron realizados para la CONEA (1956- 1973, 1983-1985) y versan sobre geología, exploración y producción de materias primas nucleares, análisis energéticos y situación del mercado mundial del Uranio; unos 30 son los redactados para el Organismo Nacional de Energía Atómica de Irán (1974-1979), sobre clasificación y favorabilidad geológico-uranífera de áreas de Irán, Níger, Zambia, Pakistán, Mauritania, Gabón, etc. y sobre proyectos de complejos minero-fabriles uraníferos en Sudáfrica, Gabón, Níger y Zambia; y 50 para el Organismo Internacional de Energía Atómica (1979- 1983), sobre programas de asistencia técnica de Naciones Unidas en diversos países. Finalmente efectuó varios informes para la Secretaria de Energía de la Argentina (1983-1987) sobre disponibilidad de recursos uraníferos, equivalentes energéticos de los mismos y planes de desarrollo. Paralelamente efectuó diversas publicaciones científicas sobre diferentes aspectos del Triásico y Jurásico de la Argentina, muchas de las cuales constituyen referencias obligadas en la temática. Entre los numerosos premios que recibió se hallan el Segundo Premio Nacional de la Secretaría de Cultura y Educación de la Nación, el Wallace Atwood del Instituto Panamericano de Historia y Geografía, ambos por el trabajo "Minería" que publicara (1960) conjuntamente con A.R.G.

Mingramm; el Premio Eduardo Holmberg (1969 - 1971) de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; el Juan J. Nágera de la Asociación Geológica Argentina (1990); el Diploma al Merito Paleontológico de la Asociación Paleontológica Argentina (1992); el Premio Luis F. Leloir, otorgado por la Secretaria de Ciencia y Tecnología y por la Organización de Estados Americanos (1993) por su contribución a la Cooperación Científica y Tecnológica Internacional; y el Premio Pellegrino Strobel 2004 de la Universidad de Buenos Aires. A través de su prolongada actividad personal Pedro Stipanicic evidenció dotes sobresalientes que han tenido profunda significación para el campo de la Geología. No solamente se ocupó en prestigiar a la geología a través de su contribución profesional en el campo de la Energía Nuclear y de sus publicaciones científicas sobre estratigrafía y paleontología, sino que lo hizo a través de todas las actividades en las que participó. Así la adquisición de la Casa del Geólogo, de la que participó como Presidente de la Comisión Sede Propia Geólogos (1967-1970), se debió a su visión, y empuje, compartidos con otros prestigiosos miembros de su generación, a los que agregó un desinteresado e importante aporte económico personal.

La misma actitud fue evidenciada en su gestión como Miembro del Directorio y Vicepresidente del CONICET, donde puso en evidencia su inteligencia, espíritu de excelencia, capacidad directiva y organizativa, amplitud de criterios, laboriosidad y vocación de servicio en pos del desarrollo científico nacional e internacional. Resulta difícil definir en pocas palabras una personalidad sobresaliente como la de Pedro Nicolás Stipanicic.

Corresponde si decir que, en todos los aspectos, siempre tuvo como norte la búsqueda de la excelencia. Su natural inteligencia y su enorme capacidad de trabajo estuvieron siempre dirigidas a lograr los mejores resultados en los múltiples temas y aspectos en los que se interesó y le tocó actuar. Así pudo con igual rigor ocuparse de la exploración uranífera como de la estratigrafía y paleontología del Triásico y Jurásico. Pero sus intereses fueron mucho más amplios, tal como lo demostró en los cargos que aceptó ejercer. Así como Vicepresidente del CONICET visitó casi todos los centros científicos del país y se ocupó no solamente de promover la investigación geológica, sino que también trató de contribuir al desarrollo de temas tan diversos como los vinculados con la oceanografía, la ecología o la reforestación andina, por citar algunos de los que lo entusiasmaron.

Pese a que muchas veces parecía distante siempre tuvo una actitud abierta al diálogo y trató de trabajar hasta con aquellos que no compartían sus ideas y criterios. Allí apelaba a su inteligencia y conocimientos para confrontar ideas en un intento claro de convencer con razones fundadas. Todo ello sin perder jamás la calma y, muchas veces, haciendo uso de un humor jovial que quienes no lo conocían podían tomar como una demostración de superioridad, aunque nada fuera mas lejano a sus intenciones. Los mismos rasgos de su personalidad los evidenció en los demás aspectos de su vida. Se puede decir que supo apreciar y disfrutar de todo lo bello y refinado que ha producido el ser humano, desde una mesa bien servida a manifestaciones artísticas u objetos técnicos de distinto tipo. Fue un conocedor de los clásicos, que podía llegar a remarcar diferencias cualitativas entre los "Discursos sobre Tito Livio" y "El Principe" y un amante de la buena música, que entendía y gustaba tanto de los clásicos alemanes como del hot jazz norteamericano.

En sus épocas de estudiante Pedro conoció a quien luego sería su esposa y compañera de toda la vida, María Bonetti, con quien participaría, durante casi 70 años, de casi todos los acontecimientos importantes de la comunidad geológica y paleontológica de la Argentina. Cada uno se constituyó en la única familia del otro y juntos compartieron hechos felices y también sobrellevaron vicisitudes que les toco vivir, como fueron el alejamiento de la Argentina, la salida de Irán tras la caída del Schah o la declinación física final de Pedro. Aun en ante circunstancias negativas Pedro siempre tuvo una actitud optimista y aun en la etapa final de su vida siempre privilegió prioritario cualquier problema que pudiera afectar a María. Pedro fue un hombre de excelencia que realizó importantes aportes a la geología y al país y que siempre prestigió a la profesión geológica en todos los ámbitos en los que actuó. Pero fundamentalmente fue un hombre de bien que puso todo lo que era y tenía al servicio de la sociedad y de sus amigos. No es sencillo plasmarlo en estas pocas líneas de despedida. Puedo si decir que me siento orgulloso de que me haya considerado su amigo.

Títulos

Doctor en Ciencias Naturales recibido en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, 1947.
Doctor en Ciencias Naturales, especialidad Geología del Petróleo, recibido en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, 1947.

Becas obtenidas


Beca otorgada por Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), 1942-1946.

Premios obtenidos

Premio "Eduardo L. Holmberg" otorgado por la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 1969-1971.
Premio "Dr. Juan J. Nágera" otorgado por la Asociación Geológica Argentina, 1990.
Diploma de Honor al Mérito otorgado por la Facultad de Ciencias Naturales y Museología de la Universidad Nacional de La Plata, 1977.
Diploma de Honor otorgado por la Universidad de Buenos Aires, 1960.
Premio "Dr. Juan F. Leloir" otorgado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología, 1993.

Cargos desempeñados


Gerente Director de Materias Primas Nucleares de CNEA, 1960-1973.
Asesor Vice Primer Ministro Irán en Materias Primas Nucleares, 1974-1979.
Oficial Principal a cargo de Materias Primas Nucleares del Organismo Internacional de Energía Atómica, Viena, 1979-1983.
Vice-Presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, 1990-1993. Profesor de Geología III de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, 1956-1959.
Profesor de Paleontología I de la Facultad de Ciencias Naturales y Museología de la Universidad Nacional de La Plata.
Profesor y Director de Cursos de Post-Grado propiciados por el Organismo Internacional de Energía Atómica de Viena y por la OEA.
Miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, desde 1962.
Miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, desde 1993.
Vicepresidente de la Comisión Internacional del Jurásico.
Presidente de la Asociación Geológica Argentina, 1971-1974.
Presidente y Vice-Presidente de la Asociación de Paleontología Argentina, en varias oportunidades.

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José Maria Dupuy y su desconocida contribución a la ciencia argentina.

Boh, J. Daniel y Magnussen Saffer, Mariano (2012). José Maria Dupuy y su desconocida contribución a la ciencia argentina. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 10. 75: 29-34.

Entre las figuras que contribuyeron al conocimiento científico en nuestro país y que permanecieron en el anonimato, se encuentra sin duda el señor José María Dupuy, hijo del cofundador de la ciudad  de Miramar (prov. Buenos Aires) de nombre homónimo. No es exagerada la opinión ya que sus aportes y colaboraciones con las principales instituciones y científicos fue constante y mencionada en perdidos textos.

Miramar y el Partido de General Alvarado ha sido y sigue siendo meta de los estudios de muchos naturalistas, en especial geólogos y paleontólogos. Los estudios estratigráficos de nuestro país concitaron el interés de unos y otros y así Heusser, Claraz, Doering, Bravard, Burmeister, Roth, Florentino y Carlos Ameghino echaron las bases de estas especialidades en nuestro país, siendo atraídos por el entusiasmo que despertaba la interpretación de sucesivos e importantes hallazgos; más adelante se sumaron las investigaciones de Frenguelli, Rovereto, Windhausen, Feruglio, Groeber, Castellanos, Rusconi y Kraglievich, entre los mas destacados, siguiendo con los discípulos de cada uno de ellos.

Todos ellos tuvieron que opinar sobre los terrenos neoterciarios y cuaternarios del litoral marino bonaerense. Su obra en parte fue posible debido a la colaboración de campo que a través de incansables exploradores de nuestro suelo, como Carlos Ameghino y Lorenzo Parodi, permitió obtener materiales de suma importancia para los estudiosos del tema. José Maria Dupuy (h) nació en Buenos Aires el 5 de abril de 1881 y desde niño vivió en Miramar en donde cursó sus estudios. En 1906 se casa con Victorina Arecha y si bien su situación económica no lo obligaba, decide ingresar a la Prefectura de Mar del Plata en 1910. 

Para entones, Florentino Ameghino en 1908 produce el hallazgo de yacimientos del Plioceno en Miramar, Mar del Plata y Necochea; ese año, Florentino realizó tres viajes, el último junto a su hermano Carlos. En uno de sus trabajos Ameghino se refiere al cráneo del hombre de Miramar o cráneo del Arroyo La Tigra. Además en los descubrimientos de dos esqueletos humanos fósiles en el Pampeano Inferior del Moro¨ (Obras Completas y Correspondencia Científica) dice que a 60 Kms.

No mucho tiempo después de este suceso, se comenzaron a encontrar antiguos restos humanos en los alrededores de Miramar, en el sur de la provincia de Buenos Aires. El autor de esos hallazgos era un inmigrante genovés radicado en Necochea llamado Lorenzo Parodi. En septiembre de 1912, las autoridades de la universidad de La Plata preguntaron a Luis María Torres, profesor de esa casa, si durante las vacaciones convenía realizar tareas de campo.

Este contestó afirmativamente e indicó que, por la posibilidad de lograr ricas y numerosas colecciones antropológicas y observaciones estratigráficas, sería oportuno hacerlo en Miramar, Monte Hermoso y Valcheta. Con Torres colaboraba el jefe de paleontología del Museo Nacional de Buenos Aires (actual Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia), Carlos Ameghino, hermano de Florentino e interesado en continuar los trabajos de este sobre la antigüedad del hombre en la Argentina.

El 1 de marzo de 1912 es nombrado Ayudante de 3ª y trasladado a la Ayudantía de Miramar (también llamada Sub-Prefectura) como Jefe. En 1914 es ascendido a Ayudante de 2ª por lo que debe trasladarse a Mar del Plata pero, debido a la simpatía que despertó en los habitantes de nuestra localidad, estos solicitaron su permanencia, aún hasta su nuevo ascenso a Ayudante de 1ª ocurrido en 1925.

Su actividad no le impedía tener tiempo libre para recorrer la costa y recoger toda clase de especimenes, desde fósiles y restos arqueológicos hasta fauna y flora de toda clase, una afición que siempre tuvo y que posiblemente fue heredada de su padre. Esto le permite relacionarse con los grandes museos y sus investigadores, especialmente por su amistad con Lorenzo Parodi, técnico del Museo Nacional de Historia Natural “Bernardino Rivadavia”, que permanentemente recorría el país desde la provincia de Buenos Aires hasta la Patagonia, que además, poseía una "chacra-museo" en lo que es hoy día la Diagonal R. Mitre de la ciudad balnearia.

Carlos Ameghino, da a conocer en un nuevo trabajo cientifico y no tan polemico como los anteriores, los restos fósiles de una nueva especie de Tapirus, un tapir prehistórico que vivió en el Cuaternario bonaerense, al cual bautiza con la especie de “Dupuyi”, en claro homenaje a su descubridor y aportador de material científico interes para su estudio.

En 1917, José María Dupuy sigue entusiasmado luego de la consideraciones que tuvo Ameghino hacia su persona, busca y encuentra varios restos fósiles asociados entre si, Se trataba de huesos de Hippidium, un primitivo caballo americano, que vivió durante el Pleistoceno de la región pampeana. El material según consta en los archivos, fue extraído de Punta Hermengo, sitio fosilífero conocido por notables polémicas citadas, trasportados, estudiados y depositados en el Museo de Capital Federal.

Para entoces, el paleontólogo norteamericano Alex Hrdlika, quien estaba trabajando en la teoría del poblamiento americano como proveniente de Asia hace unos 30.000 años y que entró por el estrecho de Bering (Alaska), estuvo en esta región y criticó la rapidez con que se sacaron conclusiones aquí. Por otra parte el arqueólogo sueco Eric Boman en un trabajo publicado en Chile expresó que le llamaba la atención una supuesta ingerencia de la política en la ciencia argentina.

En fin, estos hallazgos provocaron reacciones de diverso tipo en todo el mundo. Por otra parte hay que recordar que algunos investigadores de convicción religiosa estaban atacando a Ameghino por ser él uno de los primeros entusiastas en tomar las teorías de la evolución de Charles Darwin y que aún hoy algún dormido sigue criticando. Esto provocó que el trabajo científico se llenara de demasiados apasionamientos. 

Se desconfiaba tanto de los descubrimientos que siempre tenía que acudir una comisión para comprobarlos,  como otra que llegó en 1920 a nuestras tierras  formada por científicos que tenían que confirmar nuevos hallazgos. Acudieron Carlos Ameghino, Rodolfo Senet, Estanislao Zeballos, Eric Boman, H. Von Ihering (Brasil) y R. Lehman Nitsche, acompañados por Lorenzo Parodi y José María Dupuy. En la oportunidad se encontró una boleadora en un estrato muy antiguo cuya foto acompaña esta nota.

Al segundo día de su llegada (cuenta Romero en su diario), fue informado de que en todo ese lugar, sus habitantes como así también los ocasionales turistas, encontraban de continuo objetos de piedra, madera y “hueso calcificado” pertenecientes a los grupos aborígenes que habitaron la costa atlántica. Romero se movilizó para conocer algunos de esos hallazgos. Por intermedio del hotelero donde se hospedaba conoció al señor José María Dupuy quién era un entusiasta aficionado a las “cosas raras” como lo llamaba nuestro autor. Una vez llegado al domicilio de Dupuy éste le muestra un pequeño museo en el que encuentra Romero objetos sumamente interesantes, recogidos todos en las inmediaciones del pueblo de Miramar. 

Algunas de las piezas observadas, se parecían mucho, de acuerdo a Romero, a las que habían llegado al Museo de Buenos Aires, procedentes de los hallazgos del arroyo “Las Brusquitas”.

El señor Dupuy, subprefecto del puerto, era poseedor también de algún material análogo al visto por Romero, pero recogido en la costa. Romero luego de haber observado los objetos mencionados, deduce que procedían de los mismos artífices que confeccionaron los instrumentos considerados por él de “edad fantástica”.

También asistía a Carlos Ameghino, hermano de Florentino, en los varios viajes que realizó a nuestra ciudad para trabajar con notables hallazgos. Por otra parte la colección de Dupuy creció de tal forma que hizo construir una ampliación con estantes y exhibidores en el edificio dedicado a la Subprefectura, ubicado en la Rambla, siendo este el primer museo de nuestra localidad y la región, habierto al publico desde 1912.

Debido a esta actividad e interés, el Museo capitalino solicita y obtiene de la Prefectura Marítima su asignación a la vigilancia de los yacimientos de Miramar y zona que mostraban una riqueza muy importante. Entre los visitantes del pequeño museo se encuentra el Presidente Marcelo T. de Alvear y científicos con los que luego mantenía una profusa correspondencia sobre los temas relacionados a sus investigaciones.

En 1925, José María Dupuy encuentra varios restos fósiles de un perezoso gigante extinto, y que vivió durante el Pleistoceno, es decir, has hace unos 10 mil años antes del presente. Este gigante herbívoro fue identificado como  Glossotherium. Cuyos restos recuperados por Dupuy fueron trasladados por su importancia al Museo de Buenos Aires, donde allí aun son resguardados. Según los archivos de la institución, el material procede del ensenadense de Punta Hermengo, en las inmediaciones de la baliza de la ciudad de Miramar.

En 1926 un grupo de vecinos presencia la llegada de una ballena en un avanzado estado de descomposición, quedando varada sobre las restingas de la costa miramarense. En pocas horas se hicieron presentes dos vecinos y reconocidos naturalistas. El primero en llegar fue el sub-perfecto José Maria Dupuy.

El segundo personaje que llego donde estaba la ballena muerta, es decir, el hombre que era ayudado en sus exploraciones y observaciones por el mismo Dupuy, fue el más popular a nivel local y regional. Se trataba de Lorenzo Parodi, un emigrante genovés. Fue un prestigioso recolector de fósiles de principios de siglo. El mismo protagoniza polémicos hallazgos que fortalecían las teorías del origen terciario del hombre americano que sostenía nada mas ni nada menos que el sabio Florentino Ameghino, de los cuales, hemos mencionado mas arriba.

Volviendo al nuevo cetáceo varado en 1926, ambos naturalistas se encargaron de diseccionar, procesar y trasladar el esqueleto hasta la estación del ferrocarril argentino, para ser trasladado hasta Buenos Aires, ya que ambos pioneros eran colaboradores directos del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Hoy el esqueleto completo de este ejemplar se encuentra resguardado el deposito de dicha institución, y el cráneo se encuentra exhibido en la sala de mamíferos del primer piso del Museo Capitalino. El espécimen media 26 metros de largo y pesaba unas 130 toneladas.

Para el otoño de 1928, en otras de las tantas caminatas y exploraciones a caballo o bote que realizaba José María Dupuy por todas las playas en las inmediaciones de Miramar en busca de nuevos especimenes para su pequeño museo y para aportar a la ciencia, hallo a pocos metros del recién construido muelle de pesca del pueblo, restos fósiles de un Gravigrado de importante dimensiones. En esta oportunidad, el material fue extraído y transportado a carro en conjunto con otro notable científico de la época, el Dr  kraglievich, según los archivos del Museo Argentino de Ciencias Naturales.

También se le realizó un homenaje al colocársele su nombre a una nueva especie de Tapir prehistórico, el Tapirus dupuyi  (C. Ameghino, 1916). En el año 1930 fue destinado a la Subprefectura de Tigre siendo destacable que, con diversos artículos periodísticos, la comunidad manifestó su pesar por el alejamiento. Luego es destinado a San Isidro en donde realiza una gran mejoría en las prestaciones de la institución. En 1936 finalmente se retira, manteniendo su interés por las ciencias naturales, que continúa con entusiasmo y paciencia.

Dupuy fallece el 10 de diciembre de 1973 y sus restos descansan en el cementerio de Miramar, en el panteón familiar.

Su colección y pertenencias fueron donadas por sus hijos, Arminda, Irma y Horacio a nuestro museo en 1978, perdiéndose algunas piezas por la negligencia de ese entonces, aunque afortunadamente sus elementos personales y correspondencia siguen en la institución, los cuales han sido varias veces material de consulta muy valioso para recientes trabajos de revisión histórica sobre la ciencia de aquella época, a la que él contribuyó en gran medida, manteniendo una modestia que lo hizo querido y respetado por los que lo conocieron.

Bibliografía Sugerida.

Boh, Daniel. José Maria Dupuy (h) y el Primer Museo en Miramar. Revista El Espigon. Numero 38.

Cattoi, N. 1951. El "Status" de Tapirus dupuyi (C. Amegh.). Comunicaciones del Instituto Nacional de Investigaciones de las Ciencias Naturales, Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", Ciencias Zoológicas 2 (8):103-112.

Magnussen Saffer, Mariano (2009). Reseña histórica de la evolución de la Ciencia Paleontológica en la Republica Argentina desde 1772 a 1910. Paleo, Boletín Paleontológico. Año 7. 41: 07-09.

Revista Guardacostas año XXI Nº 56 1985

Archivo Museo Municipal Punta Hermengo

 


Dr. Anselmo Windhausen

Un alemán explorado en la patagonia inhóspita.

Rodolfo Anselmo Windhausen Rodolfo Anselmo Windhausen Rodolfo Anselmo Windhausen Rodolfo Anselmo Windhausen

Fragmento del articulo publicado originalmente: Rodolfo A. Windhausen, Miami - Estados Unidos:: www.awindhausen.blogspot.com

Rodolfo Anselmo Windhausen Rodolfo Anselmo Windhausen Rodolfo Anselmo Windhausen Rodolfo Anselmo Windhausen

Anselmo Windhausen nació en Lingen, Alemania, el 20 de abril de 1882. Estudió en el Gymnasium de Hildesheim y en las universidades de Berlín, Munich y Gotinga, donde tuvo como maestros a célebres hombres de ciencia como Ferdinand von Richthofen, Wilhelm Roentgen, Karl von Zittel, Wilhelm von Branca y Adolf von Koenen.

Inició sus tareas científicas en la famosa Caverna del Unicornio, en las montañas del Harz y trabajó en el Instituto Geológico-Paleontológico de Gotinga y en el Museo Roemers de Hildesheim, dirigido por Rudolf Hauthal y F. von Huene.

Se graduó en 1907 con una tesis sobre el relevamiento geológico de la región del oeste de Hildesheim y fue designado encargado de Geología y Paleontología del Museo Provincial de Hannover.

El 20 de abril de 1909, cuando cumplía 27 años, fue contratado por la División Minas y Geología del Ministerio de Agricultura de la Argentina, país al que se trasladó poco después. Realizó sus primeros estudios geológicos de la Argentina en Mendoza, en 1909-1910 y participó en la Exposición del Centenario en Buenos Aires. Comisionado por el gobierno argentino, organizó la muestra de Minas y Geología en la Exposición Internacional de las Industrias y del Trabajo en Turín y Roubaix, en la que obtuvo un “grand prix”.

Entre 1912 y 1913 hizo sus primeras exploraciones en el norte de la Patagonia para ocuparse de los afloramientos de petróleo que se habían producido en la región de Cerro Lotena, en Neuquén.

En septiembre de 1913, aconsejó la explotación de petróleo en la zona que hoy es el yacimiento de Plaza Huincul, en una histórica conferencia que pronunció en la Sociedad Científica Argentina a la que asistieron el ing. Enrique M. Hermitte y el renombrado naturalista Angel Gallardo. (Sin embargo, el mérito del descubrimiento de Plaza Huincul, erróneamente atribuido a su jefe en Minas y Geología, el Dr. Hans Keidel, no le fue reconocido hasta 1972, casi 60 años después).

En 1914, fue designado comisionado de Minas del pabellón argentino en la Exposición Panamá-San Francisco en Estados Unidos, país que recorrió extensamente durante un año y donde se puso en contacto con paleontólogos y geólogos norteamericanos como A. E. Ortmann, W. D. Matthew y otros, para el intercambio de información científica sobre la Patagonia.

En 1916 reanudó sus estudios geológicos en la zona de Río Negro y Neuquén acerca de los límites entre el Cretáceo y el Jurásico y publicó sus conclusiones en el American Journal of Science (1918) de los Estados Unidos, en las que estableció el concepto y la nomenclatura de las llamadas “capas de Jagüel”.

Entre 1917-1919 estudió las capas de dinosaurios de Neuquén. Extendió sus exploraciones a la zona sur del lago Nahuel Huapí, el río Chubut y Puerto Madryn y publicó trabajos sobre la fauna del Neocomiano en la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, Argentina, de la que fue miembro, y mantuvo un activo intercambio sobre las teorías de Florentino Ameghino con científicos de renombre como su compatriota Hermann von Ihering, director del Museo Paulista y A. E. Ortmann, del Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburg.

En 1919 fue designado para trabajar en la Dirección General de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales (luego YPF) y se le encargó la exploración y el relevamiento geológico de la zona petrolera de Chubut y Santa Cruz, cuyas conclusiones publicó en la Argentina y Alemania.

Se nacionalizó argentino en 1920.

Tras una fuerte polémica con el director de la entonces nueva empresa estatal de petróleo YPF, coronel Enrique Mosconi, se reintegró en 1923 a Minas y Geología.

En 1924 publicó su estudio sobre la región del golfo de San Jorge que, durante años, fue la base de la exploración y explotación del petróleo en esa zona de la Patagonia. Además, contribuyó al conocimiento del Bosque Petrificado de Santa Cruz (hoy Bosque Petrificado Cerro Cuadrado), del que envió muestras de fósiles ("Araucaria mirabilis (Speg.) Windhausen") a su colega alemán Walter Gothan, célebre paleontólogo, para estudiarlos en Alemania.

Recomendó la explotación del lignito de lo que luego fue el yacimiento de Río Turbio y recorrió extensamente la región de Lago Argentino en Santa Cruz. En la misma época, abogó infatigablemente por la creación de parques nacionales con el ingeniero Horacio Anasagasti, ex comisionado del pabellón argentino en la exposición de Panamá-San Francisco, y otros naturalistas.

En 1924, publicó un artículo titulado "El nacimiento de la Patagonia", en el que propuso, de manera pionera, la aplicación de la teoría de la deriva de los continentes, de Alfred Wegener, al estudio de la geología sudamericana.

En 1925 colaboró activamente, como miembro fundador de la Sociedad Argentina de Geografía (GAEA), en la expedición del buque oceanográfico alemán ‘Meteor” que estudió el Atlántico sur con sondeos sónicos.
 

En 1926 fue designado profesor de Geología y Paleontología en la Escuela del Doctorado en Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba. En 1928, la Sociedad de Geografia de Berlín le concedió la medalla “Gustav Nachtigal” junto al geógrafo alemán Fritz Kuehn por sus contribuciones al conocimiento de las ciencias de la Tierra.

En 1929, publicó el primer volumen de su “Geología Argentina” (Ed. Jacobo Peuser, Buenos Aires). En la misma época trabajó como consultor privado de la empresa norteamericana Electric Bond and Share para la construcción de un dique en la zona de Anisacate, Córdoba.

Ese año fue fundador de la Sociedad Argentina de Minería y Geología y viajó a Alemania, invitado por el renombrado geógrafo alemán Albrecht Penck, para recibir finalmente la medalla Nachtigal. Disertó en enero de 1930 en esa Sociedad sobre el tema “Bau und Bild Patagoniens”, presentado por Penck.

En 1931, publicó el segundo tomo de la “Geología Argentina”, dedicado a la geología regional e histórica. Su obra fue durante varios decenios libro de consulta obligado y a él incorporó, como en sus trabajos anteriores, una visionaria concepción de la teoría de las derivas continentales de Wegener para interpretar la geología de la Argentina.

En abril de 1931 propuso a YPF, a través de la Universidad Nacional de Córdoba la creación de un programa de becas para estudiantes de ciencias naturales que benefició a varias generaciones de geólogos argentinos.

Tras un viaje a la Patagonia en el verano austral de 1931-32, Anselmo Windhausen sufrió una embolia cerebral y falleció en Buenos Aires el 2 de abril de 1932, a pocos días de cumplir 50 años.

Póstumamente, en 1935, un jurado que integraba el luego Premio Nobel Bernardo Houssay le otorgó el segundo Premio Nacional de Ciencias por su “Geología Argentina”.

(Texto redactado por su nieto Rodolfo A. Windhausen, sobre la base de la colección del Dr. Windhausen que se conserva en los Estados Unidos).

Una acertada profecía política de Windhausen. Windhausen y las tesis de Ameghino.

En la Biblioteca Cultural del Estado de Prusia (Saatsbibliothek Preussicher Kulturbesitz), en Berlín, se conserva una carta de Anselmo Windhausen, fechada el 2 de junio de 1916, a su colega alemán Hermann von Ihering, que fuera director del Museo Paulista y destacado paleontólogo.

Refiriéndose a las polémicas que agitaban la ciencia en la Argentina tras la muerte de Florentino Ameghino, ocurrida en 1911, Windhausen dice que “ahora que Ameghino ha muerto persiste el ingrediente de nacionalismo y chauvinismo en el Ameghinismo”. Sostiene que “quienes más gritan y chillan (...) son quienes menos conocen la obra de este gran hombre”
Debido a la ola de “Ameghinismo”, agrega que será necesario administrar “en dosis homeopáticas” los nuevos conceptos científicos que cambian los del gran naturalista.

Y en una carta de la misma época que se conserva en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, dirigida al eminente paleontólogo norteamericano W.D. Matthew, Windhausen escribió:  “Nadie puede negar el gran mérito de Ameghino en la paleontología sudamericana, pero su esquema estratigráfico no se apoya, en gran medida, en observaciones” (de campo).

Como fue característico de su personalidad científica, Windhausen prefería guardar un silencio prudente hasta que se calmaran las apasionadas polémicas que agitaban a las ciencias en la Argentina de su tiempo, antes de descartar públicamente, como lo hizo años más tarde, varias de las tesis de Ameghino.

Fuente: Rodolfo A. Windhausen, Miami - Estados Unidos: windha@gmail.com y windha1@comcast.net. Visite: www.awindhausen.blogspot.com

bibliografia Anselmo Windhausen bibliografia Anselmo Windhausen bibliografia Anselmo Windhausen Anselmo Windhausen

 


Pedro Scalabrini, un naturalista buscador de fósiles.

Por Mariano Magnussen Saffer. Grupo Paleo. Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar. Fundación Argentavis. marianomagnussen@yahoo.com.ar. Tomado de; Magnussen Saffer, Mariano. 2015. Pedro Scalabrini, un naturalista buscador de fósiles. Paleo Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año XIII. 134: 11-13. 

Pedro Scalabrini, fue un importante naturalista argentino, que nacio el 21 de diciembre de 1848 en Italia.

Llegó a la Argentina a los 19 años de edad, estableciéndose en la provincia de Entre Ríos. Entre 1868 y 1870 se desempeñó como profesor de Historia en el colegio Paraná de la provincia de Entre Ríos. En 1870 fundó en Buenos Aires la escuela particular «Florencio Varela», que luego fuera utilizada como centro de atención sanitaria durante la epidemia de fiebre amarilla en 1871.

En Paraná abre el colegio «Sud América» del que fue director durante un breve período y en 1872 comenzó a dictar cátedras de Historia general, Filosofía y Ciencias naturales en la Escuela Normal. Integró el Concejo Deliberante de la ciudad y, siendo vicepresidente del cuerpo, en 1878 estuvo al frente del gobierno local.

Pedro Scalabrini estaba casado con Ernestina Ortiz, integrante de una familia tradicional de Entre Ríos. Entre sus hijos destaca el intelectual argentino Raúl Scalabrini Ortiz.

Su faceta de explorador lo llevó a dedicarse desde 1870 hasta 1910 a la búsqueda de restos fósiles, logrando grandes colecciones de especies conocidas y desconocidas, muchas de las cuales se exhibieron en el museo de Paraná y otras en el Museo de Buenos Aires, la Escuela Normal de Paraná, el museo provincial de Corrientes, el Museo Escolar Argentino y también en colecciones particulares.

En 1884 logró la fundación del Museo Provincial de Paraná (también conocido como Museo Scalabrini) por parte del gobernador Eduardo Racedo, institución creada en base a sus colecciones de fósiles y de la cual fue el mentor, organizador y director.

Este museo funcionó en la casa particular de Scalabrini hasta 1888. En 1890 Scalabrini renunció a la dirección y en 1904 la institución cerró. El material se trasladó al Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Antonio Serrano.

En 2012 el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Antonio Serrano de la ciudad de Paraná recibió la donación de manuscritos y materiales pertenecientes a Pedro Scalabrini, de parte de su nieta, Matilde Scalabrini Ortiz. El museo ya contaba con numerosos elementos del naturalista, por lo que con esta donación más la incorporación de otras obras que se encuentran en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), la colección relacionada con Scalabrini en esta institución se convierte en la más extensa y completa.

Más adelante, en Buenos Aires, reorganizó el Museo Escolar Sarmiento donando nuevamente parte de sus colecciones y fundó la Asociación Nacional del Profesorado. A lo largo de su vida Scalabrini participó en congresos científicos en Argentina y Uruguay, formó parte de instituciones científicas y literarias y fue un militante de la masonería.

Escribió varias publicaciones, aun de consideración académica, como “Nuevos restos de mamíferos fósiles oligocenos, recogidos por el profesor Pedro Scalabrini y pertenecientes al Museo Provincial de la ciudad del Paraná”, en colaboración con Florentino Ameghino, en 1885 entre otros.

Pedro Scalabrini, falleció el día 24 de abril de 1916.

Fuentes:

Scalabrini, Pedro. Programa de Divulgación Científica - Facultad de Matemática Astronomía y Física - Universidad Nacional de Córdoba. Consultado el 30 de octubre de 2013.

Educadores argentinos. Scalabrini, Pedro». Unipe. Universidad Pedagógica Buenos Aires. Consultado el 30 de octubre de 2013.

El científico Pedro Scalabrini tendrá una sala especial en el Museo Serrano». Ministerio de Cultura y Comunicación. Gobierno de Entre Ríos. 24 de septiembre de 2012. Consultado el 30 de octubre de 2013.

Masones ilustres argentinos». Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Consultado el 30 de octubre de 201

Scalabrini, Pedro, en Wikipedia.

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