Confirman
el carácter antropoide de un fósil de hace 40 millones de años.
El fósil de una mandíbula
casi completa de 'Pondaungia Cotteri' ha confirmado el estatus
antropoide de este primate que vivió hace 40 millones de años, según
los autores de un artículo que publica la revista 'Proceedings'.
Los restos, encontrados en Birmania, contienen el primer conjunto
completo de dientes premolares del 'Pondaungia' y pueden arrojar luz
sobre el desarrollo temprano de los antropoides, los más
evolucionados de las dos ramas principales de los primates. El tamaño,
la forma y la orientación de los premolares son muy parecidos a los
de los 'Anfipitecus', un segundo primate fósil de la región. Las
comparaciones de la nueva mandíbula con especímenes de
'Anfipitecus', plantean, según los investigadores, la posibilidad
de que ambos primates representen realmente a machos y hembras de la
misma especie.
Hallan
numerosos restos fósiles de dinosaurios en Morella.
Varias piezas de huesos
fósiles de dinosaurios, entre los que se encuentra un gran
fragmento de fémur, han sido hallados en el término municipal de
Morella (Castellón), en una zona conocida como la Dena del Moll,
según informaron hoy fuentes municipales. Los trabajos previos a la
explotación en una finca rústica de esta zona de una cantera de
las arcillas que se utilizan en las fábricas cerámicas de La
Plana, han dejado al descubierto piezas de huesos fósiles muy bien
conservados, según explicó José Miguel Gasulla, responsable del
seguimiento paleontológico de los trabajos de la cantera. Gasulla
explicó que la mayor parte de los restos encontrados formarían
parte de la extremidades de estos animales, aunque precisó que aún
es muy pronto "para poder determinar la especie a la que
pertenecerían" estos huesos fósiles. El alcalde de Morella,
Joaquín Puig, manifestó que este nuevo yacimiento de restos de
dinosaurios podría "revitalizar" el proyecto de crear en
esta localidad, situada el norte de la provincia de Castellón, un
gran museo paleontológico del arco mediterráneo ligado al centro
de interpretación de la naturaleza que se pretende instalar en el
monte de Vallivana, donde se hallaron icnitas de dinosaurios.
"Este museo paleontológico -dijo Puig- debería formar parte
de una gran ruta de los dinosaurios que uniera Morella, el museo del
dinosaurio de Peñarroya de Tastavins, en la comarca aragonesa del
Matarraña, y los yacimientos de icnitas de La Rioja".
El
análisis del corazón de un dinosaurio demuestra que tenían sangre
caliente.
El hallazgo prueba que
comparten más similitudes con los mamíferos y las aves que con los
reptiles.- Esta es la primera vez que puede estudiarse este órgano
ya que las partes blandas suelen destruirse en el proceso de
fosilización. Un nuevo descubrimiento podría cuestionar algunas de
las teorías sobre cómo y cuándo evolucionaron los dinosaurios. Un
grupo de paleontólogos estadounidenses ha encontrado el corazón
fosilizado de un Tescelosaurus que vivió hace 66 millones de años.
Los estudiosos han llegado a la conclusión de que su corazón
bombeaba sangre caliente y de que era más parecido al de las aves y
mamíferos que al de los reptiles. Esta es la primera vez que puede
estudiarse el corazón de un dinosaurio, ya que las partes blandas
suelen destruirse en el proceso de fosilización. Según la revista
‘Science’, el dinosaurio es un Tescelosaurus, un animal herbívoro
del tamaño de un caballo pequeño que vivió en Estados Unidos
apenas un millón de años antes de que estos misteriosos animales
se extinguieran en todo el mundo. Mediante técnicas avanzadas de
rayos X y tomografía computerizada, los investigadores, del Museo
de Ciencias Naturales y de la Universidad de Carolina del Norte,
pudieron descubrir las cuatro cámaras que posee el corazón y también
la vena aorta. Este tipo de distribución del órgano sugiere que el
corazón del Tescelosaurus, al que han bautizado como Willo, era más
parecido al que hoy tienen los pájaros, e incluso los mamíferos,
que al que poseen los reptiles. También sugieren que el animal tenía
sangre caliente y un fuerte metabolismo, lo que corrobora que los
grandes saurios habían iniciado una lenta etapa de transición de
los reptiles a las aves. Tradicionalmente, los dinosaurios han
estado considerados especies próximas a los reptiles, que tienen
dos venas aortas y un corazón de estructura única, que permite la
mezcla de sangre de los pulmones, rica en oxígeno, con la sangre
que ha perdido esa riqueza en su circulación por el organismo. Pero
ese no es el caso del Tescelosaurus, que significa algo así como «lagarto
espléndido». El propio hecho de encontrar el corazón de este
animal ya supone un gran avance, porque hasta ahora se habían
encontrado tejidos, pero no un órgano completo de la importancia
del corazón, lo que ha sido posible mediante imágenes de rayos X.
El esqueleto del dinosaurio estaba comprimido por efecto de los 66
millones de años de proceso de fosilización que ha sufrido y el
orden de los estratos fósiles se había alterado. La conservación
de las partes blandas de los dinosaurios depende en buena medida de
la composición del terreno en que queden enterrados los restos. En
el caso de Willo, el Tescelosaurus estudiado, parece ser que su
cuerpo fue cubierto por una fina capa de limo y arena que provocó
un proceso químico que se conoce como «saponificación» y que
permite que la fosilización pueda ser más duradera, según han
conjeturado los científicos. Una parte del dinosaurio, la
izquierda, se ha perdido por la erosión, pero la parte derecha del
cráneo, la columna vertebral, las costillas y la cola son visibles
y se exhiben en el Museo de Ciencias Naturales de Carolina del
Norte. Los científicos han llamado la atención sobre la
importancia de buscar posibles tejidos en los restos que se
encuentren de dinosaurios, porque creen que pueden haberse pasado
por alto algunos órganos de estos animales debido a la idea de
numerosos paleontólogos de que la fosilización sólo conserva las
partes duras.
Descubren
un Huevo de Ave de 20 millones de años.
Olga Amo, investigadora
del Departamento de Paleontología de la Universidad de Zaragoza,
estudia ya un huevo fósil de ave –el primero que se encuentra en
España de sus características–, aparecido recientemente en la
localidad de Jatiel. El huevo fósil es del Mioceno Inferior y tiene
20 millones de años. Hace menos de dos meses Luis Mames, un
aficionado a la paleontología vecino de Escatrón, encontró
durante un paseo un vestigio que le sorprendió. Dividido en dos
trozos halló lo que parecía ser un huevo de ave de unos cinco centímetros
de altura. Entregó la pieza, casi completa, a Eladio Liñán,
catedrático de Paleontología de la Universidad de Zaragoza. Y éste,
a su vez, se la cedió a una de las pocas especialistas españolas
que se ocupan de este tipo de restos fósiles, Olga Amo. Esta joven
investigadora del departamento realizó su tesis doctoral sobre los
fragmentos fósiles de cáscara de huevo encontrados en Galve, y
habitualmente estudia piezas de este tipo. «Lo que convierte en
importante a este fósil –asegura– es el hecho de que es muy difícil
que cristalice un huevo de estas características, ya que
habitualmente lo que encontramos los paleontólogos son fragmentos
de cáscara y no el huevo en sí. La pieza fue hallada en un nivel
geológico que corresponde al Mioceno Inferior, es decir, que tiene
una edad de unos 20 millones de años. Y de esta época lo que se
suelen encontrar son huevos más grandes y con cáscaras más
gruesas, como de avestruz, por ejemplo». La pieza tiene aún
adheridos tres pequeños fragmentos de cáscara, que son los que van
a dar la clave para los estudios que se van a emprender. «El
espesor, el color, la forma y el tamaño nos indican claramente que
se trata del huevo de un ave que tuvo el tamaño de una gallina
actual o quizá algo superior. Lo fantástico en este caso es que no
sabemos prácticamente nada de cómo eran o vivían las aves en el
Mioceno Inferior, por lo que todos los datos que podamos extraer al
fósil van a ser importantísimos», asegura Olga Amo. La primera
tarea que se va a realizar va a ser el estudio de los fragmentos de
cáscara a través del microscopio electrónico. Se analizará su
estructura y la forma en que ha cristalizado el carbonato. Y a
partir de ahí, mediante comparación con restos de huevos actuales
y de fósiles hallados en otros lugares, se establecerán las
primeras conclusiones. Posteriormente se realizará una radiografía
a la pieza para comprobar si el huevo estaba fecundado. Si el
resultado es positivo, los especialistas podrían disponer de datos
valiosísimos sobre cómo era la gestación de las aves hace 20
millones de años.
Respetarán
las huellas fósiles de dinosaurio.
Las obras de la
carretera nacional 232, que se están realizando entre Xert y el
Barranco de la Bota (en el término de Morella) respetarán las 13
icnitas de dinosaurio halladas en 1997. Así lo hicieron constar
ayer el Ministerio de Fomento y la empresa adjudicataria de las
obras -que ya se están ejecutando- en una reunión que mantuvieron
con el Ayuntamiento de Morella. Tanto Fomento como la empresa se
comprometieron además, a construir unos accesos desde la carretera
hasta el Centro de Interpretación que pretende habilitar el
consistorio morellano junto a las icnitas de dinosaurio. Así mismo
por parte de Fomento también se actuará para adecuar el entorno
del futuro centro. Construcción de un túnel. La empresa también
construirá un túnel que permitirá cruzar el trazado de la
carretera. Este pasadizo comunicará la losa en la que se hallan las
icnitas, con el Centro de Interpretación, que se ubicará en un
edificio próximo que será restaurado. El problema que planteaba el
consistorio morellano es que el centro y las icnitas estarían
separados por la carretera, aunque finalmente el problema ha quedado
solventado. Por otra parte la empresa adjudicataria de las obras ha
recibido una carta de la Conselleria de Cultura, en la que le insta
a contar con un paleontólogo, que realice un seguimiento de las
mismas, ya que en algún movimiento de tierras que se pudiese
realizar podrían aparecer nuevas huellas de dinosaurio. Este punto
ha sido aceptado por la empresa y Fomento. El paleontólogo deberá
nombrarse en los próximos días. El seguimiento requerido por la
Conselleria es semejante al que se está llevando a cabo en la mina
de arcilla de Morella, donde el trabajo entre empresa y arqueólogos
permitió hallar varios huesos de dinosaurio. En otro orden de
cosas, la próxima semana se desplazarán hasta Morella técnicos de
la Conselleria de Cultura, acompañados del Catedrático de
Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid, José Luis
Sanz, uno de los más reconocidos expertos en la materia. Sanz
visitará la zona de las icnitas y también el yacimiento de la mina
de la Dena del Moll. Así mismo el profesor también tiene previsto
visitar Cinctorres, para comprobar los hallazgos habidos en los últimos
años. Sanz es autor de varios estudios sobre los restos de
dinosaurio encontrados las llamadas Capas Rojas de Morella.. Estudio
de las icnitas. El Ayuntamiento de Morella se reunirá con
representantes de la conselleria de Cultura para tratar de
desbloquear la investigación en la zona de las icnitas de
Vallivana. Desde hace más de dos años el consistorio morellano
tiene solicitada una autorización para realizar excavaciones en los
alrededores de la losa de las huellas, para comprobar si hay más
vestigios de dinosaurios. Hasta el momento las investigaciones han
sido vetadas por Cultura.
Unos
fósiles adelantan la época en que el hombre salió de África.
Cráneos de homínidos
de Georgia tienen 1,7 millones de años. Un cráneo fósil casi
completo y otro incompleto, que representan los antepasados humanos
más antiguos conocidos de Eurasia, pueden ser de los primeros homínidos
que salieron de África. Investigadores que han estudiado estos fósiles
del yacimiento de Dmanisi (república de Georgia) han concluido que
tienen 1,7 millones de años de antigüedad, lo que adelanta la
salida del hombre de África en 700.000 años. Son muy pocos fósiles
para hacer una afirmación general, pero los autores del estudio
afirman, en la revista Science de hoy, que éstos de hace 1,7
millones de años son los primeros descubiertos fuera de África que
muestran claros indicios de que su genealogía procedía
directamente de África, que se considera la cuna de la humanidad
actual. La edad y las características de los cráneos de Dmanisi
los relacionan con la especie primitiva Homo ergaster , una especie
que algunos investigadores creen que es la versión africana del
Homo erectus. La mayor parte de los científicos cree que el Homo
erectus fue la primera especie de homínido que abandonó el
continente africano, aunque el debate sobre quiénes y cuándo lo
hicieron se prolonga desde hace décadas. Según el escenario clásico,
esta especie, armada con las herramientas acheulenses, en forma de
hachas de dos caras, fue la primera especie capaz de enfrentarse a
los desafíos ambientales del exterior. Sin embargo, los fósiles de
Dmanisi se han encontrado junto a herramientas de piedra de un tipo
que en África se dio mucho antes que las acheulenses. Estas
herramientas, junto a la anatomía de los fósiles y la datación
del yacimiento "dan argumentos a la hipótesis de migraciones
anteriores al exterior de Africa".Los cráneos fueron
encontrados en el verano de 1999 en el curso de investigaciones
arqueológicas en el castillo medieval de Dmanisi. Los dos se
extrajeron del mismo estrato que una mandíbula de homínido que fue
encontrada allí en 1991 y de la que se desconocía la especie.
"Fue una sorpresa estupenda encontrar estos cráneos",
afirma David Lordkipanidze, del Museo Estatal de Georgia, quien señala
que los dos cráneos, bien conservados, pueden ser comparados con
los de otras especies de humanos. Este análisis ha dado como
resultado que son muy similares al Homo ergaster del conocido
yacimiento de Koobi Fora, en Kenia. El yacimiento de Dmanisi, además,
tiene muchas características cronológicas fiables, que han
permitido concluir que es contemporáneo del Koobi Fora. En este
caso, un dato clave para retrasar la edad hasta los 1,7 millones de
años fue el hallazgo de restos de unos roedores que vivieron en
aquella época. Además se han recuperado más de 1.000 herramientas
de piedra, del tipo que empezó a aparecer en África hace 2,4
millones de años, lo que también apoya la gran antigüedad del
yacimiento. La razón de que aquellos homínidos abandonaran tan
pronto Africa puede ser, según los investigadores, que necesitaban
alimentos más ricos en proteínas que sus antepasados de menor tamaño.
La
fiebre de los dinosaurios vuelve a Chicago.
Rufino Yegros - Cientos
de persona hacen cola delante del museo Field de Chicago para ver el
esqueleto de Tiranosaurio Rex más completo y mejor conservado de
cuantos existen en el mundo. Y la presentación de la “criatura”
no ha podido ser más americana: las decenas de personas que
abarrotaban la sala principal del museo rompieron en un estruendoso
aplauso cuando cayó la lona protectora y el esqueleto se reveló
entre un torbellino de humo, música y focos. El esqueleto ha sido
bautizado como “Sue”, en honor a la buscadora de fósiles Sue
Hendrickson, que fue la que lo descubrió en 1990. El museo adquirió
el dinosaurio por algo más de 8 millones de dólares. Para cubrir
en parte el coste de exhibición y restauración de la criatura de
67 millones de años, el museo se ha aliado con las cadenas
McDonalds y Disney. Las dos empresas podrán incluir a la criatura
en las promociones que deseen.
El
emperador de los dinosaurios.
El esqueleto de Sue, en
el Field Museum de Chicago (EE UU) (AP). Uno de los grandes mitos de
la cultura, el gigantesco y aterrador Tyrannosaurus rex, está desde
el pasado miércoles expuesto a la pública admiración en el Field
Museum de Chicago. Tras 67 millones de años, Sue, casi completo, el
más perfecto ejemplar del T. rex que ha visto la humanidad, vuelve
a la vida. Los niños que asistieron a la presentación del fenómeno
recibieron con escalofríos la noticia de que -en contra de lo que
se decía en Parque Jurásico, cuando el paleontólogo recomienda a
los niños que no se muevan porque así el monstruo no les verá-
Sue se regía por el olfato y que, hicieran lo que hicieran, los
pequeños no serían más que una croqueta para el gigante. La
presentación del vecino más esperado fue una fiesta en el Museo de
Historia Natural, con música creada para la ocasión, luces y
discursos. Sue toma su nombre de la cazadora de dinosaurios Susan
Hendrickson, que halló el fósil hace 10 años en una reserva sioux
de Dakota del Sur. La descubridora decía que el hallazgo fue para
ella como si le hubiese tocado cinco veces el gordo de la lotería y
explicaba el poder magnético de esos huesos: "La gente cree en
monstruos, en dragones, en seres gigantescos, y aquí tenemos uno
que es de verdad. Yo misma todavía estoy que no me lo creo".
La puesta en escena es espectacular. Sue, cuyo sexo se ignora, pero
que es tratada como hembra por su nombre, ha sido colocada al fondo
de la galería principal, en la amenazadora actitud del gigante carnívoro
que está devorando una pieza y se ve distraído por unos intrusos,
los visitantes que se acercan. El monstruo, que pesaba 6,5 toneladas
en vivo, mide 13,5 metros de largo, y en la disposición del museo,
cuatro de altura, la misma que en las caderas. Sue y los suyos
reinaron unos dos millones de años. Sólo hay otra veintena de fósiles
de T. rex en el mundo, pero Sue es más completo, con el 90% de su
osamenta perfectamente conservada, 250 huesos originales que ya han
empezado a revelar secretos. La cabeza mide 1,5 metros y pesa 272
kilos, demasiados para ser montados junto al resto, por lo que el
esqueleto va rematado por una testa de una aleación ligera. La de
verdad -descomunal y mucho más impresionante que todo el conjunto,
al poderse ver desde unos centímetros de distancia en la primera
planta- tiene 55 dientes para desgarrar y masticar, los más grandes
como robustísimos puñales serrados con 30 centímetros de hoja.
Sue es espectáculo, tanto que el museo espera incrementar en un 20%
su número de visitantes: no en vano pagó en 1987 la inesperada,
por alta, cifra de 8,4 millones de dólares en una subasta de
Sotheby's a cambio del privilegio. Pero además, Sue es ciencia. El
montaje ha sido realizado de tal manera que los huesos pueden
sacarse de uno en uno para su estudio y no hay duda de que se van a
producir grandes hallazgos. "Sue murió de vieja, aunque no
sabemos con cuántos años, tras una vida muy larga y activa",
aventura John Flynn, jefe de paleontología del museo. "Creo
que los dinosaurios podían llegar a vivir 100 años". Sue ha
permitido avanzar en la tesis de que los dinosaurios están
emparentados con las aves y especular con que el T. rex no era tan rápido
y que quizá no podía ni correr. Entre los misterios pendientes: cuál
era el color de su piel, si tenía sangre caliente y para qué le
servían unas cortísimas patas delanteras que no le llegaban a la
boca.
Los
fósiles jurásicos más antiguos de España.
Uno de los hallazgos
realizados por el equipo dirigido por el geólogo José Carlos García-Ramos,
según afirmaron expertos de la Patagonia (Argentina), es el más
antiguo de todos los que se han documentado hasta la fecha en España.
Este descubrimiento, realizado en la costa comprendida entre Colunga
y Villaviciosa, será uno de los contenidos que el equipo asturiano
presentará en un congreso que se celebrará en Portugal en el mes
de octubre. El profesor de Biología de la Universidad Nacional
Comodoro Rivadavia, en la Patagonia, y experto en restos óseos de
dinosaurio, Rubén Martínez afirmó, durante una visita a la playa
colunguesa de La Griega, que uno de los hallazgos llevados a cabo
por el equipo dirigido por el investigador José Carlos García-Ramos
en la costa oriental situada entre Colunga y Villaviciosa puede «ser
el más antiguo de España». «Hay materiales que documentan la
presencia de un grupo de dinosaurios en Asturias por primera vez»,
señaló el experto en restos óseos Rubén Martínez, quien indicó
que se trata de un grupo de dinosaurios saurópodos herbívoros
pertenecientes a dos familias, camarasáuride y diplodóside. «Son
los primeros registros de este tipo en Asturias», insistió Martínez.
El investigador argentino se encuentra en Asturias junto con Marcelo
Luna, técnico del departamento de Biología en la Universidad
Comodoro Rivadavia, a través de un proyecto de colaboración
impulsado por José Carlos García-Ramos. La documentación sobre
estos hallazgos se presentará en un congreso que tendrá lugar en
Portugal y al que está prevista la asistencia de expertos
internacionales. Los dos especialistas de la Patagonia participarán
en las búsquedas de nuevos fósiles del Jurásico, tareas de
limpieza de los hallazgos y labores de catalogación. Ambos expertos
ya visitaron Asturias y la costa colunguesa hace seis años. Martínez
destacó que, desde aquella fecha, uno de los cambios que se ha
producido respecto a los planteamientos sobre el Jurásico es que «la
comunidad asturiana es más consciente todavía y ahora hay un apoyo
mucho mayor». Asimismo, tanto Martínez como Luna se refirieron a
la incidencia que tendrá el futuro Museo del Jurásico en la
investigación. «El proyecto del museo es algo que será muy
favorable para el desarrollo de la investigación, de la ciencia
paleontológica y geológica y una fuente de atracción más en toda
Asturias», manifestó Luna. Posibles futuros hallazgos. El equipo
de investigación dirigido por el profesor José Carlos García-Ramos,
además de los trabajos que ya está realizando en cuanto a
catalogación y limpieza de los hallazgos ya extraídos, tiene
pendiente una serie de trabajos en el concejo de Colunga. En el
roquedal situado entre Lastres y la playa de La Griega, los
investigadores han detectado una zona en la que existe un yacimiento
de huesos que podrían pertenecer a dinosaurios del Jurásico. La
dificultad para la extracción de estos restos fósiles radica en la
ubicación de los mismos, ya que para acceder a ellos se tiene que
dar una doble circunstancia, que la marea esté baja y que la playa
esté desarenada. Por otro lado, los investigadores del Jurásico en
la costa oriental de Asturias están pendientes de confirmar la
autenticidad de un hallazgo realizado por un matrimonio de la
localidad colunguesa de Lué. De confirmarse la autenticidad de este
resto fósil se tratará de una columna de dinosaurio que cuenta con
varias vértebras. También ayer se procedió al traslado a la
Universidad de Oviedo del cocodrilo jurásico que llevaba un año
almacenado en un camping de la playa de La Griega para su limpieza y
altorrelieve.
Encuentran
fósil de un roedor con mas de 8 millones de años.
Científicos venezolanos
hallaron el primer esqueleto completo en América de un enorme
roedor de unos ocho millones de años de antigüedad. Los restos
encontrados en la localidad de Urumaco, en el occidental estado
venezolano de Falcón, hacen suponer que el ratón medía unos tres
metros de largo y 130 centímetros de alto y pesaba unos 500 kilos.
El esqueleto fue descubierto por expertos de la Universidad Nacional
Experimental Francisco de Miranda que desde 1980 trabajan junto con
el Instituto del Patrimonio Cultural en un proyecto paleontológico
de Venezuela que estudia yacimientos fósiles del país. El
esqueleto del roedor fue trasladado al Museo Paleontológico de
Coro, la capital del estado de Falcón, para su análisis con objeto
de precisar su edad. El equipo científico también halló
esqueletos de un cocodrilo rostro de pato, cuyo cráneo mide 180
centímetros, y restos de una tortuga de dos metros.
Descubren
una bacteria de hace 3.200 millones de años.
El descubrimiento, en
una chimenea submarina, apunta a que la vida se inició en el fondo
del mar. Los orígenes de la vida permanecen envueltos en el
misterio, pero poco a poco se han ido encontrando pistas que están
permitiendo reconstruir la vida en sus comienzos. La última es la
identificación de unos filamentos en una roca sulfurosa de hace
unos 3.200 millones de años, que entonces estaba sumergida a 1.000
metros, como fósiles de bacterias. La zona estudiada, en el oeste
de Australia, que ahora forma parte del escudo continental o cratón
de Pilbara, era hace 3.235 millones de años una fuente termal
submarina situada a unos 1.000 metros de profundidad, en la que el
agua surgía caliente y cargada de minerales que se iban depositando
en forma de chimenea. Entonces la actividad volcánica en la Tierra
era muy superior a la actual. Los supuestos fósiles son meras
huellas microscópicas filamentosas que se presentan en diversas
direcciones. Birger Rasmussen, del Departamento de Geología y Geofísica
de la Universidad de Australia Occidental, que ha dirigido el
estudio, publicado en Science, cree que estas huellas son de
bacterias que vivían ya en aquella época en los ambientes
calientes submarinos de las fuentes termales. Se trataba de
microorganismos que no eran fotosintéticos, es decir, que
utilizaban materia inorgánica como fuente de energía. Hasta ahora
se han encontrado pruebas indirectas de metabolismo de seres
vivientes o fósiles de microorganismos primitivos, hasta hace unos
3.500 millones de años, pero nunca en volcanes submarinos. En estos
ecosistemas extraños, alrededor de los cuales se ha elaborado en
los últimos años la hipótesis de que en ellos pudo originarse la
vida, los fósiles más antiguos se remontaban sólo a la era cámbrica,
hasta hace unos 540 millones de años. Por tanto, si se confirma la
existencia de fósiles en estos ambientes primitivos, se refuerza la
hipótesis de que en ellos surgió la vida, a pesar de que su antigüedad
no sea la mayor de todo lo encontrado hasta ahora, y de que no se
halla demostrado que este tipo de vida es anterior a la fotosintética.
Un
reptil con plumas cuestiona el origen de las aves y de los
dinosaurios
El hallazgo del fósil
de un reptil de 220 millones de años que tenía plumas, el más
antiguo encontrado hasta ahora, pone en entredicho la aceptada teoría
de que las aves proceden de los dinosaurios, pues estos últimos no
son tan antiguos. Paleontólogos de la Universidad de Oregón (OSU)
han descubierto que el fósil de un pequeño reptil, Longisquama
insignis, al que unos científicos rusos habían atribuido un
relieve escamoso, presenta en realidad una serie de cañones o
fundas en las que se embutían plumas. El hallazgo supone un hito
importante en la paleontología, porque este animal es 75 millones
de años más viejo que la más antigua de las aves conocidas,
Archaeopteryx, y anterior incluso a los dinosaurios. Este fósil «prueba
que las plumas no evolucionaron a partir de los dinosaurios», ha
explicado John Ruben, profesor de zoología de la citada
Universidad, y uno de los investigadores. Longisquama insignis era
una criatura con forma de lagarto que vivió hace 220 millones de años
en las llanuras de la provincia de Osh, en Kirguistán, en lo que
hoy es el fondo de un inmenso lago seco. Pese a haber sido estudiado
durante tres décadas, las oquedades descubiertas a lo largo de sus
extremidades siempre se habían atribuido a escamas. Según los
investigadores, este reptil, que no podía volar, es un antepasado
de las aves, sin que la relación este aún clara. Numerosos paleontólogos
opinan que dinosaurios y aves tienen un nexo común directo y, el
pasado año, quedaron entusiasmados con el anuncio formulado desde
la National Geographic Society de que se había hallado el posible
eslabón perdido entre ambos grupos.
Descubren
un mósquito de 18 millones de años de antigüedad.
Un grupo de científicos
indios ha descubierto en el estado sureño de Kerala el fósil de
una especie de mosquito que, según los primeros cálculos, vivió
hace 18 millones de años. Los restos del insecto se encuentran
insertados en resina y han sido desenterrados de una cantera de
barro. El equipo de científicos del Instituto de Paleobotánica
Birbal Sahni de Lucknow, capital del estado norteño de Uttar
Pradesh, cree que el hallazgo puede proporcionar pistas para conocer
la evolución de los mosquitos en la India y ha pedido al Instituto
de Biología Celular y Molecular de Hyderabad, capital del estado
sureño de Andra Pradesh, que extraiga y clone el ADN del fósil.
Algunos expertos creen que los fósiles descubiertos en Kerala
indica la existencia, hace millones de años, de mosquitos de la
clase 'Hemiptera', 'Hymenoptera' y 'Lepidoptera', grupos que
integran gran parte de la fauna de insectos actual. Varios miembros
del Instituto de Paleobotánica Birbal Sahni ya habían encontrado fósiles
de insectos 'Psylla' y 'Ophion' en el estado norteño de Bihar, pero
se cree que son unos cuatro o cinco millones de años más jóvenes
que los aparecidos ahora en Kerala.
Recuperan
mandíbulas fósiles de 110 millones de años.
Geólogos de la Fundación
Patrimonio Paleontológico riojana y de las Universidades de La
Rioja y Zaragoza extraerán hoy dos mandíbulas de animales que
vivieron hace unos 110 millones de años, encontradas el pasado
verano en los yacimientos riojanos de Enciso e Igea. Los datos
iniciales, a falta de un posterior estudio necesario para
identificar los restos, indican que se puede suponer que una de las
mandíbulas puede pertenecer a un dinosaurio pequeño y la otra a un
cocodrilo, según informó ayer el director de la Fundación, Félix
Pérez Lorente.
La dimensión de las mandíbulas es inferior a quince centímetros y
la de Enciso la encontró Stephan Doublet, geólogo de la
universidad francesa de Dijon, que realiza trabajos de investigación
en la zona. La de Igea la halló Patxi Sáenz-Benito en los trabajos
de restauración del yacimiento de La Era del Peladillo. Pérez
Lorente añadió que «las mandíbulas están incrustadas en roca
caliza y necesitaremos una sierra radial para obtener un bloque de
roca grande que pueda transportarse a Zaragoza, donde se estudiarán
estos huesos». El examen de estos hallazgos lo efectuarán Gloria
Cuenca e Ignacio Canudo, de la Universidad de Zaragoza, donde hay
expertos en el estudio de huesos de dinosaurios y que colaboran con
La Rioja, comunidad en la que existen importantes afloramientos de
huellas fosilizadas de dinosaurios. Estas mandíbulas no son las
primeras que se encuentran en los yacimientos paleontológicos
riojanos, ya que aparecieron, hace años, dos de un «barynyx», un
dinosaurio que comía peces. También se han estudiado restos óseos
de un cocodrilo encontrado en Cabezón, de un «hipsilofon» (un
dinosaurio pequeño) hallado en Igea y de un «terosaurio» en Préjano.
Pérez Lorente subrayó que están pendientes de estudiar unos
huesos encontrados en un yacimiento cerca de Soto. «Podrían ser de
un dinosaurio grande, pero aún está por determinar porque sólo se
ven restos de costillas y es necesario limpiarlos y analizarlos»,
matizó.
Encuentran
fósiles del saurópodo antiguo.
Un equipo de paleontólogos
desenterró ayer varios huesos fósiles del dinosaurio más antiguo
de Aragón. El yacimiento podría albergar piezas para reconstruir
el saurópodo más completo de Europa Excavación del yacimiento en
el que aparecen restos de un gran dinosaurio. Un equipo de paleontólogos
trabaja desde el pasado martes en un yacimiento de Galve que, según
todos los indicios, aportará el esqueleto más completo de un
dinosaurio saurópodo en toda Europa. Las piezas desenterradas hasta
el momento pertenecen a distintas especies de reptiles, pero entre
ellas destacan los huesos fósiles de un gran dinosaurio de hace 140
millones de años, una datación que lo convierte en el más antiguo
descubierto en Aragón. La investigación, que se prolongará
durante toda la semana, consiste en realizar una excavación previa
a un trabajo más sistemático que se realizará en una campaña
posterior. El director de la excavación, José Luis Barco, explicó
que las piezas obtenidas hasta ahora evidencian que el yacimiento es
muy rico y podría aportar fósiles para reconstruir el saurópodo más
completo de Europa. Los huesos fosilizados no aparecen de forma
continuada, articulados en el esqueleto, sino que se han localizado
dispersos en el área excavada. Además de los fragmentos del
dinosaurio, han sido exhumados restos de un cocodrilo y de una
tortuga. La excavación preliminar ha sido costeada y encargada por
la DGA a una empresa especializada que cuenta con la colaboración
de la Universidad de Zaragoza. Los huesos fosilizados aparecieron
ayer después de dedicar los primeros días de trabajo a retirar la
roca y los sedimentos que los cubrían. Los paleontólogos han
desenterrado distintos fragmentos del gran reptil, entre los que
figuran un diente, una vértebra de la cola, un hueso de cadera y un
hueso largo que ayer permanecía semienterrado y aún no había
podido ser identificado. José Luis Barco explicó que,
posiblemente, los huesos aparecen fosilizados de forma dispersa
porque el dinosaurio, tras morir, fue arrastrado por una corriente
de agua que lo enterró en los sedimentos que propiciaron su
fosilización. Además de las piezas que acaban de ser extraídas,
otros huesos del dinosaurio ya aparecieron en una extracción
superficial realizada por la Universidad de Zaragoza y, con
anterioridad, por José María Herrero, un aficionado a la
paleontología de Galve que ha conseguido una amplia y valiosa
colección de fósiles, actualmente expuesta en el museo municipal.
Los huesos desenterrados y las piezas extraídas con anterioridad
indican que, el dinosaurio al que pertenecen los restos, era un gran
herbívoro que vivió hace 140 millones de años, una época que no
ha aportado hasta ahora ningún resto fósil de los grandes reptiles
en Aragón. José Luis Barco señaló que todo indica que se trata
de una especie no identificada hasta ahora, de tamaño muy grande,
que mediría unos 20 0 25 metros de longitud entre el extremo de la
cola y el hocico. Su peso oscilaría entre 25 y 40 toneladas,
dependiendo de su corpulencia. Aunque la nueva especie no ha sido
todavía «bautizada» científicamente, uno de los nombres
barajados es el de Galvesaurio. Entre las piezas más espectaculares
obtenidas en su momento por José María Herrero, destacan dos húmeros
de casi dos metros de altura. Aunque estos hallazgos superficiales
apuntaron a la existencia de un rico yacimiento, hasta ahora no se
había procedido a su excavación sistemática. Galve ha sido
escenario del descubrimiento de otras dos especies desconocidas de
los grandes reptiles, una de ellas -un gran saurópodo- bautizada
como Aragosaurio y la segunda -un pequeño carnívoro- aún sin
denominación definitiva.
Descubren
fósil de elefante prehistórico en Cachemira.
Geólogos de Cachemira
dijeron el miércoles que habían hallado un fósil de elefante de
hace 50.000 años, el primero de esta clase descubierto en el valle
del Himalaya. "Nuestro equipo de expertos está trabajando
sobre el lugar y en pocos días daremos a conocer más detalles. No
sólo en Cachemira...debe de ser el más grande del mundo hasta
ahora conocido", dijo G.M. Bhat, un profesor del Departamento
de Geología y Geofísicas de las Universidad de Cachemira. Dijo que
el fósil comprendía 1,53 metros por 1,22 metros con las mandíbulas
de arriba y abajo completas, un colmillo roto de 84 centímetros de
largo y una vértebra. El fósil fue encontrado después de dos días
de excavación en Gallander, 15 kilómetros al sur de Srinagar, la
capital de verano del Estado de Cachemira. " Su edad creemos
que está en torno a los 50.000 años", dijo el geólogo de la
zona Abdul Majid Dar.
Hallan
en Lérida cien huellas de los últimos dinosaurios de Europa.
Arqueólogos del
Institut d'Estudis Ilerdencs (IEI) han encontrado en Artesa de Segre
(Lérida) un centenar de huellas de los últimos dinosaurios que
habitaron en Europa hace 65 millones de años y el ayuntamiento ya
estudia explotar turísticamente el hallazgo,
que será protegido con vallas. Los investigadores del IEI han
asegurado que el centenar de pisadas halladas en la Vall d'Ariet, en
el término de Artesa de Segre, corresponden a ejemplares de
dinosaurio de la época más moderna en la que vivió esta especie,
el cretáceo superior. Las huellas se encuentran en un sendero de
roca de unos 300 metros de longitud en dirección al río Boix y,
según ha asegurado la propietaria de los terrenos, Anna Torruella,
«lo que menos se pensaba es que eran de dinosaurios, los vecinos
siempre pensamos que eran huellas de bueyes». Las pisadas se
encuentran totalmente al descubierto en un sendero cercano a
Montsec, zona donde se han encontrado ya diversos restos arqueológicos.
Sin embargo, la propietaria de los terrenos de Artesa ha asegurado
que en este lugar «no se habían hecho inspecciones ni se ha
explorado como en los yacimientos cercanos». Torruella ha recordado
que «hace 15 ó 20 años eran expertos extranjeros los que se
interesaban por esta zona y venían con mapas donde ya tenían señalizadas
las zonas que más les interesaban». Tras la confirmación de que
las huellas encontradas son de dinosaurio, el Ayuntamiento de Artesa
estudia la posibilidad de vallar la zona para protegerla y, con la
ayuda de la Generalitat, promoverla turísticamente junto con el
resto de yacimientos de la comarca. Para ello, se tendrán que
habilitar los accesos a la zona, a la que actualmente se llega por
una pista forestal muy complicada, y ampliar el Museo de Montsec,
donde se encuentran los restos de los yacimientos arqueológicos
locales. Este último proyecto ya ha sido aprobado por el
ayuntamiento, que también ha mantenido conversaciones con los
alcaldes de otras poblaciones cercanas, como Os de Balaguer (Lérida),
para mejorar el ancho de la carretera comarcal.
Resucitan
una bacteria de 250 millones de años.
La descubrieron microbiólogos
norteamericanos en Nuevo México, a 600 metros de profundidad.
Estaba encapsulada dentro de una burbuja llena de líquido. Suena a
historia surgida de Jurassic Park: una bacteria que vivió antes de
los dinosaurios y sobrevivió a la mayor extinción de masas de la
historia fue despertada después de un sueño de 250 millones de años
en un cristal de sal. El hecho, sin embargo, no forma parte de
ninguna trama de ciencia ficción; se trata de un trabajo científico
que hoy aparece publicado en las páginas de la revista Nature. La
edad de la bacteria bate por mucho todos los récords de longevidad
establecidos por otros organismos reavivados de una aparente vida
latente -para no mencionar a los dinosaurios de Jurassic Park, que
en la película de Hollywood eran clonados de ADN prehistórico
encapsulado en ámbar-. "Desde el punto de vista biológico,
esto es extremadamente significativo, porque este organismo es lo
mejor que uno puede tener después de haber estado realmente en esos
tiempos", dijo Russell Vreeland, microbiólogo de la
Universidad West Chester, en Pensylvania, y uno de los autores del
actual trabajo. Fósiles y rocas de hace cientos de millones de años
ofrecen claves acerca del pasado de la Tierra, pero hasta ahora los
investigadores no contaban con nada que revelara los secretos de la
vida durante ese pasado remoto. "Jurassic Park era una buena
idea, pero esto lo deja muy atrás -dijo Paul Renne, un geólogo de
la Universidad de California en Berkeley-. Poseer una muestra de cómo
era la vida hace 250 millones de años es espectacular." Una
ventana al pasado. Si el descubrimiento se confirma, la bacteria
habrá abierto una ventana al mundo prehistórico y demostraría la
tenacidad de la vida en las peores condiciones. Su estructura genética
también ayudaría a los biólogos a calibrar el reloj evolutivo
para la bacteria y para sus familiares de la actualidad, dijo
Vreeland. Los test de ADN indican que el microbio prehistórico está
relacionado con la actual Bacillus, un tipo de bacteria que se
encuentra en el suelo, el agua y el polvo. "Todos nos sentimos
razonablemente bien al pensar que este particular organismo no va a
atacar nada", dijo Vreeland. El organismo fue descubierto en
una diminuta burbuja llena de líquido dentro de un cristal de sal,
a alrededor de 600 metros de profundidad, a unos 45 kilómetros de
Carlsbad, Nuevo México. El hecho de que Vreeland y sus colegas
fueran capaces de revivir la bacteria durmiente, llamada Bacillus
permians, después de tanto tiempo abre la posibilidad de que las
esporas bacteriales puedan vivir indefinidamente. "Si algo
puede sobrevivir 250 millones de años, ¿qué diferencia hacen
otros 250 más? -dijo Vreeland-. La bacteria estaba completamente
protegida. Fue capaz de encerrarse en una espora protectora y una
vez que estaba encapsulada en este tipo particular de roca se
encontró en el ambiente más estable que pueda imaginarse."
Los científicos perforaron el cristal en las condiciones más estériles,extrajeron
el líquido, lo ubicaron en tubos de ensayo sellados y la incubaron
hasta que creció. Su extraordinaria edad plantea la pregunta de si
los organismos pueden sobrevivir tanto tiempo como para viajar entre
los planetas. "Si un organismo estuviera encapsulado en un
cristal y fuera arrastrado fuera de otro planeta, o de aquí mismo,
debido a una colisión de meteoritos, tiene una razonable
probabilidad de sobrevivir el tiempo suficiente como para viajar no
sólo de planeta a planeta, sino de sistema solar a sistema
solar", dijo Vreeland.
Descubren
que el azabache proviene de un árbol fósil del Jurásico.
El azabache procede de una familia de
árboles jurásicos que se extinguieron hace unos 65 millones de años,
al mismo tiempo que los dinosaurios, según desvela el primer
estudio científico multidisciplinar sobre el origen de este mineral
de alto valor económico y artesanal. El estudio de biólogos, geólogos
y químicos de la Universidad de Oviedo y del Instituto Nacional del
Carbón revela que el azabache procede de unos árboles
pertenecientes al grupo de protopináceas -familia botánica fósil
que vivió entre hace 200 y 65 millones de años-, y desmiente la
creencia generalizada de que proviene de la madera de las
araucarias, especie arbórea que aún abunda en los países
iberoamericanos. Las protopináceas son árboles que llegan a tener
entre 10 y 20 metros de altura, con un tronco recto de aspecto
similar al de las palmeras y que está ramificado en su parte
superior de forma irregular, mientras que las últimas ramas se
bifurcan con la aparición de hojas verdes similares a escamas y
semillas agrupadas en piñas. El botánico de la Universidad de
Oviedo Tomás Díaz González explicó que un análisis de la
estructura interna de mineral extraído de Asturias y Teruel -dos de
los pocos yacimientos en España- «no deja dudas» sobre el
hallazgo, y apuntó que éste constituye un avance «de primera
magnitud» en el conocimiento de la flora jurásica de la península
ibérica. Las muestras de azabache analizadas pertenecen a los géneros
Brachyoxylon y Protocupressinoxyl.
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